La Ética en los negocios.

La ética y los negocios tienen más relación de lo que solemos pensar. El primero es una ciencia de la elección humana, y como se sabe la elección tiene relación intrínseca con la acción, de igual manera no hay negocios sin gestión, sin movimiento, es decir, se debe hacer. Cada paso que de el ser humano tiene un componente de incertidumbre ya que no hay seguridad que los resultados esperados se den concretamente, es decir, como cita el Doctor en filosofía de origen español José María Ortiz Ibarz ,”el paso del ser al deber ser entraña riesgo…eso tienen en común la ética y los negocios”, es decir, son reglas de un juego en el cual ambos participan fielmente.

Dentro de la economía existen dinámicas en los mercados que rigen los tipos de relaciones, siendo la más ecuánime de todas aquella en donde todos los oferentes tengan la misma oportunidad, esta es la que ofrece un estado de confianza a los participantes. La confianza es vital en el mundo de los negocios, debido a que el cliente compra porque confía en una organización y la organización invierte para crear confianza, es decir, existe un principio de interdepencia. Esta confianza apunta a un nirvana perseguido por las empresas llamado posicionamiento, es decir, como se está ubicado en ese mercado.

Existen diferentes estrategias para crear el posicionamiento, una muy inteligente es el crearlo de adentro hacia afuera, es decir, que el personal de la organización crea en ella, esto redundará en una mayor satisfacción del personal y por ende en una mayor productividad de la empresa. Una mayor productividad acerca a la empresa a la especialidad del desarrollo de negocios, la generación de riquezas y prosperidad.

Lo anteriormente descrito es posible solo en un ambiente de libre albedrío, de libertad, donde pueda existir la ética en el sentido práctico y por ende pueda existir la virtud, que a través de la repetición continua se convierta en un hábito y de esta manera en una conducta lineal de la generación del “vivir bien”.

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