Breve definición del concepto de “Aprendizaje”
MARCEGOMEZ33Apuntes19 de Abril de 2022
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FICHA DE CLASE
PSICOLOGÍA EDUCACIONAL 1
Prof: Lic. Eugenia Velarde
UNIDAD 1: Configuración del campo de la Psicología Educacional. Aportes para pensar su multirreferencialidad.
En esta primera unidad del curso exploraremos las relaciones entre Psicología y Educación, Atravesaremos brevemente la historia para advertir cómo se fue dando esta evolución de en el contexto escolar argentino.
Nos veremos en la necesidad de conceptualizar al Aprendizaje y el objeto de estudio de la Psicología Educacional, encontrando los “puentes” de vinculación entre ellos.
DESARROLLO
- Breve definición del concepto de “Aprendizaje”
La palabra “aprendizaje” deriva del latín “ab-prehendere”, verbo compuesto por el prefijo “ab-“ (hacia) y “prehendere” (atrapar), su traducción literal es entonces “atrapar, agarrar hacia (alguien)”, es decir retener algo, más precisamente conocimiento, en la mente/memoria de uno mismo. El aprendizaje es un proceso complejo, en el cual interviene una larga serie de factores personales/internos – tales como aspectos neurológicos y cognitivos – y contextuales – de orden social, institucional, cultural, familiar, etc… No es objetivo de esta unidad ahondar en las especificidades y dinámicas que interrelacionan a estos elementos – profundización que se realizará en la unidad 2 – sin embargo, es necesario definir algunos aspectos de este fenómeno procesual para poder adentrarse en la definición y el desarrollo histórico una disciplina como la Psicología Educacional. En el presente curso tomaremos entonces como definición de “Aprendizaje” a un proceso de generación o modificación de conductas, saberes, habilidades y valores, a través de una relación directa y/o mediada entre sujeto y contenido, que involucra a elementos intrapersonales (internos) y ambientales (interrelaciónales y contextuales).
- Psicología Educacional
Usualmente, apartados de este tipo empiezan definiendo a la disciplina que se describe y su objeto de estudio, sin embargo, resulta difícil llegar una definición univoca de la Psicología Educacional, ya que diferentes autores divergen sobre puntos fundamentales tales como: las características y formas de la aplicación de teorías y prácticas psicológicas que se hacen en el contexto educativo, el perfil del Psicólogo Educacional, entre otros (Coll, 1995). Estas divergencias llevan, fundamentalmente a 2 posturas con respecto a lo que es “Psicología Educacional”:
- Psicología Educacional como marco o etiqueta para teorías y prácticas de diferentes ramas de la Psicología que se ocupan de los procesos de aprendizaje, tales como: Psicología del Aprendizaje, Psicología del Desarrollo, estudios sobre atención y motivación, etc… Definiéndola, de hecho, como la aplicación de principios y prácticas propias de la Psicología al contexto y al hecho educativo y a sus teorías.
- - Psicología Educacional como disciplina con un objeto de estudio, objetivos y contenidos propios, que hacen de la misma una disciplina puente entre psicología y educación, de naturaleza fuertemente aplicativa (Coll, 1995).
En este sentido, nos parece mayormente acertada esta segunda mirada – aunque la primera bien describe el desarrollo de la Psicología Educacional hasta la década del 1950 – ya que consideramos que la Psicología Educacional, en la actualidad, va más allá de una simple suma de teorías y prácticas procedentes de otras ramas de la Psicología o de una mera aplicación de la psicología General al contexto educativo. En la actualidad, la Psicología Educacional presenta un objeto de estudio propio, los procesos de aprendizaje y todos los elementos subjetivos y contextuales que intervienen en los mismos – aunque algunos autores evidencian como dicho objeto esté sujeto en la actualidad a un proceso de redefinición (Elichiry, 2000) – y se interrelaciona con otras disciplinas que estudian y accionan en el sector educativo (Sociología de la Educación, Didáctica, Pedagogía, etc…), generando teorías específicas que no dejan de tener en cuenta las características particulares del contexto educativo. Consideramos, entonces, más completa y puntual la definición que da Leal Soto (2018) de Psicología Educacional como:
“Un área de especialidad cuya base conceptual se arraiga en la psicología y la educación, y que estudia los procesos de enseñanza y aprendizaje en el contexto en el cual se producen, aplicando los métodos y las teorías de la psicología”.
Esta definición tiene el gran mérito de ampliar el objeto de estudio de la Psicología Educacional desde los procesos de aprendizaje, hacia los procesos de enseñanza, dando un lugar protagónico también a otros actores fundamentales en el hecho educativo, es decir quienes enseñan, sean estos docentes, directivos, padres, entre otros. Cabe aclarar, finalmente, que la Psicología Educacional representa todavía una disciplina en desarrollo, que se encuentra involucrada en un proceso de redefinición de su campo, métodos y objeto de estudio (Elichiry, 2000), por lo tanto, toda definición que se pueda producir de la misma estará sujeta a modificaciones que subrayan el carácter histórico y situado de toda disciplina científica.
