EL dilema del fracking

EL DILEMA DEL FRACKING

Va más allá de una  técnica de explotación de hidrocarburos; se atribuyen beneficios económicos acosta de un daño ambiental inconmensurable. El Fracking o perforación hidráulica consiste en una técnica de extracción de hidrocarburos en yacimientos no convencionales. Se trata de explotar el gas acumulado en poros y fisuras de ciertas rocas sedimentarias. Para este procedimiento es necesario realizar cientos de pozos ocupando amplias áreas de tierra e inyectar millones de litros de agua cargados con un mezcla químicos toxicos para extraerlo.

Los impactos ambientales según  un artículo publicado en agosto de 2014 en la revista Annual Review of Environment and Resources, científicos liderados por el Dr. Robert B. Jackson, de la Universidad de Stanford, presentan el estado de conocimiento del balance de los efectos, positivos y negativos, de esta tecnología.  Allí se resalta el poco acceso a la información, y el poco conocimiento que existe sobre los efectos a la salud humana, como consecuencia de esta práctica. Además, recalcan la prohibición de esta práctica en Francia y Bulgaria, al igual que la necesidad de estudio sobre el estado del agua antes del inicio de las perforaciones.

Básicamente, al inyectar estos millones de litros de agua mezclada con químicos en el subsuelo,  afecta aparentemente las fuentes hidrográficas de un país rico en este líquido vital. Sin mencionar de los efectos sísmicos que  generan. Un estudio realizado por el Servicio Geológico de EEUU identifico que en las zonas donde la práctica del fracking es frecuente, el promedio de movimientos telúricos aumentaron; información que desmiente la Asociación de Petróleo y Gas de Oklahoma, “aunque podría existir relación entre los terremotos y los depósitos de agua residual, no hay suficiente información sobre cómo la inyección de agua residual afecta las fallas geológicas”.

Por su parte, llevando el problema a nuestro país, como se menciona en el artículo publicado el 30 de Septiembre del 2014 en el Espectador, “La Factura es más Profunda”, esto alude a las decisiones políticas que van detrás de la implementación de estas prácticas de extracción en el país, manifestando la necesidad de aumentar la producción de barriles de petróleo y aumentar las reservas que posee el país actualmente, argumentando “una política basada en el dinero fácil” donde la riqueza se genera a partir de la “petróleodependencia” -Como menciona Cesar Rodriguez Garavito en su Columna El Exministro del “fracking”-, en lugar de darle una oportunidad y un “empujón” a todos los desarrollos investigativos, innovación, exportaciones y servicios de calidad que potencialmente pueden generar riqueza en nuestro país.

Por otra parte, no se realiza una gestión ambiental coherente para tomar una decisión concisa y justa donde se evalué el riesgo de la implementación del fracking, se tomen en cuenta las opiniones de la sociedad con bases sólidas de conocimiento, investigaciones, y se evalúen en realidad los riesgos que  conlleva en Colombia; no es solo basarse en las lecciones aprendidas en los otros países, es tomar sentido de pertenencia y no pensar solo en el impacto económico que podría generar, sino en la preservación de todos los recursos naturales valiosos que posee el país, y obviamente en la salud de los colombianos. A demás de no segarse en la “petróleodependencia”, abrir la mirada a las tecnologías emergentes, desarrollando productos que impulsen la economía del país mediante un progreso sostenible, donde las oportunidades de mejora y de avancen estén basadas en el conocimiento y desarrollo de productos innovadores.

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