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Principios Económicos

macotela200011 de Noviembre de 2012

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Principios Económicos.

Como los individuos toman decisiones.

Los individuos se enfrentan a disyuntivas (Tradeoffs).

“Para obtener algo que queremos, generalmente debemos dar a cambio otra cosa que también queremos. Al tomar una decisión, sacrificamos un objetivo por la consecución de otro.”

Ejemplo:

Uno de los recursos más escasos de los estudiantes es su tiempo: cuando se estudia para un ramo, se está dejando de estudiar para otro. No sólo eso, mientras se estudia se están dejando de lado otras actividades que le reportan satisfacción al estudiante como dormir, ver televisión, hacer deportes, pololear, etc.

Un típico ejemplo de tradeoff a nivel agregado se da entre los objetivos de eficiencia y equidad. Eficiencia significa que la sociedad está produciendo la máxima cantidad de bienes y servicios con los escasos recursos de que dispone. Equidad significa que dicha producción se está repartiendo en forma justa entre los miembros de la sociedad. En otras palabras, la eficiencia hace referencia al tamaño de la torta que se puede producir, y equidad se refiere a cómo la torta se divide. Generalmente las políticas que el gobierno adopta para mejorar uno de estos objetivos, atenta directa o indirectamente contra el otro.

El reconocer que la gente enfrenta tradeoffs no nos dice a priori qué decisiones deben tomarse. Sin embargo, dicho reconocimiento es importante porque será más probable que las personas tomen buenas decisiones si ellas entienden qué opciones tienen disponibles.

El costo de algo es lo que dejas de percibir por obtenerlo.

“Dado que las personas enfrentan tradeoffs, el decidir entre dos alternativas requiere la previa comparación entre los beneficios y los costos que implica cada una. Muchas veces sin embargo, el costo de una acción no es tan obvio como a primera vista pudiera parecer”.

Consideremos por ejemplo la decisión de estudiar en la Universidad. Los beneficios de esta decisión pueden resumirse como enriquecimiento intelectual y mejores oportunidades laborales una vez egresados. ¿Cuales son los costos? Obviamente dentro de ellos debemos incluir el costo monetario de la matrícula, aranceles, alimentación, transporte, fotocopias, libros y materiales que se ocuparán a lo largo de los años de estudio, pero adicionalmente debemos considerar el uso del tiempo que se destina a estudiar. La valorización de este tiempo corresponde al mejor salario que hubiese percibido por trabajar en lugar de estudiar. Esto es lo que se conoce como costo de oportunidad: el costo real de algo está representado por lo que se dejó de ganar o hacer para obtenerlo. Imaginemos el caso de un Marcelo Salas que está cansado de recibir patadas en el fútbol italiano y que decide volver a jugar a Chile, específicamente a Deportes Temuco (ciudad que lo vio nacer). En este caso queda claro que el costo de su decisión de volver es lo que dejará de percibir por jugar en una de las ligas de fútbol más importantes del mundo, tanto en sueldo y premios, como en reconocimiento internacional.

La gente racional piensa en términos marginales.

“En el mundo real muchas decisiones involucran pequeños ajustes a un plan de acción ya existente. Los economistas los denominan cambios marginales. Frecuentemente la gente tomará las mejores decisiones si piensa en términos marginales.”

Supongamos que una aerolínea debe decidir cuánto cobrar a sus pasajeros por un vuelo entre Santiago y Miami. Supongamos que volar los 6,653 kms ida y vuelta en una aeronave de capacidad 200 asientos cuenta US$ 120 mil. En tal caso, el costo promedio por asiento es de US$ 600. Uno podría estar tentado en tal caso a concluir que la aerolínea no debe vender tickets a precios inferiores a US$ 600.

Sin embargo, la aerolínea puede incrementar sus ganancias pensando marginalmente. Supongamos que el vuelo está a punto de partir con 20 asientos vacíos, y supongamos que hay un pasajero esperando tomar el avión y está dispuesto a pagar US$ 500 por ello. ¿Debiera la aerolínea venderle un boleto? Por supuesto que sí. Si el avión tiene asientos vacíos, el costo de adicionar un pasajero es insignificante: aunque el costo medio es US$ 600, el costo marginal es simplemente la comida que el pasajero extra va a consumir. Así pues, mientras el pasajero estuviera dispuesto a pagar más que el costo marginal, venderle un boleto es rentable.

Las personas responden a incentivos.

“Dado que la gente toma decisiones comparando costos y beneficios”.

