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La economía de movimientos ahorra dinero, energía y tiempo


Enviado por   •  25 de Abril de 2017  •  Informes  •  1.719 Palabras (7 Páginas)  •  177 Visitas

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La economía de movimientos ahorra dinero, energía y tiempo

ELLA acababa de llegar de las tiendas cuando vio sobre la mesa la carta que no había enviado. “¡Ay, olvidé la carta de nuevo! ¡debí haberla enviado ayer!” Algo irritada, mayormente consigo misma por haberla olvidado, regresó a la oficina de correos antes de que cerrara. “¡Qué desperdicio de dinero, energía y tiempo!” pensó ella.

Por supuesto, a cualquiera le podemos perdonar el ser olvidadizo. Pero en el mundo de los negocios los expertos en eficiencia tratan de evitar esta clase de desperdicio por medio de eliminar movimientos innecesarios. La meta de ellos es el logro de más cosas en menos tiempo y con menos energía, a menos costo. Esto se llama “economía de movimientos.” Unos ejemplos pudieran ilustrar cómo se puede aplicar el mismo principio a la vida diaria.

Planee de antemano

La persona que planea de antemano le lleva definitiva ventaja a la que se apresura a hacer las cosas sin planearlas. La técnica de hacer las cosas sin plan alguno, como se le ocurra a uno al momento, puede ser costosa.

Por ejemplo, un ama de casa que planea de una sola vez las comidas de toda una semana no tiene la preocupación diaria de “¿qué plato prepararé hoy?” y tampoco tiene que estar viajando de continuo a la tienda de provisiones. Una lista semanal de compras le facilita comprar muchas de las cosas necesarias con por lo menos varios días de adelanto. Los menos viajes de compras que se hacen significan un ahorro de dinero, energía y tiempo.

Planee de antemano si va a emprender una tarea que nunca antes ha hecho, como la de empapelar la sala de su casa. Encárese a la realidad de que, por ser usted principiante, el proyecto pudiera costarle más de la cantidad normal de tiempo y energía nerviosa. Pida consejo a personas que tengan experiencia; permita que le adviertan sobre los errores que deben evitarse.

Antes de comenzar, pregúntese: “¿Tengo suficiente tiempo para terminar lo que voy a comenzar? ¿Tengo todos los materiales y las herramientas necesarios? ¿Están mis herramientas en buenas condiciones?” Se puede desperdiciar mucha energía forcejeando con herramientas que no funcionan correctamente.

También pregúntese: “¿Tengo suficiente dinero para llevar a cabo el proyecto hasta verlo terminado?” La Biblia, en Lucas 14:28, razona así: “¿Quién de ustedes que quiere edificar una torre no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo suficiente para completarla?” ¡Qué desperdicio de dinero sería comenzar un proyecto que financieramente no se pudiera terminar!

El planear de antemano también es importante cuando uno se muda a una casa nueva. En la parte exterior de las cajas y el embalaje escriba en qué habitación o lugar deben poner la carga los que hacen la mudanza: en la cocina, el dormitorio, la sala y así por el estilo. Entonces no tendrá que arrastrar cajas pesadas de un lugar a otro cuando desempaque.

Decida de antemano en qué orden va a poner los muebles. Pudiera dibujar a escala un plano del piso en el cual se muestren las diversas habitaciones de la nueva casa, incluso dónde están las puertas y las ventanas; entonces recorte modelos a escala de sus muebles. Mueva los modelos de papel sobre el plano del piso para determinar la solución más práctica. Es mucho más fácil y rápido hacer esto que tener que mover los muebles mismos. Esto hasta puede ahorrarle dinero, porque el movimiento excesivo puede causar daño a los muebles, sin hablar del piso o la alfombra.

Piense de antemano

El pensar de antemano envuelve más que sencillamente planear de antemano. Al hacer un mapa de la ruta que quiere seguir, el conductor de un automóvil ha planeado de antemano. Pero, ¿ha pensado de antemano? ¿Ha comparado él cuidadosamente el tiempo, los gastos y la energía que requiere cada una de las rutas? Debido a la congestión del tránsito o a las malas condiciones de la carretera, cierta ruta, aunque más corta, podría resultar más costosa, más consumidora de tiempo y más peligrosa. El pensar de antemano también incluye no planear un itinerario demasiado rígido, sino permitir un margen de tiempo para cualquier suceso imprevisto.

Aprenda a no postergar los asuntos, porque como dijo el poeta inglés Edward Young, del siglo 18: “La dilación roba tiempo.” También energía y dinero. Veamos un ejemplo. Mientras se está vistiendo, usted descubre un botón suelto. ¿Lo cose inmediatamente, o por lo menos lo quita de donde está y lo pone en un lugar seguro hasta que pueda coserlo, o es usted de los que lo dejarían en suspensión —muy literalmente— hasta que un día el botón se cae y se pierde? ¿Entonces qué? Después de buscar y no encontrar un reemplazo exacto, usted quizás termine comprando un juego completo de botones nuevos. Ha desperdiciado dinero, energía y tiempo. De manera similar, las reparaciones costosas y consumidoras de tiempo del auto o del hogar pueden evitarse por medio de actuar tan pronto como uno descubre que algo necesita arreglo, antes de que la mala condición se haga más seria.

Mantenga las cosas en el lugar apropiado

“¿Dónde están mis anteojos?” “¿Se llevó alguien mi lápiz?” “¡No puedo hallar mis llaves!” ¿Le suena familiar eso? El buen hábito de mantener las cosas en el lugar apropiado le ayudará a encontrarlas rápida y fácilmente. También le salvará de la posible vergüenza de imputar culpa a alguien inocente.

El secreto de una oficina bien organizada consiste en archivar los papeles de tal manera que uno pueda encontrarlos rápidamente cuando los necesite. El mismo principio también aplica a un hogar bien organizado. Pero, ¡una palabra de advertencia! El lugar apropiado de una cosa es siempre su lugar lógico.

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