Tarea 2.3 Blade Runner

Tarea 2.3 Blade Runner.

La película de Blade Runner del año 1982 nos transporta a una antítesis de una ciudad ideal basada en Los Ángeles en su visión de cómo sería la tecnología del año 2019.

Algo que toma mi atención desde el primer momento es que se nos muestra una sociedad donde todas las etnias y culturas conviven en una sola y que más que mostrar una ciudad futurista o utópica, se nos muestra algo más medieval con la economía de trueque, pero con la tecnología del futuro.

En la arquitectura podemos denotar que maneja un tono bastante obscuro y maneja bastantes recursos de muchas corrientes arquitectónicas, como la prehispánica de los mayas, arquitectura romana, arquitectura griega, y también bastante arquitectura egipcia y no solo eso, también bastante de su vestimenta y porte que se manejaba. Se da a entender de sobremanera que todo el ambiente está bastante deteriorado y abandonada en cuanto a mantenimiento.

Se observa una urbanización bastante desorganizada, decadente y sin relación entre sí, como ya lo había mencionado, dando esta sensación de una cultura más medieval que civilización.

En los rascacielos podemos observar unos anuncios publicitarios y muchas luces en neón, lo cual de manera implícita nos expresa un liberalismo extremo en el consumo, y el placer que se le da al ser humano.

Podemos observar que alrededor de toda la película tenemos un ambiente de opresión y frustración, y todo esto nos lo comunican por medio de los ruidos y un urbanismo caótico y decadente.

Investigando, hay dos edificaciones que tienen un gran protagonismo, la Casa Ennis de Frank Lloyd Wright y los almacenes Bradbury de George H. Wyman.

Ambas construcciones son enormemente conocidas en la ciudad de Los Ángeles y que el director las incorpore magistralmente dentro del guion de la trama hace que la geolocalización del mismo sea implacable, además al evitar construcciones más futuristas o de diseño más vanguardista ha conseguido que la película no haya sufrido de un envejecimiento prematuro.

La Casa Ennis se adapta a la película como el departamento de Deckard, que refleja un gusto por la arquitectura Maya y traslada ese espíritu atemporal al film. Por otro lado, los Edificios Bradbury, aparece como un lugar sombrío y abandonado en donde vive J.F Sebastian, el entrañable diseñador genético que sirve como puente al Replicante Roy para llegar hasta su creado.

Se nos muestra una ciudad infinita en el horizonte, llena de zonas industriales que evocan una imagen del infierno. Presenta grandes edificios de pirámides truncadas y cilindros babélicos, sometidos a un funcionalismo extremo que le debe mucho al cine expresionista alemán. Dentro de la ciudad no existen naciones ni identidad social, solo anuncios gigantescos y luces de neón, de compañías que controlan la ciudad gracias a su poder monetario. La publicidad anuncia una vida mejor en las colonias espaciales, ante una tierra sobrepoblada y donde sus habitantes, seres marginales, no pueden costear salir de la tierra.

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