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Master Gsm


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2012  •  2.189 Palabras (9 Páginas)  •  354 Visitas

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Concretamente os hablamos del cuadro resumen de las Políticas Locales de Lucha contra el cambio climático y de la Estrategia Española de cambio climático y energía limpia.

El objetivo del documento es facilitar y proporcionar de forma continua asistencia a todas aquellas administraciones y organizaciones interesadas –públicas y privadas, a todos los niveles- para evaluar los impactos del cambio climático en España en el sector/sistema de su interés, facilitando los conocimientos sobre el tema, y los elementos, las herramientas y los métodos de evaluación disponibles, con objeto de promover procesos de participación entre todos los involucrados que conduzcan a la definición de las mejores opciones de adaptación al cambio climático.

De estos documentos se extraen detalles como:

La adecuada valoración de las necesidades de infraestructuras, la definición de criterios de ordenación territorial, la

evaluación precisa de los impactos y la previsión de las partidas presupuestarias necesarias para afrontar soluciones menos agresivas con el entorno y la financiación de los sobre-costes derivados de las medidas correctoras han de servir para diseñar una correcta estructuración sostenible del territorio

aciones que azotan buena parte del país en la actualidad. Una de las consecuencias del calentamiento global es precisamente el aumento, tanto en frecuencia como en intensidad, de sequías e inundaciones. Los huracanes también tienden a formarse con mayor frecuencia en el océano Atlántico, aumentando su poder destructivo y acercándose cada vez mas a las costas venezolanas. Es necesario alertar a la población sobre estas nuevas amenazas, y planificar medidas preventivas para minimizar los daños que tienden a generarse.

Debemos igualmente prepararnos ante la proliferación de enfermedades contagiosas, tales como la malaria y el dengue; la afectación del suministro de agua y electricidad, efectos adversos sobre la producción de alimentos, daños a la infraestructura de transporte, aumentos en el nivel del mar y en el número de refugiados ambientales, particularmente entre los sectores mas vulnerables de la población.

Tenemos sólo dos opciones ante la avalancha de latigazos ambientales que se avecinan. O alteramos el curso del cambio climático, o el cambio climático alterará severamente nuestra forma de vida, con castigos cada vez mas severos, mas frecuentes y mas destructivos.

La sociedad venezolana puede y debe contribuir decididamente con los esfuerzos internacionales para evitar la aceleración suicida del cambio climático. Urge pasar de la retórica a los hechos. Venezuela debe ejercer el liderazgo que le corresponde, tanto por la responsabilidad acumulada en las últimas décadas, como por las oportunidades políticas del momento histórico en que se encuentra. Urge una acción colectiva latinoamericana para concretar un acuerdo mundial que permita revertir las explosivas tendencias climáticas actuales. Para lograrlo cada país debe asumir su cuota de responsabilidad, contribuyendo en proporción a su responsabilidad y en la medida de sus posibilidades.

RESPONSABILIDADES: LAS EMISIONES DE CARBONO DE VENEZUELA

El presidente Chávez parece estar mal asesorado cuando se le induce a aseverar reiteradamente que la responsabilidad del país en el contexto del cambio climático es mínima porque sus emisiones de gases del efecto invernadero son insignificantes. Tales observaciones se encuentran basadas en falsedades, o en el mejor de los casos en medias verdades. Se encuentran además reñidas con las exigencias que Venezuela y otros países en desarrollo reclaman de los países industrializados sobre la misma materia.

Ciertamente, las emisiones netas de Venezuela por el consumo de energía fósil apenas superaban en el 2007 los 150 millones de toneladas métricas de CO2 por año, mas 140 millones de toneladas adicionales como consecuencia de la deforestación. El total es equivalente a apenas el uno por ciento de los 30.000 millones de toneladas de CO2 que se emiten a la atmósfera anualmente en todo el mundo.

Sin embargo, esta es una medida engañosa, pues debe tomarse en consideración el tamaño de la población, uno de los principales reclamos de los países en desarrollo en las negociaciones internacionales sobre cambios climáticos. Los Estados Unidos de Norteamérica, por ejemplo, frecuentemente señala que sus emisiones de CO2 son algo inferiores a las de China en la actualidad, y que por lo tanto China debe asumir compromisos proporcionales. Pero lo que convenientemente obvia señalar es que las emisiones promedio de CO2 de cada norteamericano (20 ton/habitante-año) son 5 veces superiores a las de cada ciudadano chino (4 ton/habitante-año).

Al tomar en cuenta el tamaño de la población, Venezuela se destaca como uno de los países mas contaminantes del planeta. Sus emisiones promedio ya en el 2007 se aproximaban a las 12 toneladas métricas de CO2 por habitante por año, superiores a las de Alemania, Japón o España, el doble de las de Francia y el triple de la de países como China, Argentina o Chile.

Aproximadamente la mitad de las emisiones anuales de gas carbónico de Venezuela se debe a la degradación y destrucción de bosques naturales, y la otra mitad al consumo de petróleo y gas, fundamentalmente. La tasa de deforestación se ha reducido en los últimos años como consecuencia de la expropiación de cerca de 4 millones de hectáreas de tierras agrícolas ociosas o sub-utilizadas, y su distribución entre comunidades agrícolas y campesinos sin tierras. Esto ha contribuido a reducir la tasa de afectación de bosques para ampliar la frontera agropecuaria. Sin embargo, la deforestación continúa arrasando cerca de 300.000 hectáreas de bosques naturales por año, sin que se evidencies políticas públicas efectivas para detener este peligroso proceso. Con la deforestación se erosiona también la herencia genética del país, una de los principales legados, tanto económicos como estratégicos, de generaciones futuras.

Por otra parte, Venezuela consume cerca de 270 millones de barriles de petróleo por año, mas 30 mil millones anuales de metros cúbicos de gas. Sólo por concepto del consumo de combustibles fósiles, Venezuela se encuentra a la cabeza de todos los países de América Latina en cuanto a emisiones de carbono: cerca de 6 toneladas de CO2 por habitante por año.

En negociaciones internacionales deben ciertamente tomarse en consideración otras variables, como las emisiones acumuladas hasta la fecha, los niveles de desarrollo de los diferentes países involucrados, las relación entre la naturaleza de sus economías y sus emisiones, la transferencia de tecnologías menos contaminantes

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