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Socioeconomico


Enviado por   •  23 de Mayo de 2015  •  2.027 Palabras (9 Páginas)  •  194 Visitas

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Socioeconómico:

El enfoque socioeconómico en políticas públicas no es un cambio meramente formal en los objetivos de las políticas sociales, ni un retoque en los términos de sus fundamentos y actores.La perspectiva socioeconómica no solo se abstiene de aproximaciones segmentadas hacia la realidad, apuntando a contener las herramientas necesarias para abordar lo complejo, sino que fundamentalmente, recupera en su seno a la economía, como ciencia, como método, como perspectiva de conocimiento, por considerarla parte fundamental para la acción social y clave para una comprensión de la realidad que aspira a la totalidad, indispensable para el conocimiento actual y potencial de las estructuras materiales de nuestra sociedad. En este sentido es que decimos que la economía aborda los procesos de producción-reproducción (repetición constante, renovación ininterrumpida del proceso de producción, toda reproducción es, ante todo, la reproducción de los bienes materiales o del producto social global. Comprende, asimismo la reproducción de la fuerza de trabajo) y es esencialmente social.

La perspectiva económica que se incluye en la socioeconomía, no es otra que la Economía Política, en cualquiera de sus variantes ideológicas y prácticas. De hecho, ésta nunca perdió su eje en la Ciencia Social, sino que fue desplazada por la economía formalista utilitarista durante el proceso de divorcio deliberado entre la economía y las demás disciplinas sociales, que pretendieron (y lograron con éxito) los organismos internacionales, los gurúes economistas neoclásicos, locales y foráneos durante la hegemonía de las políticas neoliberales a nivel mundial y con efectos devastadores particularmente en nuestro país, en nuestro continente latinoamericano, en la era neoliberal o aperturista de la economía.

La economía política estudia las relaciones que los individuos, grupos, clases sociales e instituciones establecen entre sí para organizar la producción colectiva, particularmente aquellas relaciones que se establecen entre los dueños de los medios de producción y entre quienes no los poseen. Esas relaciones difícilmente puedan considerarse como “económicas” o “sociales” en si mismas. Mientras la economía ortodoxa (o del valor subjetivo) se enfoca en los precios y ve a la producción y al consumo como “efectos” de éstos, la economía política en cambio ve a la actividad económica como el procesamiento recurrente de las necesidades de producción y reproducción del ser humano y de la sociedad como un todo, que se resuelven mediante mecanismos institucionalizados, de acuerdo a lo que prime según el resultado de disputas materiales y simbólicas, en cada sociedad. En oposición con las teorías económicas, en las cuales la tierra era vista como el origen de toda riqueza, la economía política propuso, con Adam Smith, la teoría del valor-trabajo, según la cual el trabajo es la fuente real del valor. Al final del siglo XIX, el término economía política fue paulatinamente abandonado por el término “economía” a secas, instalado por los autores neoclásicos, quienes buscaban que la economía perdiera su perspectiva de la sociedad desde las necesidades de sus actores, sobre todo cualquier referencia a las clases sociales en disputa. En su reemplazo, profundizaron un enfoque donde prima el cálculo matemático y avalorativo (entonces, apolítico) que priman en los estudios económicos de acuerdo al paradigma dominante, centrados mayormente en la esfera de la circulación y en la convicción de que el valor está originado en la “utilidad” subjetiva de los bienes y servicios. Por eso, la perspectiva económica neoclásica se refiere a las preferencias manifiestas de los individuos, al referirse al juego de oferta y demanda de bienes y servicios en el mercado, pero también, con la influencia de ésta lógica económica en las políticas públicas en general y sociales en particular como sujetos de políticas sociales (beneficiarios, destinatarios, etc.). Esto, influenció, entre otros aspectos, la identificación de las necesidades de la población desde esa perspectiva económica, la economía política tuvo un claro componente de clase, de sujeto social concreto desde donde realizar el análisis de las relaciones en la sociedad. Desde la perspectiva que tomamos, son los trabajadores los que le dan raíz de clase al enfoque, entendiendo, desde ya, la necesaria readecuación de lo que se llamaba “clase trabajadora” a la “clase de los que viven de su trabajo, o dicho desde un análisis del comportamiento económico de los trabajadores, los que constituyen el sujeto de la economía popular. En contraposición a la visión formalista (neoclásica) de economía, nuestro punto de partida es que toda propuesta para la economía es necesariamente política y contiene una interpretación valorativa de la sociedad así como de sus posibles desarrollo futuros. En este sentido, la economía, como perspectiva de conocimiento y como método, tiene origen en la acción humana esencial que surge de la dependencia del hombre con relación a la naturaleza y a sus semejantes para asegurar su supervivencia. Y la economía, entendida en forma “sustantiva”, y en tanto proceso social e institucionalizado de intercambio entre el hombre y su entorno natural y social, está basada en el trabajo humano. Este intercambio provee al hombre de los medios para satisfacer sus necesidades materiales, que a su vez permiten la satisfacción de otro conjunto de necesidades no materiales.

El Trabajo Social contemporáneo debe ser consecuente con los principios éticos-políticos e ideológicos que lo constituyen. Desde su compromiso social debe ser capaz de dar respuesta a estas demandas y, a partir de su abordaje técnico-operativo, ser capaz de constituir campos nuevos de acción e investigación para contar con la posibilidad de teorizar la realidad desde el punto de vista del actor-sujeto y desde la cultura de las minorías que conocen sus necesidades y deseos de ser incluidos.En este contexto socio-económico y geográfico que nos atañe, el Trabajo Social, en una de sus vertientes en la Universidad, y siendo coherente en su reflexión académica y político-ideológica, se orientó sobre las pautas de la realidad más próximas: nuestro hacer cotidiano en el terreno.

En el aspecto socioeconómico, el sistema neoliberal y la globalización de la economía han generado un masivo aumento en el intercambio de bienes, servicios y organizaciones con diversos países del mundo. Este proceso ha impuesto la necesidad de aumentar la productividad del trabajo, ha generado mayor exigencia de uso de tecnología y mayores requisitos de capacitación para acceder al mercado

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