ExportCION DE HORMIGAS
ANDREA55662323 de Septiembre de 2013
3.340 Palabras (14 Páginas)354 Visitas
INTRODUCCION
Con este proyecto pretendo adelantar un estudio de mercadeo para conocer la viabilidad de desarrollar una idea de negocio la cual es la creación de una comercializadora de hormigas culonas; donde aplicare los conocimientos adquiridos durante el proceso académico que estamos culminando, el aspecto más relevante de este trabajo es el complementar los conocimientos teóricos con la práctica.
Los retos son claros: Colombia es un mercado en vía de desarrollado y con gran diversidad de productos alimenticios, los cuales compiten fundamentalmente con precio y calidad. Es por esta razón que requiere ser atacado estratégicamente. Las oportunidades son grandes también; Con el continuo desarrollo de la industria nacional y, sumada a la creciente demanda, tanto interna como externa, de productos no convencionales para la alimentación de la población, se ha presentado la oportunidad de implementar y ejercer diferentes tipos de proyectos que redunden por la satisfacción de dichas exigencias. En este sentido, se propone el desarrollo de un proyecto encaminado a la producción de hormigas culonas, idea que se ve alimentada por la creciente demanda de este producto y las pocas industrias que se dedican a tal propósito.
En este sentido, busco lograr la utilización de todo el potencial productor y comercializador de este producto, contando con las oportunidades cada vez más palpables, de apertura de mercados, como los que han sido logrados, mediante acuerdos comerciales con potenciales compradores como Estados Unidos, Canadá.
A través de este trabajo procuro orientarme en los aspectos primordiales que exige un estudio de mercado pues Cuando una empresa inicia por primera vez su actividad comercial, se enfrenta a un mercado totalmente nuevo, probablemente con diferentes costumbres, gustos, leyes, requisitos para acceder al mismo, canales de distribución, entre otros, por lo cual antes de tomar la decisión es recomendable buscar información del nuevo mercado.
Este proyecto nos invita a la formación y desarrollo de espíritu empresarial con el ánimo de facilitar e incentivar la creación de nuevos proyectos independientes y útiles que saquen partido a la actual tendencia mundial donde prima la liberación de los mercados en los cuales la competitividad es factor de éxito o fracaso personal y corporativo.
1. PRELIMINARES
1.1. ANTECEDENTES HISTORICOS DE NUESTRO PRODUCTO
LOS INSECTOS COMESTIBLES EN LA HISTORIA
Poco a poco vamos a ir recorriendo la historia de distintos pueblos en relación con el consumo de insectos, refiriéndonos en ocasiones a textos antiguos. Las especies precursoras del ser humano, los homínidos, se alimentaban en función de los productos que encontraban a su alrededor; para conseguirlos se ayudaban de palos o piedras, que les permitían extraer raíces o arrancar cortezas de los árboles debajo de las cuales había pequeñas larvas. Así los Austrolopitecus consumían termitas y hormigas, y habían aprendido a cortar e introducir un palito por los termiteros y hormigueros (Harris, 1989; Ritchie, 1988).
Según Arsuaga (2002) esta fuente de proteína animal era importante para estos individuos, cuya alimentación se basaba en el consumo de vegetales ricos en hidratos de carbono; tanto el Ardipithecus ramidus como el Australopithecus africanus, consumían frutos maduros, hojas tiernas, brotes, tallos verdes e insectos. Al ir evolucionando las especies este consumo persistió y el Homo sapiens, entre otros productos, comía gorgojos.
Patiño (2006), en su obra "Historia de la cultura material en la América equinoccial" hace referencia a otros autores, como indicamos a continuación. Dice que los indígenas de Tucumán utilizaban las langostas (Schistocerca) llamadas "quechquech" (según Cobo, 1891). En Venezuela, según Oviedo y Valdés.
(1959) se utilizaban las langostas, llamadas "tana". Los nativosde Cartagena también utilizaban langostas, que secaban y comerciaban con ellas. Según Anglería (1944) se conocían grillos, cigarras, langostas. Patiño dice, además, que se consumían hormigas Atta ssp; había zonas en que las hormigas se criaban
para comer (según Aguado, 1956 y Simón, 1953); en Brasil en zonas del Orinoco, también se comían y los "panches" de la actual Colombia, también las criaban. Algunos pueblos andinos comían piojos. Comenta la cita de J. de la Espada sobre los indígenas quiteños que comían cierto género de "camaroncitos" llamados localmente "chiche" (chhichi) que se preparaban con ají en pasteles y dice: "…estos mosquitos se ponen en unos potajes los días de ayuno y en una olla bastante para quince criaturas…" Los indios de la selva amazónica recolectan decenas de especies de insectos para consumir, sobre todo en la fase en que poseen mayor contenido graso, como larvas e imagos alados previos al vuelo nupcial y apareamiento (Domínguez, 1997). Los indios Yanomani de Venezuela, disfrutan del sabor de la Theraposa leblondi, la tarántula más grande del mundo; se asa y después de siete minutos se pela; una vez quitadas las patas, se paladea su abdomen y la carne, que es blanca, sabe a cangrejo ahumad.
