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Complejo De Edipo Y Electra


Enviado por   •  23 de Junio de 2015  •  955 Palabras (4 Páginas)  •  334 Visitas

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Complejo de Edipo y Electra

La relación de los padres como pareja es importantísima para que los niños puedan superar con éxito la fase de Edipo o de Electra. Cuando existen peleas u hostilidades sostenidas -ya sean "abiertas" o "disimuladas"-, el niño abrigará durante más tiempo y con más seriedad la esperanza de que pueda sustituir al rival y convertirse en la mujercita de papá o el pequeño amante de mamá. Esta situación no es nada sana para los pequeños y puede conducir, en el peor de los casos, a dificultades en su trato con el sexo opuesto. En ellos, el fenómeno se llama complejo de Edipo, en ellas, complejo de Electra, ambos personajes figuras de la mitología griega a las que les pasó algo parecido. Pero los nombres son lo de menos. Lo que importa en esta etapa es que los padres comprendan a sus hijos y les ayuden a transformarse en personas psíquicamente adultas.

Para el niño: Entre los tres y cinco años, los pequeños varones atraviesan una fase de romántico enamoramiento de la madre. Y empiezan a ver a su padre como un rival. Habrá vencido con éxito esta fase cuando la rivalidad se convierta en identificación: el pequeño ya no compite sino que se alía con su padre.

Manifestación y características del Edipo: Desde hace unas semanas, Santiago siente auténtica pasión por su madre. A cada rato le recuerda lo linda, buena e inteligente que es; la observa embelesado durante horas, no hay peor castigo para él que tener que separarse de ella y se pone furioso cuando presencia algún arrumaco entre sus padres. ¿Qué mosca le ha picado al niño? ¿Por qué se ha "enamorado" tanto de repente? Es lo que los psicólogos llaman "Complejo de Edipo", una fase por la que pasan todos los chicos de forma más o menos acusada. El niño de tres años ya ha comprendido que existen diferencias entre los sexos, y nota que sus padres están unidos por lazos afectivos. También se da cuenta de que la relación entre su padre y su madre es distinta a la que él tiene con ellos. Esto es lo que hace que surjan celos y que el amor hacia su madre, hasta entonces muy infantil y caracterizado por la dependencia, adquiera ahora esos matices de apasionamiento y romanticismo.

Esta conclusión emocional suele traducirse en pesadillas. Los niños entre tres y cinco años sueñan muchas veces con monstruos y bestias salvajes -que representan al padre- que se abalanzan sobre ellos y quieren destruirlos. Si la situación familiar es normal y los padres se toman en serio estas contradicciones emocionales, el pequeño poco a poco se dará cuenta de que sus fantasías de suplantar al padre nunca llegarán a convertirse en realidad.

¿Cómo tratar a un niño en plena crisis? La madre no debe mostrarse más cariñosa que de costumbre; sí acaso, un poco más comprensiva. El padre ha de evitar autoritarismos que dificultarían el deseo de identificación del chico. Padre y madre deben seguir tan afectivos y unidos como siempre. Si, por seguirle el juego, suprimen las muestras de cariño, el niño podría verse atormentado por la idea de que se han dejado de querer por su culpa. Aunque inconscientemente ése sea su deseo, no es ni mucho menos lo que pretende. ¡Pero tampoco hay que provocarle gratuitamente! La mejor ayuda es la paciencia, la comprensión y el necesario consuelo cuando sus contradicciones le hagan sufrir.

Para la niña: Igual que los niños varones pasan una fase en la que se enamoran de mamá, las niñas viven una época en la que están locas por papá. En ellas, a esta fase los psicólogos la denominan "Complejo de Electra"

Manifestación y características del Electra: Para la niña, el proceso es un poco más complicado que en el caso de los varones. También ella dirige sus primeros sentimientos de amor hacia la madre, pero al hacerse mayor debe transferirlos al padre, una persona del sexo opuesto. En este proceso le ayuda el hecho de que su creciente trato con otras personas -por ejemplo en el jardín de infantes- le hace sentirse un ser distinto a la madre: una pequeña mujercita enamorada que hace todo lo posible para atraer la atención de su objeto de amor. En nuestra sociedad actual, la mayoría de las madres pasan más tiempo en casa que los padres, de manera que la niña tiene que vivir sus sentimientos románticos hacia el padre más en la fantasía que en la realidad. La rivalidad con la madre hace que la pequeña se sienta mal. Mamá es la que la cuida y se ocupa de ella. ¡Qué horrible que a pesar de ello desee tantas veces que se marche, que se vaya muy lejos, para dejarla a solas con su amado papá! Se imagina que la madre conoce estos sentimientos ocultos y la va a castigar por ellos.

Estos temores se expresan a menudo en pesadillas en las que la niña se ve perseguida por brujas. En una familia normal, la niña aprende con el tiempo que papá pertenece a mamá y ella no puede tenerlo. Poco a poco renuncia a sus sentimientos románticos hacia el padre y los dirige a otra -aún nebulosa- figura masculina: el hombre con quien se casará algún día. Al mismo tiempo comienza a identificarse con la madre, que le da el ejemplo de la mujer que ella será cuando sea mayor.

Cómo tratar a una niña en plena crisis: Los padres ayudan a su hija en este proceso tomando sus sentimientos en serio, sin burlas ni reprimendas, pero dejando claro que los que forman una pareja son ellos y que el amor entre padres e hijos, ciertamente muy grande, es otra cosa.

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