APRENDAMOS Y ENSENEMOS A AMAR

APRENDAMOS Y ENSENEMOS A AMAR

No podemos ser ajenos a la realidad, ver como la educación en Colombia, se ha convertido solamente en un interés por enseñar una cantidad de contenidos en todas las materias, lo orden es cumplir con un Plan de Estudios, dizque para preparar a los niños y jóvenes para un futuro.

Pero la verdad es ¿Qué tanto los estamos preparando?, ¿Si no les enseñamos a quererse? , ¿A respetarse?, ¿A mirar lo bonito que nos rodea?.

No les estamos enseñando lo que es el amor, el aspecto más importante en los seres humanos, donde no es automático, sino que se aprende. Es preciso descubrir las capacidades naturales que el ser humano tiene para amar y guiarlo, para que se constituya en un sujeto adecuadamente equilibrado para vivir en una sociedad.

Porque es cierto, que los árboles necesitan ser guiados o crecen torcidos, del mismo modo los afectos han de ser orientados para que no culminen siendo algo diferente a lo adecuado.

Es como cuando nos convertimos en padres. De pronto tenemos un hijo y ahí estamos. Intentando convertirnos en los seres más maravillosos, más grandiosos y llenos de amor, porque eso será lo que entregaremos a nuestros hijos… y a todas las personas que conozcamos.

Y es el núcleo familiar donde empieza este proceso, y considero que hay que brindar mucha ayuda a los padres de familia por muchas razones: para que se vean, se escuchen, intercambien opiniones, etc.

Ojalá que este enfoque de la educación empezara en la casa, en cada persona y en la pareja, ya que ese momento podría constituirse en uno de los más valiosos durante el proceso de la educación de los niños y jóvenes. Si los padres encontraran el tiempo no sólo para comprarles la ropa más cara, el celular última tecnología, enchufarles el televisor; si los padres pudieran cantar, jugar, orientarlos en las tareas, en fin intentar una participación total con sus hijos… todo esto ayudaría a una mejor educación de nuestros niños y jóvenes.

Y si los educadores no se preocuparan solamente por hacer cumplir un pensum académico estrictamente, porque seguramente se formarán estudiantes bien en lo relativo a la lectura, la escritura, la ortografía, la matemática, la física, la química… si intentaran utilizar unos minutos de la clase para conversar con sus estudiantes.

Si en algún momento un niño llega con una piedra y diga: Profe, “me encontré esto cuando venía hacia la escuela”. Y el profe ni le presta atención y solo le dice: “Muy bien, ponla en la mesa”. Quizás fuera mejor, tomar la piedra e indagar: ¿Qué es una piedra?, ¿De dónde viene? ¿Quién la hizo? Se podría suspender las actividades del día y todo giraría alrededor de esa piedra, porque todas las cosas que existen, existen

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