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INPUESTOS


Enviado por   •  12 de Octubre de 2014  •  2.405 Palabras (10 Páginas)  •  270 Visitas

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La contabilidad es una disciplina muy particular, con el segundo año de la universidad puedes comenzar a buscar un trabajo asociado a la carrera, como kardista, cajero, bodeguero y auxiliar contable en alguna empresa, cuando ya estás más avanzado puedes aspirar a puestos como contadores de pequeños negocios, auxiliares de costos, asistentes de auditoría, responsables de una unidad de distribución, trabajar en una aduana, administradores de finca, en fin es posible encontrar diferentes opciones de empleo.

Si eres un estudiante inicial, medio o estás finalizando la carrera, o eres recien egresado, incluso si llevas ya algunos años de desarrollo profesional, aqui te comparto "10 MANERAS PARA SABER QUE TÚ NACISTE PARA SER UN CONTADOR" aunque no necesariamente, sería como un decálogo, los diez puntos hacen mención a patrones de carácter más común y generales.

1. Nada realmente te aburre

Vamos a decirlo, hay puestos y profesiones más emocionantes que la contabilidad, pero no todo el mundo está hecho para ser un gran deportista, guía turístico, cheff. Los contadores vemos como algo normal hacer un trabajo repetitivo mes a mes, los cierres contables, las declaraciones de impuestos, la preparación de reportes, sin embargo no hay nada mejor, cuando se disfruta el hecho acerca de detalles, como por ejemplo la contabilización y registro de una transacción económica, de hecho la mente se prepara como un desafio que pone los sentidos al límite.

2. Siempre esta adoptando la tecnología

Además de estar familiarizado con programas contables como Exactus, SAP, QuickBooks entre otros muchos que existen, tambien sabes que el dominio avanzado en las hojas de cálculo de Excel, es indispensable para agilizar tu trabajo, es normal tener una hoja de Excel con macros, fórmulas y enlances que solo el contador se atreve a modificar, un pequeño cambio a dicha hoja representa un desastre y hasta llevarte a tener un mal día.

3. Definitivamente te gustan los números

El contador tiene una pasión pura y no adultera de las matemáticas, y no le importa ayudar a sus compañeros que no comprenden los números, disfruta de las estadísticas, de hecho le gusta hacer crujir los números, tienen una forma muy particular de escribir los números, dile a un contador que te escriba un número con decimales y verás con que precisión te reflejará los decimales, 60% más pequeño que los enteros y casi a la mitad arriba presentados como potencias, es decir pequeños y más arribita que los enteros. Generalmente los contadores fueron los matemáticos en su escuela, aunque tambien hay una corriente sobre la herencia familiar, tu padre o tu madre, uno de ellos es contador, me he asombrado últimamente que conozco varios amigos donde sus padres, alguno es contador, y es más, ahora su esposa o esposo tambien es contador. Su bebé ya comprenderá las reglas de la partida doble.

4. Tener una pasión anormal por la legislación fiscal

Conozco con mucho aprecio a un contador, que su jefe no lo dejaría ir jamás!! aunque no es cierto que le pague bien, pero si lo estima mucho, tener un dominio de aspecto fiscal es una parte fundamental para el contador exitoso.

5. Siempre estás en los detalles

Como contador eres capaz de apilarte tu escritorio de papeles, buscando en ese mar, una diferencia en tu balanza de comprobación, el descuadre de una cuenta o la integración de otra, otros entran en un estado de meditación y concentración profunda, pues sabes que los números deben ser perfectos para el negocio, ya que hay mucho en juego para los contadores.

6. Tienes el hábito de resolver desafios

La capacidad de análisis de un contador es impecable, despierta su adrenalina cuando tiene un problema dificil y simplemente no se siente satisfecho hasta encontrar la solución. Sin embargo aqui entra mucho en juego cuando te encuentras en la terquedad de tu jefe y ves que no comprende la importancia que tiene para tu contabilidad, definitivamente algo que desiluciona mucho.

7. Siempre conservador en su tiempo

La gestión del tiempo es una habilidad esencial para el contador, las fechas críticas para el pago de impuestos, las fechas para los cierres contables, en fin todo se esta moviendo en base a fechas de entrega, fechas de presentación, fechas..fechas..y más fechas... es por eso que para desarrollarse exitosamente se administre bien el tiempo.

8. El contador siempre ha sido una persona de personas

Antes los contadores solían ser los tipos anti-sociales que estaban confinados en sus oficinas de forma permanente, pero en estos días, eso ya no es el caso. Salvo algunas excepciones, como por ejemplo; los auditores en temporadas altas. Un buen contador espera construir relaciones personales con colegas, clientes, y otro tipo de personas que le permita tener una red de contactos, definitivamente un contador que no tiene una red de contactos, dificilmente podrá darse a conocer. Por tanto la comunicación verbal y escrita son esenciales.

