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ENVEJECER CON DIGNIDAD.

Al llegar a la tercera edad o al pertenecer al grupo de adultos mayores, pensamos en que la vida productiva y activa ha terminado, que es en este momento donde los más ancianos o no tantos pasan a formar parte del grupo pasivo de la sociedad, donde muchas veces son vistos como un estorbo.

La esperanza de vida ha aumentado en las últimas décadas, pero nosotros ¿estamos preparados para hacernos cargos de este fenómeno? Ya sea como país o sociedad, como daremos una mejor calidad de vida a los adultos mayores, donde puedan tener acceso a una buena calidad de salud, distracción o una digna pensión salarial.

Reflexionar sobre este tema es una preocupación de nuestros días, ya que no debemos pensar en los adultos mayores como en lo que se debe desechar, y dejar en el olvido, porque la gran mayoría llegaremos a esa etapa de la vida, donde debemos vivir sin preocupaciones ni pasando necesidades.

¿Cómo enfrentamos el acelerado envejecimiento de la población?

Según datos de la CEPAL, América Latina y el Caribe, cuentan actualmente con más de 57 millones de personas con 60 años o más, y en 2005 serán más de 180 millones de personas adultas mayores, es decir, más de ¼ de su población. Además en la región habrá más personas adultas mayores que niños.

En la segunda asamblea mundial de las naciones unidas sobre el envejecimiento que se desarrollo en Madrid 2002, se constató que las transformaciones demográficas y el aumento de la población mayor constituyen un fenómeno global que requiere respuestas inmediatas y compromisos, tanto de los gobiernos, como de los organismos de la sociedad civil.

El reconocer el envejecimiento como un reto mundial exige a las sociedades prepararse, prever sus implicaciones y hacerle frente, teniendo en cuenta la situación histórica y actual de cada una de las regiones y de los países (Dorothea Schreck).

Este es un punto importante donde debiesen apuntar las políticas públicas tanto en Chile como en el resto de América Latina y el Caribe, de las cuales un porcentaje debe ir dirigido a mejorar las condiciones reales de los adultos mayores, pero estos programas deben ser consultados a ellos, que es lo que esperan y quieren. Estos deben ser participes de la construcción de sus soluciones.

Buscar respuestas a los desafíos que conlleva el envejecimiento poblacional requiere tener en cuenta las características específicas de los entornos sociales y geográficos en los cuales se busca promover acciones que den cuenta de aquellos desafíos. Se trata de facilitar procesos que conduzcan a generar nuevas posibilidades de relación entre generaciones, las cuales favorezcan el desarrollo de las sociedades inclusive y para todas las edades.

Construir una sociedad para todas las edades implica trabajar sobre el tejido social para lograr mejores condiciones de vida en la vejez y para fortalecer la convivencia constructiva entre las diferentes generaciones (Dorothea Shreck).

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