“Que nadie se quede sin servir”

“Que nadie se quede sin servir”. Frase del padre Rafael García Herreros que se convierte en el pilar fundamental de la práctica social realizada por los estudiantes Uniminuto de los programas académicos presenciales, donando su tiempo de manera desinteresada a la ejecución de proyectos que beneficien a la población más vulnerable.

Esta filosofía de vida transformada en programa curricular fue dividida en cuatro módulos: dos de fundamentos, es decir la parte teórica y el porqué de tan loable labor; y otros dos de práctica social como tal, más de 200 horas dirigidas al servicio social de manera transversal en las diferentes ramas del conocimiento ofrecidas por la Corporación Universitaria Minuto de Dios. Lineamiento reestructurado en la reciente reforma académica. En ella se determinó que fueran tan solo dos, uno de teoría y otro de práctica.

La coordinadora de Práctica Social en Uniminuto Villavicencio, Yuli Leal, afirma como objetivo fundamental el que “los muchachos formulen proyectos a raíz de la observación de problemáticas en sus propias comunidades en muchos casos, buscando que a futuro este trabajo permita decir por aquí pasó uniminuto y dejó un producto físico o social en beneficio de esta comunidad”.

No obstante, se han desarrollado charlas, talleres y conferencias, destinando tiempo de calidad motivado por el deseo de servicio a quiénes más lo necesitan, poniendo a su disposición conocimientos adquiridos en el transcurso de sus carreras profesionales, brindando entre 3 y 4 horas cada semana. El resultado: talleres de informática básica dictados por los futuros Ingenieros de Sistemas y la ejecución de proyectos que permitan la creación de medios comunitarios elaborados por los próximos Comunicadores Sociales de Uniminuto Regional Villavicencio.

Hacer el bien sin mirar a quién.

Este trabajo en los últimos 4 años ha despertado inconformidad en cerca del 30 por ciento de la población estudiantil Uniminuto Villavicencio, personal que define la práctica social como asistencialismo. Esta situación aunque no afecta directamente este trabajo social, en ocasiones torna la materia como una imposición de la universidad.

“Muy bonito y todo, pero eso no sirve de nada porque la gente ya se acostumbró a que ´papá Gobierno´ todo les solucione. A mí por lo menos me parece una pérdida de tiempo” palabras de una estudiante de último semestre de Comunicación Social-Periodismo.

Mientras que el 70 por ciento restante de los estudiantes

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