JULIO BASES DE CONCURSO
JUANVI11810 de Noviembre de 2013
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Resumen El maestro ignorante. Autor: Ranciere
Cap 1
Las palabras que el nino aprende mejor, aquellas de las que absorbe mejor el sentido, de las que se apropia mejor para su propio uso, son aquellas que aprende sin maestro explicador, con anterioridad a cualquier maestro explicador. En el rendimiento desigual de los diversos aprendizajes intelectuales, lo que todos los ninos aprenden mejor es lo que ningun maestro puede explicarles, la lengua materna. Se les habla y se habla alrededor de ellos. Ellos oyen y retienen, imitan y repiten, se equivocan y se corrigen, tienen exito por suerte y vuelven a empezar por metodo, y, a una edad demasiado temprana para que los explicadores puedan empezar sus instrucciones, son prácticamente todos –sea cual sea su sexo, su condicion social y el color de su piel– capaces de comprender y hablar la lengua de sus padres.
Ahora bien, este nino que ha aprendido a hablar a traves de su propia inteligencia y aprendiendo de aquellos maestros que no le explicaban la lengua, empieza ya su instruccion propiamente dicha. A partir de ahora, todo sucedera como si ya no pudiese aprender mas con ayuda de la misma inteligencia que le ha servido hasta entonces, como si la relacion autonoma del aprendizaje con la verificacion le fuese a partir de ahora ajena. Entre el uno y la otra, se ha establecido ahora una opacidad. Se trata de comprender y solo esta palabra lanza un velo sobre cualquier cosa: comprender es eso que el nino no puede hacer sin las explicaciones de un maestro. Y pronto tendra tantos maestros como materias para comprender, impartidas en un cierto orden progresivo.
Es necesario invertir la lógica del sistema explicador. La explicacion no es necesaria para remediar una incapacidad de comprension.
Todo lo contrario, esta incapacidad es la ficcion que estructura la concepcion explicadora del mundo. El explicador es el que necesita del incapaz y no al reves, es el el que constituye al incapaz como tal.
Explicar alguna cosa a alguien, es primero demostrarle que no puede comprenderla por si mismo. Antes de ser el acto del pedagogo, la explicacion es el mito de la pedagogia, la parabola de un mundo dividido en espiritus sabios y espiritus ignorantes, espiritus maduros e inmaduros, capaces e incapaces, inteligentes y estupidos La trampa del explicador consiste en este doble gesto inaugural. Por un lado, es el quien decreta el comienzo absoluto: solo ahora va a comenzar el acto de aprender. Por otro lado, sobre todas las cosas que deben aprenderse, es el quien lanza ese velo de la ignorancia que luego se encargara de levantar. Hasta que el llego, el nino tanteo a ciegas, adivinando. Ahora es cuando va a aprender.
Desgraciadamente, es justamente esa pequena palabra, esa consigna de los
educados –comprender– la que produce todo el mal. Es la que frena el movimiento de la razon, la que destruye su confianza en si misma, la que la expulsa de su propio camino rompiendo en dos el mundo de la inteligencia, instaurando la separacion entre el animal que busca ciegas y el joven educado, entre el sentido comun y la ciencia. Desde que se pronuncio esta consigna de la dualidad, todo perfeccionamiento en la manera de hacer comprender, esa gran preocupacion de los metodistas y de los progresistas, es un progreso hacia el atontamiento. El nino que balbucea bajo la amenaza de los golpes obedece a la ferula, y ya esta: aplicara su inteligencia para otra cosa. Pero el pequeno explicado, el, empleara su inteligencia en ese trabajo de duelo: com–prender, es decir, comprender que no comprende si no se le explica. Ya no esta bajo la ferula que le somete, esta en la jerarquia del mundo de las inteligencias.
Si la solucion del problema es demasiado dificil de buscar, tendra la suficiente
inteligencia para abrir bien los ojos. El maestro es vigilante y paciente. Vera que el pequeno ya no le sigue, volvera a ponerlo en el camino explicandole nuevamente. Asi el pequeno adquiere una nueva inteligencia, la de las explicaciones del maestro. Mas tarde el tambien podra ser a su vez explicador.