- La relación entre Psicología y Educación en el contexto argentino
La relación entre Psicología y Educación empieza a formarse, en Argentina, así como en otros países de América Latina y Europa, ya en la segunda mitad del siglo XIX, cuando, en pleno auge del Positivismo, se fue afirmando una psicología científica, basada en el método experimental y en busca de leyes verificadas objetivamente, capaces de explicar y normar el hecho educativo (Roselli, 2012). El empuje hecho por Sarmiento y por la Generación del ’80 de la Educación como instrumento civilizador, en lucha con la barbarie y el oscurantismo, favoreció el ingreso de las teorías psicológicas en el ámbito escolar, como herramientas que permitiesen definir leyes que regularan los procesos propios del desarrollo individual e introducir instrumentos objetivos de medición de la inteligencia y las capacidades individuales (psicometría). Es este el caso del trabajo de psicólogos y pedagogos como José Ingenieros, Rodolfo Senet o Víctor Mercante (Roselli, 2012), que ofrecieron al “normalismo” sarmientino los fundamentos científicos para definir el conjunto de acciones y las características contextuales de las escuelas que permitiesen la homogeneización del educando, según las necesidades del proyecto político nacional (Ventura, Gagliardi y Moscoloni, 2012).
En los años ’50 del siglo pasado se registró la afirmación de las corrientes psicoanalíticas en psicología, las cuales orientaron la formación de los psicólogos argentinos en casi todas las universidades del país, transformando también el rol del psicólogo dentro de las escuelas. El psicólogo se fue transformando, entonces, en un profesional que intervenía en los desvíos conductuales y de aprendizaje de los alumnos, replicando el contexto clínico en el ámbito escolar y estructurando a la relación con los alumnos como una relación de tipo terapeuta-paciente. Se fue afirmando así la psicopedagogía como disciplina orientada al diagnóstico, tratamiento y pronóstico de los problemas de aprendizaje implicados en contextos educativos formales (Bartolini, 2004; Nazutti, 2009), al punto que en 1956 – pionera en América Latina – la Universidad del Salvador (Buenos Aires) fundó la carrera universitaria de Psicopedagogía (Ventura, Gagliardi y Moscoloni, 2012). En estos años, la afirmación del neo-liberalismo capitalista, propuso una educación fuertemente vinculada al mundo del trabajo en donde primaba la técnica, en un relato en el cual la política no encontraba lugar explícito y se buscaba una supuesta objetividad dada por procesos estandarizados que marcaron un nuevo auge de la psicometría. Un ejemplo claro en este sentido es la idea que el cálculo del Cociente Intelectivo pudiese predecir el rendimiento escolar del alumno, prescindiendo de cualquier otra variable, sea esta de tipo subjetivo o contextual.
En Argentina, esta época coincide con el breve paréntesis desarrollista (entre 1958 y 1962), durante el cual se introducen los aportes de la Psicología Conductista en el contexto escolar, relativos al control de la conducta y los estímulos ambientales, buscando anular cualquier tipo de influencia sociocultural desde las curricula escolares (Quiroga Tello y Carrizo, 2017). Si hasta los años ’50 es posible afirmar que la psicología veía a la educación como un contexto en el cual simplemente aplicar los conocimientos y desarrollos teóricos producidos en otros ámbitos (sobre todo en el contexto clínico), a partir de los años ’60 esta praxis entra en crisis y empiezan a producirse teorías, estrategias y herramientas de intervención generadas a partir del estudio del proceso de aprendizaje en el contexto educativo. En estos año se produjo, además, el ingreso en Argentina de las teorías de Piaget y de su psicología genética (es decir orientada al estudio de la génesis de los aprendizajes) y de la afirmación de las teorías gramscianas y marxistas, transformando al psicólogo de la educación, en general, en un sujeto comprometido con la denuncia de los mecanismos simbólicos de opresión y legitimadores de la injusticia social en el contexto educativo (Roselli, 2012), haciendo propias las ideas de pedagogos como Freire y su pedagogía del oprimido o de sociólogos como Bourdieu y Passeron y su teoría de la reproducción social. Si bien, en la década de los ’70, con la dictadura, a nivel institucional se impulsó un regreso a una psicología educacional interpretada como productora de herramientas de medición y normalizadora de todo tipo de “desvío”, al mismo tiempo se profundizó el debate epistemológico sobre la naturaleza “aplicativa” de la psicología en el contexto escolar y educativo en general. A partir de esta década se fueron añadiendo nuevas funciones al rol de Psicólogo Educacional, mudando progresivamente el foco de atención de la disciplina desde el mero sujeto de aprendizaje, hacia todos los elementos que intervienen en el proceso de aprendizaje, buscando miradas y formas de intervención interdisciplinarias, grupales, colaborativas y contextuales.
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