Película de Coppola

Esta película de Coppola es un claro de ejemplo de esas películas que dicen “árboles bien, explotación mal”. Gran filme que consiste en una colección de imágenes y fotografías muy bien logradas, sin discurso verbal. A lo largo del filme podemos ver al mundo y su grandeza de paisajes naturales, sus mares, montañas, el cielo y todo eso que tanto nos gusta ver muerto aunque admiremos, como unos cínicos.

Al llegar a la fase de completo caos y avance tecnológico, vemos como el consumismo nos lleva a explotarlo todo, nos lleva a esa producción en masa de tantos productos, llega un punto en el que la producción en masa de productos se fusiona con “la producción de humanos”. En esta serie de imágenes, el producto pasa de ser un recurso explotado a un humano explotado. Esto nos da a entender que el humano consume al humano al consumir sus recursos naturales que le rodean. Los recursos se acaban, el humano se acaba.

Después se nos lleva a esta etapa en la que el humano produce esas grandes armas y esos sueños de la ciencia ficción, un “cohete espacial”, un avión, una herramienta del humano destructor, casi la más efectiva y estúpida, la bomba atómica. Esta película es sin duda algo difícil de sentarse a ver sin sentirse incómodo por la falta de discurso verbal, a pesar de las dificultades que el público pueda tener para digerir esta película, representa una gran reflexión que recuerda mucho al gran video de animación de la gran canción de Pearl Jam “Do The Evolution”, en el que el humano llega a su inevitable destrucción a través de su consumo.

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