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Octove Dia


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2012  •  1.662 Palabras (7 Páginas)  •  297 Visitas

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Harry (Daniel Auteuil) es un ejecutivo de ventas que, además de estar absorbido y agotado por su trabajo, vive una crispada separación de su mujer, que se ha quedado con los hijos de ambos. De una institución especializada salen con sus familias, que han venido a buscarles —comienza el fin de semana—, los internos: son jóvenes con síndrome de Down. Georges (Pascal Duquenne), uno de ellos, olvida que a él nadie vendrá a buscarle, y, a pesar de la advertencia de uno de los celadores, sale a la carretera, con su maleta, para ir a ver a su madre.

Al mismo tiempo, Harry, el ejecutivo, camino de su solitario apartamento, en automóvil, encontrará a Georges, ya de noche, perdido en la carretera bajo la lluvia. Y aquí comienza una relación entre los dos, que constituirá la historia y contenido de la película.

Una historia de amor de amistad, de liberación, generosidad y desamparo. Jaco Van Dormael, belga, nacido hace cuarenta años, desde 1980 ha dirigido cortometrajes y reportajes, casi todos ellos premiados. Siempre interesado por el mundo de los niños, en 1991 realiza su primer largometraje, Totó, el héroe —en el que también interviene Pascal Duquenne—, Cámara de Oro y Premio del Público en el Festival de Cannes. También en el Festival de Cannes El octavo día ha obtenido el premio de interpretación masculina, exaequo para Daniel Auteuil y Pascal Duquenne.

Duquenne realmente tiene síndrome de Down. Van Dormael ha querido mostrar, en una sencilla historia lineal, la singularidad del hecho de tener esa enfermedad, las diferencias. De ahí ese encuentro y choque entre dos mundos: el de Harry y el de Georges.

El mundo de Harry, el del alto ejecutivo de ventas, se supone que es el del orden, el de lo razonable; se supone que Harry es el integrado en la sociedad, el fuerte que puede ayudar al desvalido huérfano con síndrome de Down. El mismo Van Dormael dice que ambos personajes forman una pareja semejante a la del payaso listo y el tonto, al estilo de Stan Laurel y Oliver Hardy...

Georges, el desorden, la imaginación, la locura... es al mismo tiempo, sin embargo, el fuerte, pues ama sin prudencia humana, sin límites, y el que, por eso, sabrá ayudar en lo más hondo a Harry, que no se compromete, no se arriesga del todo, limitado por la sociedad que le esclaviza, por la norma civilizada, por su reducido mundo, que le hace perderse como persona, y perder a su familia. Georges vive el hoy, se entrega a todo, y así su mundo es universalmente abierto, libre.

Harry ha convertido el trabajo de la persona, que es por eso creador, en condena, en producto de robot; encerrado entre los asfixiantes muros de sus siete días, no ve más realidad que la de vender y exigir, no sabe dar. El encuentro con Georges supone entrar en el octavo día, en el que el amor es lo primero, y por eso la verdad, y la libertad, y no hay atadura de tiempo ni son muros las normas y los días. El encuentro con Georges lleva a Harry a tener que ocuparse de alguien, a amar, a ser libre, dueño del tiempo y no esclavo de él; le hace capaz de vivir.

Puesto que en definitiva el joven con síndrome de Down es el fuerte-débil, por su naturaleza no puede sobrevivir sin alguien a su lado a quien querer. De ahí que la pareja que forman Georges-Harry sea la verdadera significación del film. Esa solidaridad que fortalece sus debilidades distintas.

Jaco Van Dormael recuerda que en el teatro del XVI y XVII, en algunos países eran hombres disfrazados quienes interpretaban papeles femeninos, y que en los comienzos del cine, blancos actores ennegrecían sus rostros para interpretar papeles de negros; así, hay ahora una inicial desconfianza en dar papeles de responsabilidad a estos seres diferentes —Rain Man o Forrest Gump—, sin embargo, afirma, el trabajar con Pascal Duquenne no supone ni mayor ni menor dificultad que con un actor normal, pues él es actor. Al contrario, ha aprendido de él una importante lección: la exigencia capital de trabajar a gusto para trabajar bien. Lo cual significaría no capricho sino sinceridad: se trabaja con convicción cuando lo que se hace es verdad, y se hace a conciencia; si no, no.

En nuestro mundo —que es el de Harry, el mundo llamado normal—, en el que predomina no sólo la razón de eficacia material sino el concepto abstracto, que limita todo al empequeñecido límite de una razón humana, que prevé y clasifica todo según el preordenado fichero, los elementos de desorden, como son estas personas con síndrome de Down, que saben darse, que aman la vida, el momento presente, nos recriminan. Son como el amor sobre la tierra.

Así que El octavo día no es sólo una película sobre personas con síndrome de Down, va más allá; va tan allá como va el amor, y nuestra necesidad de él. Georges es más que un símbolo, es el mundo que nos falta, o que menospreciamos y desconocemos; y está a nuestro lado, tendiéndonos continuamente

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