La película “Sobre lo infinito”

La película “Sobre lo infinito” de Roy Andersson presenta en su primer plano lo que pareciera un resumen de la misma, no es casualidad que esta obra haya ganado a mejor dirección en la bienal de Venecia. Pues en esta primera imagen logra captar la esencia onírica y realista, por muy contradictorio que parezca, lográndola mantener durante toda la película.

Esta aproximación al tema central cobra relevancia en los títulos iniciales generando una ensoñación que se apoya en los recursos introspectivos como planos largos, contemplativos, decoraciones minimalistas construidas y en colores sobrios.

Sin embargo rompe con esta convención cuando llega a la escena de la derrota de Hitler, la cual contrasta con una atmósfera oscura, personajes desaliñados y dejando atrás la atmósfera prolija antes planteada.

En general toda la película maneja un muy bajo contraste trabajado en high-key, resalta las altas luces, recurso minimalista que le ayuda a mantener la atmósfera.

Del mismo modo la angulación de la cámara anula la cercanía a los personajes centrándose así en la narración extradiegética, concatenado así las emociones e ideas de cada escena/plano.

Recuerda el cine de Yasujiro Ozu, en sus encuadres, creando una especie de cuadros vivos, los cuales a partir de los recursos antes mencionados generan profundas emociones de toda gama, incluyéndola alegría, tristeza, nostalgia y disgusto.

A partir del vaivén de recursos cinematográficos y la puntalización de los mismos logra generar una experiencia estética durante toda la película. Ejemplo de ello es la atmósfera sonora que enfatiza únicamente los sonidos con un fin narrativo, así mismo esta idea de focalizar esta denotada en el diseño de producción, departamento que enaltece la película.

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