Desde hace 500 años, los hombres hacen guardia en la boca de los hoyos de esta tierra guanentina. Estos valles son la vertiente misma de la imaginación de la culona, hormiga comestible, única en su sabor agrio en el mundo, reina criolla de los insectos que debe su nombre a lo enorme de su trasero lleno de huevos.
Miles de ellas salen de los hormigueros donde hibernan en los valles de San Gil, Curtí, Villanueva, Barichara, Zapatoca y Guane, buscando los rayos del sol para el apareamiento. En ese momento son atrapadas por los campesinos, en bolsas, jarras, ollas, costales, para ser tostadas vivas al fogón.
Los guanes, que vivieron entre los siglos VII y XVI, al aprendieron a masticarlas y a defenderse de la picada de los machos, que no se consumen, pero atacan con ferocidad a los intrusos.
Desde esos tiempos, cada mañana, durante nueve semanas al año, las culonas hacen parte de una tradición gastronómica, que luego de colonizar las mesas del país, ha llegado hasta Inglaterra, Alemania, Portugal, Canadá y Estados Unidos.
La quimera, que ya recorre el mundo, le atribuye a la hormiga culona poderes afrodisíacos, analgésicos y de longevidad, más aun si se consumen vivas, tras cortarles las patas, las alas y el pico.
A pesar de que este tipo de insecto cuenta con ciudades subterráneas en el Eje Cafetero y los Llanos Orientales, habitadas entre 50 y 200 millones de hormigas, la cocina santandereana convirtió este departamento en la fábrica oficial de culonas de Colombia.
El sociólogo e historiador Emilio Arenas asegura que si bien era consumida por las clases populares, la alta sociedad santandereana le tuvo resistencia a su culo.
"La hormiga tuvo una etapa vergonzante. Los ricos las llamaban hormigas colonas. Les daba pena referirse a ellas. Incluso en alguna ocasión se aseguró, para desprestigiarlas, que provenían de los cementerios. Pero la hormiga culona no ha perdido su vigencia"
Arenas considera que su consolidación como símbolo es producto de la tradición indígena que sobrevivió al paso de los años.
"Los artesanos y los artistas forjaron el concepto con sus obras. Las mujeres en la cocina hicieron su aporte. En los años 50, una importante empresa de transporte las llevó por todo el país. Luego los medios de comunicación hicieron su trabajo y se arraigó esta tradición".
Un estudio de la Universidad Industrial de Santander encontró que son una fuente rica en ácidos grasos no saturados, es decir, un alimento que previene enfermedades como el alto nivel de colesterol sanguíneo.
Por su parte, Hernando Medina, empresario bumangués, aseguró que el mercado de hormigas en el exterior es relativamente nuevo y está en crecimiento. Medina arrancó su proyecto hace cinco años exportando 50 kilos y hoy envía al año 800 kilos del insecto.
"La fuerte tradición santandereana de comer hormigas culonas se expande en el mundo con mucho éxito. Es una costumbre heredada de nuestros ancestros indígenas y así lo están reconociendo en los mercados extranjeros".
Para fortalecer esta tradición, Jorge Raúl Díaz, propietario de una finca de 30 hectáreas con 39 nidos de hormigas certificados, promueve desde hace dos años el concurso 'A coger culonas', que reúne a 20 novatos y expertos cazadores. El año pasado, en sus bolsas se amontonaron 56.000 hormigas.
Así, los santandereanos perpetúan una tradición que acompañó a sus antepasados, los guanes, y que comienza cada año en luna menguante al terminar Semana Santa.
Actualmente encontramos en las calle vendedores ambulantes con este producto; los cuales no ofrecen el adecuado empaque para su comercialización pues este producto es empacado en bolsas plásticas selladas con grapas de cosedora dando una apariencia no muy deseable para el consumidor.
1.2. JUSTIFICACION
Este proyecto busca, mediante la aplicación de la teoría y los conceptos básicos de mercadeo, analizar factores internos y externos que intervengan en el desarrollo del estudio de viabilidad para la comercialización de hormigas culonas.
Actualmente encontramos en las calle vendedores ambulantes con este producto; los cuales no ofrecen el adecuado empaque para su comercialización pues este es empacado en bolsas plásticas selladas con grapas de cosedora dando
...