Reportaje testimonial musico callejero

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¿Música o Ruido?

Viviendo como artista callejero

Llaman la atención, captan las miradas de los transeúntes, hacen reír, conmueven. Chile no sería lo mismo sin ellos. El arte está en todos lados pero no nos damos cuenta.

Por Jorge Imhoff

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Lo difícil que es a veces ser escuchado y respetado por los ciudadanos | foto: Andreas Hölck

Cualquier rincón en el centro de Viña del Mar es bueno para que artistas de todas las nacionalidades y estilos muestren su creativa forma de vida. Por eso mismo fue como llegué a tomar la decisión de experimentar y ser un cantante callejero por un par de días, lo cual me llegó a abrir la mentalidad en el sentido de la vivencia y como fue ser uno más de ellos.

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Como comenzó todo

Tenía una pregunta grande en mente, que fue al final una de las principales razones que me terminó convenciendo de hacer esto. Yo quería estar al otro lado de la moneda, ver cómo la gente reacciona y que se logra transmitir al momento de interpretar, analizando si la población respeta y apoyan el arte callejero que sinceramente no es tan fácil como se piensa. Mi idea era encontrar la respuesta en base a la gente que si bien toma este trabajo como una molestia o por otro lado un momento para deleitarse y disfrutar del talento emergente que se muestra.[pic 2]

Un inicio inesperado

Mi recorrido callejero-artístico comienza en un soleado día martes en la concurrida Plaza de Viña, alrededor de las once de la mañana donde pude encontrar, como si fuese fiesta de disfraces, una persona caracterizado de Iron Man, que junto a un simpático Papá Pitufo se fotografían con los más pequeños. Por la otra esquina podemos encontrar otros personajes animados como Bob esponja, el cual cuando había llegado tuvo una pelea con Hello Kitty por el lugar. Puede que fuese su primer día y el mundo de los artistas callejeros sea más duro de lo que parece.

Bueno la verdad no me demoré mucho en subirme a la primera micro al frente de la plaza, pidiéndole cordialmente al chofer  levantando mi guitarra y con una leve sonrisa, para que después me diera la indicación asintiendo la cabeza de que podía entrar. Recuerdo muy bien que no había más de diez personas, lo cual no me puso tan nervioso al momento de presentarme y poder cantar. De inmediato pude comprender y ser testigo del gran desafío que es poder estar apoyado en la parte trasera con una guitarra y además cantando. Al terminar mi acutación pedí un aporte voluntario, donde logré ganar $400 pesos. Fue un

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buen comienzo, y me ayudó también a quitar esa ansiedad y nervio de enfrentar a los pasajeros.

Luego de eso logré subirme nuevamente un par de veces, pero los resultados no fueron tan buenos. Mucha gente iba escuchando música de sus celulares y no prestaban mucha atención, por lo que decidí devolverme a casa con tan solo $900 pesos en el bolsillo.

El esfuerzo detrás de todo

A pesar de las altas temperaturas, todos estos artistas parecen no importarles el calor o las incomodidades que trae todo esto, ya que pueden tocar por muchas horas y sin siquiera sentarse o tomar un descanso.[pic 3]

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