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AMOR, FAMILIA Y VALORES


Enviado por   •  28 de Abril de 2015  •  Tesis  •  5.586 Palabras (23 Páginas)  •  227 Visitas

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AMOR, FAMILIA Y VALORES

Reflexiones para la integración

Prof. María Cristina Lacava

PROFESORA EN FILOSOFIA POR LA UNIVERSIDAD CATOLICA ARGENTINA

LUGAR DE TRABAJO ACADEMICO:UNIVERSIDAD CATOLICA ARGENTINA

FACULTAD DE FILOSOFIA Y LETRAS

ALICIA MOREAU DE JUSTO 1500. Capital Federal

CARRERA DE PSICOLOGIA

CATEDRA DE ETICA Y DEONTOLOGIA PROFESIONAL

PROF. PROTITULAR A CARGO

CARRERA DE LENGUAS VIVAS

CATEDRA DE FILOSOFIA GENERAL

PROFESORA TITULAR

CATEDRA DE FILOSOFIA DE LA EDUCACION

PROF. PROTITULAR A CARGO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ALICIA MOREAU DE JUSTO 1400. Capital Federal

CARRERA DE DERECHO

CATEDRA DE FILOSOFIA II

PROF. PROTITULAR A CARGO

UNIVERSIDAD DEL SALVADOR. FACULTAD DE MEDICINA

TUCUMAN 1845. Capital Federal

CATEDRA DE FILOSOFIA

PROF. TITULAR

SINTESIS BREVE

Cada hombre es una soledad que aparece, crece, se configura y trasciende, en familia, célula primaria y natural de la sociedad. Y el amor, regalo esencial por su gratuidad, aporta la confianza radical, sobre todo, como participación de aquel Amor que es absoluta donación, causa eficiente y final, que se participa difusivamente en intermediarios, como la familia.

Por el amor adherimos, nos complacemos en lo valioso, y al hacerlo lo confirmamos en el existir, motivando eficazmente la alegría de ser, del estar fuera de la nada.

El contexto ético es el de un segundo ser, una segunda naturaleza que se construye desde sí, desde lo dado. La Etica gira en torno al obrar, que siendo digno o indigno, nos vuelve dignos o indignos.

La auténtica familia, escuela del amor, es puente entre lo humano y lo divino, siendo instrumento mediador básico para el desarrollo ético, es decir para motivar y orientar eficazmente la capacidad de encarnar los valores que perfeccionen al hombre como hombre .

Profundizar arraigando lo trascendente de los valores que hay ya, puede ser base de virtudes esenciales para nuestro tiempo, como la veracidad, el altruismo, la esperanza, la comprensión, el respeto, la fidelidad, la caridad...

Utero rosado que no se abandona,

protege y no oprime tu suave morada.

Dulces los latidos de dos corazones:

“mi mamá me mima, mi mamá me ama”...

Blancura nirvana, yo nunca te olvido.

Mullido regazo que lágrimas meces.

Hogar y cobijo, dejarte no quiero,

pecho de crianza, abundosa leche.

Accesible entrega e incondicional,

no supera el mérito tu cruel carencia.

Gracias por lo gratis, vivencia interior

de existir alegre, y de plena esencia.

Tu legado soy...

Navidad 99

Hablar sobre la familia es sacar fuera de uno, tal vez, lo más íntimo de la propia morada. La objetividad es difícil: nos hemos estrenado como personas desde este ámbito.

Cuando me propuse el tema, lo sentí mío tan profundamente que el decirlo fue como una autoterapia de re-reconciliación con los míos, o lo que creo lo mismo, conmigo.

Agradezco, por eso, la fina motivación de María Cristina Griffa.

Quisiera comenzar estas reflexiones recordando una historieta de Santiago, extraída de una revista, de allá de los años 80. Ilustrada en forma de piedras que encajan perfectamente formando una única, de figura casi circular, recita textualmente:

Mi viejo, mi vieja, mi hermana y yo, tenemos cada cual su personalidad. Pero en familia somos monolíticos. Podía ser que alguien ocasionalmente, se vaya... Pero al volver, todo era igual.

Hasta que un día me puse de novio. Supe que iba a tener problemas... al querer que ella entrara en mi familia. Tanto forcé y tanto cedió ella que al final comenzó a entrar. Pero ella se quejaba que se sentía ahogada y que perdía su personalidad. Finalmente, como yo no acepté abandonar a los míos, se fue sola.

Evidentemente, como dice mi mamá, hay gente que no sabe vivir en familia... (1)

Cuántas veces hablamos sobre lo hermoso y enriquecedor de compartir con un tú, un tú distinto, y hasta extraño o exótico! Qué pocas vivimos realmente esa unión. -Del dicho al hecho, diría mi abuelo.

El autor sintetiza admirablemente un mensaje en el que compiten de manera bien clara la intolerancia y la adaptabilidad excesiva, la apertura y la rigidez, la no aceptación y la integración del otro como otro; sustentados quizás, profundamente, por aferrados y temerosos amores.

Suelo y alas del devenir de una persona, la familia es fuerza y fragilidad. Cada hombre, libertad irrepetible de incomunicable gestación, es una soledad que aparece, crece, se configura y trasciende, en familia, célula primaria y natural de la sociedad. Y el amor, regalo esencial por su gratuidad, aporta la confianza radical, sobre todo, como participación de aquel Amor que es absoluta donación, existir puro y sin límite. Originario principio, causa eficiente y final, que se participa difusivamente en intermediarios, como la familia.

Amor, familia, valores. En lo que sigue intentaré, lo más vivencialmente posible, integrarlos.

AMOR

El dios de mi infancia viste ropas negras, tiene cuernos en la cabeza y lleva un hacha en la mano. ¿Cómo iba a atreverme a acercarme a él? Toda la vida me he deslizado, furtiva,

...

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