Un ejemplo patético de lo anterior se verifica en Santiago en los inviernos cuando se producen inundaciones producto de las lluvias, anegando las calles, y aparecen individuos con triciclos de carga que por una módica suma ofrecen el servicio de transporte entre un extremo de la calle y el otro. Tal como demostró un reportaje periodístico, varios de estos individuos se dedican durante el otoño a tapar de hojas las alcantarillas, con el fin explícito de generar este empleo alternativo.

Aquí es importante resaltar el rol de los incentivos sobre la conducta humana cuando se diseñan políticas públicas, ya que éstas últimas alteran fuertemente la estructura existente de beneficios y costos. Incluso se da el caso de situaciones en las que se producen efectos inesperados producto de un análisis incompleto de política. Consideremos por ejemplo la introducción de la legislación que impuso el uso obligatorio del cinturón de seguridad en automóviles. Su efecto directo es obvio: ya que mayor número de personas utiliza el cinturón de seguridad, aumenta la probabilidad de sobre vivencia de producirse un accidente. En este sentido, el dispositivo salva vidas y ello motivó la reglamentación vigente.

Sin embargo, para capturar íntegramente los efectos de esta medida, se debe reconocer que el comportamiento de las personas cambia en respuesta a los incentivos que ellas enfrentan. En este caso, el comportamiento relevante es la velocidad y cuidado de la conducción por parte de los automovilistas. Manejar a baja velocidad y adoptando todas las precauciones posibles es costoso por el uso de tiempo y energía de los conductores. Cuando éstos deciden cómo manejar, implícitamente comparan el beneficio marginal de una conducción cauta con respecto a los costos marginales derivados de la misma. El uso del cinturón de seguridad altera la relación de beneficios y costos preexistente. En este caso, se reduce el beneficio de una conducción precavida, dado que el cinturón aumenta la seguridad del conductor, por lo tanto los conductores responden aumentando la velocidad media de desplazamiento y conduciendo de manera menos cuidadosa. Al final, esto se traduce en un mayor número de accidentes. ¿Cuales son los efectos netos? En un artículo publicado en 1975, el economista Sam Peltzman demostró que la evidencia del uso obligatorio del cinturón de seguridad indicaba: más accidentes, menor número de muertes de personas al interior de los automóviles por accidente, y aumento del número de peatones muertos.

Como los individuos interactúan.

El comercio puede mejorar el bienestar de cada individuo.

Chile, en el ámbito minero compite básicamente con otros grandes productores de cobre, como Estados Unidos, Canadá, Zambia o Perú; en el ámbito frutícola, dependiendo de los productos, compite con Australia, Sudáfrica, Argentina y ciertos países europeos; en el ámbito pesquero compite con Perú o Noruega; en el forestal con Nueva Zelanda y Suecia, entre otros, en fin. Así, uno puede llegar a formarse una idea negativa de la competencia, asimilándola por ejemplo a competencias deportivas, donde el triunfo de un equipo o país, implica necesariamente la derrota del oponente. De hecho, ocurre lo contrario: el comercio entre dos países puede hacer que ambos estén mejor.

Consideremos a una familia típica. Cuando un miembro de ella busca trabajo, entra a competir con los miembros de otras familias que también buscan trabajo. Asimismo, cuando uno va a un mall de compras, compite con los miembros de otras familias que van al mall también a tratar de comprar los mejores bienes al precio más bajo posible. Aunque aparentemente convendría evitar esta competencia y aislarse del resto del mundo, en realidad con dicha estrategia no estaríamos mejor. ¿Por qué? Básicamente porque si nos aislamos nos vemos obligados a construir nuestra propia casa, cultivar nuestros propios alimentos vegetales, criar nuestro propio ganado, producir nuestra propia lana y cueros para confeccionar nuestra ropa, etc. Aunque esta imagen bucólica pueda seducir a algunos, en realidad resulta en una manera muy ineficiente de hacer las cosas, por cuanto no todos somos igualmente hábiles para todas estas tareas. Si tenemos la alternativa del comercio (del intercambio por hablar a un nivel más básico), entonces las personas pueden especializarse en aquello que hacen mejor y después intercambiar esos bienes o servicios con otros producidos por otras personas, quienes al también estar especializadas en aquello que hacen mejor, permite a nivel global disponer de una mayor cantidad y variedad de bienes y servicios, y por el hecho de haberlos producidos eficientemente, adquirirlos a un menor costo.

Aplicación: ¿Debe Marcelo Ríos cortar el pasto de su casa?

Marcelo Ríos es un gran

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