Empresas Del Siglo XX

ENSAYO

LA EVOLUCIÓN DE LAS GRANDES EMPRESAS

EN EL SIGLO XX

Lo que se trataba de analizar no era la rentabilidad de la inversión sino la supervivencia o ampliación de las capacidades de la empresa, es decir lo que interesaba conocer ante todo era el tamaño de la empresa en 1995 en relación al de 1912. Además para poder seguir estudiando la supervivencia de las capacidades de las grandes empresas en 1912 se debían resolver dos problemas más; determinar cuáles iba a ser las empresas continuadoras y decidir qué hacer con las que desaparecieron entre 1912 y 1995.

Esto hizo que se pensara que las empresas ya no existían como tal, ya que sus capacidades se dispersaron o fueron absorbidas por otras empresas, aunque en algunos casos unas de estas empresas que desaparecieron puedan conservar parte de las capacidades que las caracterizaban. Es de anotar que en la evolución de las empresas se buscaba unir o fusionar a las empresas ya prevalecía la más grande.

Finalmente el problema de las nacionalizaciones, que era el mayor riesgo al que se enfrentaban las empresas de 1912, esto se presenta por tener relación directa con su tamaño, reflejando consecuencias finales que varían de unos países a otros.

En los principales países industriales de la época se habían reunidos recursos necesarios para ser las mayores empresas del mundo. En consecuencia de todo lo que se ha expuesto para la economía industrial es claro que se ha centrado la atención en el estudio del éxito, de las empresas que aprendieron a crecer o a mantener sus capacidades a pesar que los directores de estas empresas no fueron los más hábiles. Esto nos da a concluir que a evolución de las grandes empresas al igual que la evolución biológica, presenta una regresión.

Después de analizar las empresas y de preguntarse si se presentan sectores en declive o empresas en declive surge una pregunta, ¿cómo logran las grandes empresas mantener sus posiciones, seguir creando valor y ampliar las capacidades? La única respuesta razonable es: con gran dificultad. La afirmación de Samuel Johnson según la cual <<gestionar una empresa no debe ser tan complicado, a juzgar por los que las dirigen>>.

Una de las consecuencias de lo anterior mencionado es que las diferencias internacionales entre las empresas gigantes deberían tender a desaparecer en todos los casos excepto en aquellas pocas empresas en las que sus diferencias competitivas estuvieran protegidas o difícilmente identificables, como en el caso de la industria química.

Se concluye que hay dos campos en los que se manifiestan las características nacionales de la cultura empresarial; en primer lugar lo constituirían las instituciones locales que, de algún modo, tienen influencia sobre las pequeñas y medianas empresas. Las empresas locales,

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