Naranja Mecánica

A CLOCKWORK ORANGE

Hablar del caso Alex de Large, protagonista de la novela A Clock work Orange de Anthony Burgess y la brillante versión cinematográfica de Stanley Kubrik es el equivalente a tratar de encontrar una justificación a la explosión de violencia que suele brotar de manera inesperada en el espíritu humano y que no es nada nuevo, por más que novela y película se encuentren ubicadas en una pos modernidad que ya está más que presente en nuestros tiempos, basta pensar en los flash backs que surgen de la mente de Alex al momento en que su espíritu se sublima al escuchar a Beethoven, él se visualiza como un vampiro sádico y violento regocijándose en todo tipo de crímenes en diversas épocas que van desde la prehistoria hasta la victoriana, imágenes presentes también cuando, ya preso se dedica a leer El libro Santo, violencia que proyecta y lleva a cabo como una rutina diaria en su vida normal. El ser humano vive con la violencia implícita desde que existe en este mundo (algo semejante vemos en las escenas iniciales en 2001 Odisea del espacio) el hombre siempre será lobo del hombre.

Porque como dice el propio Burgess acerca de su personaje: “Alex tiene los principales atributos humanos: amor a la agresión, amor al lenguaje, amor a la belleza. Pero aún es joven y no ha entendido aún la verdadera importancia de la libertad, la que disfruta de un modo tan violento. En cierto sentido vive en el Edén y sólo cuando cae (como en verdad le ocurre desde una ventana) parece capaz de llegar a transformarse en un verdadero ser humano”.

No es de extrañar que la combinación explosiva que es la realidad que vive Alex y su juventud no arrojara por resultado una vida consagrada a la ultra violencia.

- El entorno social decadente, calles semi industriales, desoladas, llenas de basura y podredumbre en la que se pasean despojos de la humanidad como escupitajos esparcidos por el suelo, señal de una clase gubernamental que no tiene el menor interés en su población y que a la misma no parece importarle demasiado. En un entorno como tal sólo el más fuerte (o el más cínico) puede sobrevivir.

- Padre y madre patéticos en su condición miserable como simples engranajes de un sistema y a los cuales se les puede engañar y manipular por el sólo hecho de que ya han perdido cualquier básico interés por la vida.

- Un sistema capaz de contratar a delincuentes para combatir a los mismos, atiborrar cárceles sin consideración alguna.

- El total aislamiento y confinamiento del ser humano a pequeños apartamentos de 20 por 20 en donde se aprende a considerar más el amor por las mascotas (así sean serpientes y tarántulas) más que el amor o compasión por el ser humano.

- La consideración de la mujer como simple elemento de goce estético y sexual desposeyéndola de toda calidad

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