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Como abordar a las adolescencias


Enviado por   •  21 de Abril de 2020  •  Síntesis  •  1.635 Palabras (7 Páginas)  •  120 Visitas

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ACTIVIDAD

En el texto de Brignoni "Pensar las adolescencias", se pone el foco sobre las transformaciones que supone este período en la constitución subjetiva, de grandes reelaboraciones y metaformosis no siempre sencillas de comprender, de transitar, de acompañar.

¿Cómo podríamos pensar esta dimensión doble del duelo: el duelo del adolescente por su infancia (la percepción de que algo de si mismo quedó atrás, perdido, modificado), el duelo por el cuerpo y un modo de construir los vínculos con los otros... y a la vez el duelo del adulto, que ya no se erige como referencia ineludible y absoluta, que comienza a ser cuestionado?

     Tomando la referencia de A. Stevens, la dificultad para el adolescente es que mientras la adolescencia se le plantea como “la edad de todos los posibles”, justamente de lo que se trata es del “encuentro con un imposible”, este imposible tiene que ver con el hecho de que para los seres humanos, no hay una respuesta establecida a como hacer con el otro sexo y es lo que produce malestar. Este malestar es la PUBERTAD. El púber es el aquel que tiene el cuerpo preparado como si fuera un adulto y es allí donde se produce una división porque subjetivamente aun no lo es. Hay una transformación del cuerpo que requiere de un tiempo de elaboración porque lo que se impone para el sujeto en este momento es un tiempo de duelo: duelo por el cuerpo infantil, duelo por la infancia en si misma y sus identificaciones y el duelo por el vínculo con los padres.

     El cuerpo del adolescente es un cuerpo que le habla al sujeto pero que le habla un lenguaje que el desconoce, (porque el lenguaje construido al amparo de los padres se presenta impotente para nombrar). De ahí que el adolescente lo vive como una crisis de lenguaje.

     La autora propone que pensarlas adolescencias es cosa de los adultos, como es cosa de los adolescentes atravesar su experiencia vital (la adolescencia hay que vivirla, hay que transitarla, es una etapa fundamentalmente de la vida y existencial).  Para ello es necesario que el adulto no quiera llenar con su saber la falta de entendimiento, sino que el adulto debe usar ese conocimiento para tratar su propia posición.  Proponer el “acompañar” como una forma de nombrar lo que significa estar al lado del adolescente, ni por delante como la voz de la experiencia, ni por detrás ausentándose.  Lo considera la distancia justa que hay que establecer en el vinculo con el adolescente.

¿Cómo podemos pensar esta singularidad de la adolescencia en relación a nuestro lugar como adultos en experiencias educativas? ¿Cómo sostener ese lugar de "acompañamiento" del que habla la autora, qué  habilita ese acompañar en relación a la posibilidad de "ser contemporáneos"?

     El adolescente esta hoy en el centro de las preocupaciones educativas, sociales y clinicas.  La idea de la autora es invitarnos a pensar las adolescencias, a detener las acciones precipitadas a las que nos invita la preocupación para contextualizar lo que en realidad esta en juego en ese momento tan particular de la existencia, en esa delicada transición.  Sino mas bien poder hacer un ejercicio de lectura novedosa cada vez que en nuestra practica cotidiana nos encontramos con un adolescente, preguntarnos de como abordar sus conductas y manifestaciones que nos revelan lo que es fuente de su malestar y a la vez el eje de su singularidad y estar atentos a las invenciones que ellos mismos producen para tratar lo que viven, nos permitirá encontrar otros recursos para establecer un vínculo, dar un lugar y evitar respuestas de exclusión.

     Pues entonces la adolescencia nos obliga cada vez y en cada época a ser contemporáneos ya que un punto de desencuentro frecuente es cuando para dirigirnos a ellos evocamos nuestra experiencia pasada como fuente de sabiduría.  Allí en general la respuesta del adolescente es el rechazo.  Por ello ser contemporáneos es otra cosa, para el autor citado Agamben (2008) lo plantea que contemporáneo es aquel que percibe mas que la luz, LA OSCURIDAD, de su propia época.  Esa habilidad de poder neutralizar la luz que proviene de la época para descubrir la tiniebla, esa oscuridad especial que no es separable de esa luz.  Entonces es CONTEMPORANEO aquel que no se deja enceguecer por la luz del siglo y consigue ver la parte de sombra que concierne a su propia y más íntima oscuridad.

     Para situarnos en nuestra época hay un doble obstáculo: por un lado, esta aquello que viene de afuera y nos deslumbra al tiempo que nos enceguece y por otro lado esta nuestro propio obstáculo interno.  Por eso es una oscuridad que auno lo concierne y lo interpela, que nos dirige cotidianamente de manera directa y singular.  Por ello es importantísimo que el trabajo social con los adolescentes es poder discernir poder iluminar eso que queda velado, es decir abordar lo que aparece como oscuro es decir aquello que nos impide ver al sujeto que esta allí implicado.  Para ello es necesario tener en cuenta que el adolescente es un sujeto marcado por un sufrimiento que no cesa, pero al cual el tiene una relación de extranjería porque lo percibe como si viniera desde afuera y se encuentra con 2 dificultades: 1- no encuentra lugares en los que poder inscribir lo que le pasa; 2- no localiza fácilmente a un referente a quien dirigir un llamamiento y solicitar su apoyo.

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