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LOS BENEFICIOS DE LA MÚSICA CLÁSICA EN EL CEREBRO


Enviado por   •  2 de Octubre de 2014  •  Ensayos  •  2.035 Palabras (9 Páginas)  •  171 Visitas

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LOS BENEFICIOS DE LA MÚSICA CLÁSICA EN EL CEREBRO

La música clásica afecta a todo aquel que la escucha, tal es así que las principales películas a menudo la utilizan para evocar sentimientos y estados de ánimo necesarios para contar una historia. La técnica funciona porque la música clásica es organizada y compleja, con frases y cantidades variables de intensidad que se comportan como un narrador que cuenta un cuento sin palabras. De hecho, la notación musical es un lenguaje propio. Debido a que la música clásica tiene tal fuerza, los científicos comenzaron a estudiar los impactos específicos que la música clásica tiene en el cerebro encontrando que tiene efectos beneficiosos y constructivos.

RECOMPENSA MAYOR

De acuerdo con el estudio de Stanford "Las recompensas de escuchar música: Respuesta y conectividad fisiológica del sistema meso límbico," escuchar música clásica ofrece recompensas fisiológicas. El flujo sanguíneo se incrementa a varias áreas del cerebro, activando los centros autonómicos, cognitivos y emocionales, mientras que otra parte del cerebro libera la dopamina. La dopamina es una sustancia química que, entre otras cosas, afecta el humor y la capacidad de sentir placer. Esta liberación de dopamina, producida en las otras áreas del cerebro que interactúan, permite una mayor sensación de bienestar. Este beneficio de escuchar música clásica tiene implicaciones para nuestra comprensión de los trastornos como la depresión y la bipolaridad y la esquizofrenia, según los autores del estudio.

EL EFECTO MOZART

El llamado efecto Mozart se produce, según el experimento original de 1993 de Rauscher, Shaw y Ky, cuando los sujetos que escuchan una sonata de Mozart experimentan saltos en el razonamiento espacial. Estos logros espaciales eran muy temporales, pero resultaban en un incremento temporal del coeficiente intelectual en lo relativo a la capacidad espacial. El estudio creó una gran controversia y algunos científicos no pudieron reproducir los resultados, aunque otros lo hicieron, y los autores del estudio sospechaban que el aluvión de pruebas tras el estudio inicial llevó a algunas malas aplicaciones de pruebas y de análisis. La replicación del éxito de la prueba no alivió la controversia, ya que algunos dijeron que el aumento en la capacidad espacial puede ser causado por el disfrute de la música, no por la música en sí. Sin embargo, el ensayo se repitió con las ratas y persistió el efecto. Las ratas fueron expuestas a un ruido blanco en silencio, otro estilo musical o Mozart. Sólo las ratas que escucharon a Mozart experimentaron el beneficio de superiores capacidades de razonamiento espacial. El efecto Mozart sólo dura unos 12 minutos y puede ser inducido con tan sólo 10 minutos de escuchar la sonata K448 del piano de Mozart o el concierto para piano K488. Otra música clásica de estructura similar tiene probabilidades de inducir también el efecto, a pesar de que será necesario realizar las pruebas para probar esto.

LA EPILEPSIA Y MOZART

La música de Mozart también beneficia a los cerebros de algunos pacientes con epilepsia, según han demostrado los estudios. Los sujetos de prueba incluyen un paciente en coma y un niño que sufre muchos ataques en un día normal. Las investigaciones mostraron una mejoría significativa para muchos de los pacientes expuestos a Mozart. El niño, por ejemplo, vio una caída significativa en el número y la duración de las convulsiones.

EFECTOS FISIOLÓGICOS DE LA MÚSICA

Hoy sabemos que la música tiene una serie de efectos fisiológicos. La música influye sobre el ritmo respiratorio, la presión arterial, las contracciones estomacales y los niveles hormonales. Los ritmos cardiacos se aceleran o se vuelven más lentos de forma tal que se sincronizan con los ritmos musicales. También se sabe que la música puede alterar los ritmos eléctricos de nuestro cerebro.

Si uno cierra los ojos por un minuto y escucha al mundo en derredor escucha bocinas, martillos, gotas de lluvia, niños riendo, una orquesta sinfónica, etc. La terapia musical sostiene que lo que uno escucha puede afectar la salud positiva o negativamente. El sonido puede ser un gran sanador.

Los terapistas musicales utilizan el sonido para ayudar con una amplia variedad de problemas médicos, que van desde la enfermedad de Alzheimer hasta el dolor de muelas. Los doctores en medicina conocen acerca del poder del sonido. Los investigadores han producido evidencia de la habilidad de la música para disminuir el dolor, mejorar la memoria y reducir el estrés.

DOS EXPLICACIONES

Hay dos interpretaciones alternas de la terapia musical. Ambas pueden ser correctas. La primera sostiene que la música tiene algún efecto positivo sobre nuestro sistema nervioso. Esta interpretación se origina en un estudio en la Universidad de California, que demostró que los niños que se exponen a la música de Mozart antes de una prueba de inteligencia demuestran un mejoramiento en la puntuación al ser comparados con un grupo control. Los investigadores concluyeron que la música de Mozart, que es básicamente una serie de variaciones complejas y brillantes sobre temas sencillos, activa unas vías neurológicas que resultan en un mejoramiento en la capacidad intelectual demostrada en una prueba. Aunque este efecto es pasajero algunos investigadores lo interpretan en el sentido de que cierto tipo de música logra unos cambios favorables en el cerebro de las personas que la escuchan. Hay investigadores que sospechan que la música, cuando se introduce a edades sumamente tempranas, puede tener efectos favorables permanentes sobre el sistema nervioso.

La otra posibilidad es que la música actúe meramente como una distracción. Se sabe que la distracción puede tener efectos favorables sobre la percepción del dolor. El dolor se agrava mientras más pensamos en el mismo, por lo que cualquier cosa que desvíe nuestra atención puede hacer que nuestra sensación de dolor disminuya. Ciertamente la música puede actuar distrayéndonos y apartando nuestra atención de eventos desagradables. Sin embargo, según muchos estudiosos del tema esto no es todo. Aparentemente también tiene la capacidad de evocar sentimientos y estados de ánimo que pueden ser de gran ayuda para controlar no sólo el dolor sino el temor y la ansiedad que le acompañan y que exacerban la percepción del mismo. Esta noción parece simplista.

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