Posee los mecanismos. Pero los mejorara: sera hombre de progreso
Sin pensar en ello, les habia hecho descubrir aquello que el descubria con ellos: todas las frases, y por consecuencia todas las inteligencias
que las producen, son de la misma naturaleza. Comprender solo es traducir, es decir, proporcionar el equivalente de un texto pero no su razon. No hay nada detras de la pagina escrita, nada de doble fondo que requiera el trabajo de una inteligencia otra, la del explicador; nada del lenguaje del maestro, de la lengua cuyas palabras y frases tengan el poder de decir la razon de las palabras y de las frases de un texto
La inteligencia que les hizo aprender el frances en Telemaco era la misma con la que aprendieron la lengua materna: observando y reteniendo, repitiendo y comprobando, relacionando lo que pretendian conocer con lo que ya conocian, haciendo y reflexionando en lo que habian hecho. Hicieron lo que no se debe hacer, como hacen los ninos, ir a ciegas, adivinando. Y entonces surgio la pregunta: ¿No habria que invertir el orden admitido de los valores intelectuales? ¿No sera este metodo vergonzoso de la adivinanza el verdadero movimiento de la inteligencia humana que toma posesion de su propio poder? Su
abolicion ¿no buscaba desde el principio la voluntad de cortar en dos el mundo de la inteligencia? Los metodistas oponen al equivocado metodo del azar el planteamiento por razon. Pero se dan de antemano lo que quieren probar.
Pero el nino es basicamente un ser de palabra. El nino que repite las palabras oidas y el estudiante flamenco “perdido” en su Telemaco no progresan aleatoriamente. Todo su esfuerzo, toda su busqueda, se centra en esto: quieren reconocer una palabra de hombre que les ha sido dirigida y a la cual quieren responder, no como alumnos o como sabios, sino como hombres; como se responde a alguien que os habla y no a alguien que os examina: bajo
el signo de la igualdad.
Este metodo de la igualdad era principalmente un metodo de la voluntad. Se
podia aprender solo y sin maestro explicador cuando se queria, o por la tension del propio deseo o por la dificultad de la situación.
Los alumnos aprendieron sin maestro explicador, pero no por ello sin maestro. Antes no sabian, y ahora sabian. Luego Jacotot les enseno algo. Sin embargo, no les comunico nada de su ciencia. Por lo tanto no era la ciencia del maestro
lo que el alumno aprendia. El habia sido maestro por la orden que habia encerrado a sus alumnos en el circulo de donde podian salir por si mismos, retirando su inteligencia del juego para dejar que sus inteligencias se enfrentasen con la del libro. De este modo se habian disociado las dos funciones que une la practica del maestro explicador, la del sabio y la del maestro. Asimismo, se habian separado, liberadas la una en relacion con la otra, las dos facultades que se ponen en juego en el acto de aprender: la
inteligencia y la voluntad. Entre el maestro y el alumno se habia establecido una pura relacion de voluntad a voluntad: una relacion de dominacion del maestro que habia tenido como consecuencia una relacion completamente libre de la inteligencia del alumno con la inteligencia del libro –esta inteligencia
del libro que era tambien la cosa comun, el vinculo intelectual igualitario entre el maestro y el alumno
El hombre –y el nino en particular– puede necesitar un maestro cuando su voluntad no es lo bastante fuerte para ponerlo y mantenerlo en su trayecto. Pero esta sujecion es puramente de voluntad a voluntad. Y se vuelve atontadora cuando vincula una inteligencia con otra inteligencia. En el acto de
ensenar y aprender hay dos voluntades y dos inteligencias. Se llamara atontamiento a su coincidencia. En la situacion experimental creada por Jacotot, el alumno estaba vinculado a una voluntad, la de Jacotot, y a una
inteligencia, la del libro, enteramente distintas. Se llamara emancipacion a la diferencia conocida y mantenida de las dos relaciones, al acto de una inteligencia que solo obedece a si misma, aunque la voluntad obedezca a otra voluntad.
Bajo la relacion pedagogica de la ignorancia a la ciencia habia que reconocer la relación filosofica mas fundamental del atontamiento a la emancipacion. Habia asi no dos sino cuatro terminos en juego. El acto de ensenar podia producirse segun cuatro determinaciones diversamente combinadas: por un maestro emancipador o por un maestro atontador; por un maestro sabio o por un maestro ignorante
Pero puesto que habia mostrado al menos que no era el conocimiento del maestro lo que instruia al alumno, nada impedia al maestro ensenar otra cosa que su saber, ensenar lo que ignoraba. Entonces Joseph Jacotot se dedico a variar las experiencias para repetir, intencionalmente, lo que la casualidad
habia producido una vez. De este modo, se puso a ensenar dos materias en las cuales su incompetencia era probada, la pintura y el piano. Los estudiantes de derecho hubiesen querido que se le diera una catedra vacante en su Facultad. Pero la Universidad de Lovaina ya se inquietaba por este lector extravagante por quien se abandonaban los cursos magistrales, y por quien se iban a apretujarse por la noche en una sala demasiado pequena con tan solo la luz de dos velas, para oirle decir: “Es necesario que les ensene que no tengo nada que ensenarles”.
La experiencia le parecio suficiente para entenderlo: se puede ensenar lo que se ignora si se emancipa al alumno, es decir, si se le obliga a usar su propia inteligencia. Maestro es el que encierra a una inteligencia en el
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