9. Apariencia conservadora

Hace poco fui a una reunión con un cliente, un ingeniero químico, antes de llegar a la sala de conferencia nos topamos en el pasillo y nos expreso, en medio de otras personas; "Ustedes son los auditores", le expresamos; "asi es, como lo supo?" por su vestimenta y sus peinados los reconoci. Vestirse como un contador, implica una vestimenta profesional, pantalones caqui, y otras telas de vestir con tu camisa manga larga, es tipico del contador, en otros niveles la carbata, las zapatillas bien lustradas, un peinado tipo superman, y en la dama una falda hasta la rodilla y una blusa discreta son más que suficientes para causar una buena impresión.

10. Su integridad ha sido siempre de suma importancia para usted

Sin importar lo que hagas, te esfuerzas por hacerlo de la manera correcta, procurando dejar toda la evidencia posible en la información soporte. Los contadores están acostumbrados a manejar información sensible, por lo que deben mantener normas éticas de conducta establecidas en la profesión.

LOS SIETE SECRETOS DE UN BUEN ORADOR

Publicado el 23 enero, 2011de rvelilla

Hacer una exposición oral –tanto si es delante de un gran auditorio como delante de los compañeros de trabajo en una sala de reuniones- puede ser motivo de estrés. Tener credibilidad y saber expresar los ideas de manera clara, concisa y atractiva, no sólo realza la propia imagen sino también la de la organización a la que se pertenece. Por el contrario, si el público percibe al orador como poco elegante, mal preparado y aburrido, puede verse perjudicada seriamente su imagen y aun su carrera profesional.

¿Qué hacer, pues, para salir airoso? He aquí siete actividades con las que poder obtener confianza y seguridad al dirigirse a un auditorio –tanto si es la primera vez como si, teniendo alguna experiencia, se carece de seguridad.

1. Conocer los objetivos, los recursos y el público

Si el propósito es informar al auditorio, hay que darle información nueva y útil. Si, además, se desea persuadir, entonces hay que hacer que los oyentes crean en el mensaje o participen de él. Se debe ser muy claro acerca de los objetivos. En otras palabras, hay que tener claro cómo terminará el discurso y también: ¿quiénes compondrán el auditorio?, ¿compañeros de profesión o clientes potenciales o…?, ¿por qué asistirán?, ¿cuál es su actitud respecto a su objetivo?, ¿qué conocimientos tienen y qué necesitan saber? Dar cierta información a un auditorio indebido limita los posibilidades de alcanzar los objetivos.

Conocer los recursos que están a su alcance también es importante. ¿Forma parte de un equipo o panel?, ¿de qué hablarán los demás?, ¿cuántos oyentes habrá?, ¿qué recursos audiovisuales hay disponibles?, ¿cuánto tiempo se tiene para hablar?, ¿a qué hora del día será el discurso? La respuesta a estas preguntas son factores cruciales para ayudar a confeccionar el mensaje.

2. Prepararse adecuadamente

Una vez clarificado el objetivo, llega el momento de preparar el discurso. El primer paso es recoger toda la información necesaria, aunque no es cuestión de abrumar al auditorio. El material pertinente hay que organizarlo de modo que haya una progresión lógica de las ideas. El mensaje tiene que ser fácil de captar.

Primero se debe preparar el contenido del discurso, su “cuerpo” y dejar la introducción y la conclusión para lo último, La introducción que sea impactante, haciendo hincapié en los “beneficios” que reportará la escucha; la conclusión final debe ir “cargada de fuerza” y ser memorable.

3. Hacer un borrador

Este borrador final debe ser un resumen en el que, con distintos colores, aparezca la información esencial para el auditorio.

Siempre se debe dejar una copia del borrador en casa o en el despacho, así podrá mandarse por fax en caso de una emergencia. O mejor todavía, tenerla también en el disco duro del ordenador.

4. Practicar, practicar, practicar

Se aconseja hacerlo al menos unas tres veces, leyéndolo en voz alta y cada vez con un tono distinto para no perder la espontaneidad. Nunca intentar aprenderlo de memoria; la memoria falla y más en situaciones de estrés. ¡Retener ideas, no palabras o frases! Decir el discurso cambiando las palabras no las ideas. Así mismo ayuda practicar delante de alguien. El ideal: grabarse en vídeo.

5. Llegar con antelación

Asegurarse de que todo en la sala está en orden: micrófono, proyectores,… En cualquier caso hay que llevar alternativas: plan A con ayudas; plan B sin ayudas.

6. Usar las “tres uVes” comunicativas

Visuales, Verbales y de Voz (tono de voz). A pesar de que las tres son importantes, para algunos de los oyentes lo que se diga no será tan importante como la manera como se dice; habrá otros que se dejarán influenciar más por la imagen o por los expresiones faciales o corporales. La credibilidad como orador está determinada por el buen manejo de “las tres uVes”.

