Analisis De Las Telaciones De Poder Dentro En La Familia

UNA MIRADA A LAS RELACIONES DE PODER AL INTERIOR DE LA FAMILIA

Por: Blanca Inés Henao Hernández

Dora Elena Arango Orrego

País: Colombia (Antioquia) 2013

Para hablar de las relaciones de poder al interior de la familia, es necesario tener en cuenta la evolución que ésta ha tenido a través de la historia, de acuerdo a las transformaciones sociales, culturales, políticas y económicas.

Si bien, una de las tipologías familiares que las hegemonías de poder han pretendido perpetuar, es la de la familia patriarcal, donde se establece una estructura jerárquica y de autoridad, presentándose a su interior, relaciones de desigualdad en cuanto a los roles que desempeña cada uno sus miembros, el hombre como jefe del hogar asume la autoridad, control y protección, mientras que la mujer cumple el papel de crianza y cuidado de los hijos, la casa y asume un papel servil y sumiso frente al hombre (Benedek, 1970); por otra parte, la sociedad contemporánea nos presenta diversos tipos de estructura y dinámica familiar, con diferentes formas de organización, fracturas internas o rupturas y diversas formas de vivir en ellas como son: familias mono parentales, donde el hombre o la mujer asumen solos el cuidado y crianza de los hijos; familias recompuestas conformadas por padre o madre, con sus hijos y otra pareja; familias extensas donde habitan parientes con diferente grado de consanguineidad; familias homosexuales, entre otras formas de organización familiar.

El anterior planteamiento nos remite al concepto de familia que Bourdieu (1994) plantea en su texto: El Espíritu de la Familia, según el cual: “la familia es un conjunto de individuos emparentados ligados entre sí ya sea por la alianza, el matrimonio, sea por la filiación, más excepcionalmente por la adopción (parentesco) y que viven bajo un mismo techo (cohabitación)”.

Estos cambios en la estructura y dinámica de las familias, trae consigo nuevas formas de relación e interacciones vinculares y de poder entre sus miembros, que a la vez, conlleva a nuevas formas de ejercicio de la autoridad en su interior, donde no necesariamente esta autoridad es ejercida por el padre, sino por cualquier otro miembro del grupo familiar; no obstante, independientemente de que la jefatura y autoridad en las diferentes dinámicas familiares hayan cambiado, se siguen produciendo y reproduciendo a su interior, prácticas de desigualdad en el ejercicio del poder, donde uno de sus miembros tiene el control sobre los demás, generándose situaciones de violencia y de vulneración de derechos entre los miembros de la familia, como la violencia hacia la mujer o el hombre, el maltrato infantil, el abuso sexual, el abandono del hogar, entre otras situaciones que por lo general el Estado se ve obligado a intervenir a través de lo jurídico (normas y leyes), para garantizar el control social. En este sentido, las instituciones juegan un papel fundamental al interior de las familias en su función económica, reproductiva y educativa, pues son éstas (las instituciones) las encargadas de constituir e instaurar las normas en una determinada sociedad, ya que operan desde la lógica de la dominación, resguardando de este modo la función del Estado, quien se vale además de mecanismos de control como el sistema educativo, la religión y los medios de comunicación, para transmitir las normas, creencias, valores y sanciones que las familias (en la mayoría de los casos) inconscientemente asimilan, reproducen y producen a lo largo de la vida, cumpliendo así con el objetivo de la ideología dominante.

Así mismo, la familia desde el ámbito económico de la sociedad, desempeña un papel fundamental en la formación de los ciudadanos y es la encargada de conservar y acrecentar su capital humano, para lo cual debe garantizarles a los hijos la salud y la educación, las cuales a su vez están reguladas y administradas por el Estado. El sistema educativo ofrece entonces la formación para la mano de obra que requiere la sociedad y la familia en su papel protector, debe garantizar que los hijos se preparen, para cuando sean adultos puedan ser productivos y competitivos en el mercado.

Escolar Cora (2004) cita el texto de Foucault “Vigilar y Castigar” (1975. P 213), donde afirma que éste autor describe un conjunto de prácticas de la norma en el sentido moderno del término: "la formación de lo que podríamos llamar en general la sociedad disciplinaria"; según la autora, “Lo importante en la idea de sociedad disciplinaria, es la idea de que las disciplinas

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