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Para Colombia el proceso de paz supone un mejoramiento en la economía, toda vez que los millonarios recursos invertidos para la guerra podrán ser invertidos en otras actividades como educación, salud, entre otras, situación que ayudará a mejorar la calidad de vida de los colombianos; de igual manera se podrá destinar parte de la fuerza pública destinada para el conflicto con las FARC para garantizar la seguridad en el área urbana, situación que ha ido empeorando en los últimos años, poniendo en jaque a varias ciudades del territorio colombiano.

Del mismo modo se podrá mejorar el desempeño de sectores como la industria y en especial el Agro, pues las extensiones de tierras que antes se encontraban en poder de este grupo armado (FARC) ahora pasarán de nuevo a los campesinos, quienes con ayuda del gobierno deberán reactivar la productividad de las mismas; para esto se debe también lograr una modernización del campo y atacar el problema de escolaridad de los niños en las áreas rurales.

Podemos concluir entonces que una de las áreas con mayor impulso después de los acuerdos de paz, será el agro, tal y como también lo afirma Joseph Stiglitz: “sostener la paz requiere que haya empleo y tierra para la gente”, pues para este Colombia debe enfocar esfuerzos en mejorar la productividad en este sector.

El proceso de paz ayudará a incentivar la inversión extranjera y el aumento de las exportaciones, lo que redundará en un crecimiento económico que al mismo tempo mejorará la tasa de ahorro; en cuanto a exportaciones, se espera según el DNP un aumento de 6.4 puntos del PIB.

De acuerdo a estimaciones realizadas por el DNP, tras el acuerdo de paz se puede duplicar el PIB per cápita, lo que clasificaría a Colombia  como un país de ingreso medio-alto, es decir, cada colombiano podría tener un ingreso de 12.000 dólares al año (largo plazo) frente a 6.800 dólares actuales.

Otro impacto importante del proceso de paz es la generación de empleo en las regiones para lo cual se está preparando desde ya el gobierno, según lo señalado por la ministra de Trabajo Clara López Obregón: “Estamos preparándonos para asumir el posconflicto con iniciativas puntuales orientadas a la promoción del empleo y emprendimiento, la formación para el trabajo y certificación de competencias, la reconversión laboral, la equidad de género, el empleo juvenil”.

Sin embargo, el mejoramiento a la economía colombiana se debe suponer a largo plazo, toda vez que después del acuerdo de paz se deben disponer de grandes recursos económicos (300 billones de pesos aproximadamente) para dar cumplimiento a todos los puntos pactados; se calcula por parte de analistas un mejoramiento en la economía unos diez años después de implementados los acuerdos.

Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, podemos decir entonces que el proceso de paz representa una gran oportunidad para Colombia, desde todos los aspectos; desde el económico es una posibilidad de mejorar la competitividad del país y lograr un crecimiento del mismo, pero no podemos dejar a un lado todos los retos que se deben afrontar desde todos los ámbitos (jurídico, social, económico, etc.) pues se deben hacer grandes cambios en cuanto a políticas sociales, al mismo tiempo que impulsar el agro, pues es este sector el que se puede considerar como el motor de la economía en esta nueva etapa que afronta la economía Colombiana.

WEBGRAFIA:

http://www.eltiempo.com/economia

http://www.eltiempo.com/politica 

http://www.dinero.com/seccion/economia/47

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