 Las técnicas visuales

Lo primero que percibe el público es la imagen del orador. Antes de abrir la boca algunos ya le habrán juzgado. El lenguaje corporal es un elemento de comunicación que el público percibe. El contacto visual con el público es imprescindible; quien no mira al público es imposible que perciba cómo éste percibe los mensajes que se le dan. Por eso lo mejor, no leer y sí hablar como si de una conversación personal se tratara.

 Las técnicas de voz

Un tono de voz monótono se presta a no atender al mensaje. También es importante hablar claro. Si se habla aceleradamente o con voz baja, los oyentes tendrán que esforzarse demasiado para escuchar. Variar el tono y velocidad, y adaptarla a lo que se dice es muy conveniente.

 Las técnicas verbales

Hay tres cosas que conviene recordar acerca de la comunicación verbal: usar un lenguaje descriptivo y sencillo, frases cortas y evitar palabras demasiado técnicas. Además, hablar despacio; para hablar despacio nada mejor que estar tranquilo y relajado en el cuerpo y selectivo en la mente: pocas ideas, pero bien expresadas.

7. Prepararse para responder a preguntas

Si se ha preparado el discurso, se está listo para contestar a preguntas. Preferible siempre hacerlo de manera breve y concisa. Es mejor parafrasear la pregunta antes de contestarla. Esto le ayudará a que le quede claro y a entender lo que le preguntan. Si no se tiene respuesta, nunca inventarla… No olvide que usted es el único dueño de sus respuestas.

Saber cómo elaborar y comunicar discursos aumenta la habilidad para dar una imagen positiva. Estos secretos son el primer eslabón para ayudar a conseguir un buen nivel como orador.

Cómo ser un buen orador

¿Cuando crees que Jorge será más valioso y mejor cirujano, el día que acabó su carrera o después de 25 años de ejercer como tal?

Algo similar ocurre con todo el que desea ser un buen orador, aunque existe un periodo de preparación y aprendizaje, este se alarga en el tiempo sumando cada una de las experiencias vividas como orador y en otros campos, consiguiendo así que con cada año que pasa seas mejor orador.

Si tu meta es ser un buen orador vamos a ver algunas cosas que debes tener en cuenta.

Conocimiento:

Un buen orador necesita saber convertir sus ideas y conocimientos en palabras, y hacer llegar su mensaje a sus oyentes de forma que los motive a acción, si no logras que tus oyentes hagan algo después de escuchar tu discurso o propuesta no eres un buen orador.

Para lograr este objetivo necesitas: técnica -oratoria- ensayo y práctica.

El cirujano de la introducción no lo hubiera logrado sin estudios, por eso, si lo necesitas prepárate, un buen curso de oratoria te puede ayudar a conseguir tu objetivo.

Transformación:

Utiliza tus dones, ¿eres simpático?, ¿amable?, ¿paciente? y un largo etc. pues usa todas esas cualidades para llegar a ser un buen orador, ¿ crees que no tiene nada que ver la clase de persona que eres con lo buen orador que puedes llegar a ser?, pues te equivocas, un orador se dirige a personas y estas captan y responden a las cualidades personales, algunas quizás no entienden a totalidad tu propuesta pero te consideran alguien tan honesto que deciden aceptarla, a otros les caes bien porque eres ¡tan simpático! así que deciden hacer lo que les recomiendas.

Los pacientes del cirujano no leen su currículum para confiar en él, en muchos casos es la clase de persona humana y cercana la que logra conquistar su confianza, así que no lo dudes, usa tus dones para transformarte en un buen orador.

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Experiencia:

Sin duda que la experiencia tiene un papel muy importante en que consigas tu meta como orador, con los años se añadirán muchas experiencias que harán posible que todos tus conocimientos y cualidades den el mejor rendimiento, pero si estás empezando tu camino como orador, no te abrumes por tu falta de experiencia, esta se añadirá con cada nueva oportunidad que tengas de hablar en público, acepta en que punto estás del camino para ser un buen orador, no te compares con otros, aprende de ellos, tú también llegarás a donde hoy están otros.

Sigue progresando, no hay límite ni licenciatura para ser un buen orador, cada nueva experiencia se sumará a la anterior, sigue creciendo como persona y tus presentaciones también lo harán.

Valora tu progreso ¿hasta dónde has llegado? ¿hasta dónde quieres llegar? no tengas dudas, el tiempo y tu esfuerzo te llevarán allí.

En resumen, usa tu conocimiento, tus cualidades y la experiencia para ser un buen orador.

Me gustaría conocer tu opinión sobre el artículo, ¿te fue de alguna utilidad? ¿te ayudó a tener más claro los factores que te ayudarán a ser un buen orador? déjanos tu opinión o dinos si tienes algún tema en particular sobre hablar en público del que desearías que escribiéramos.

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