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Comunicas


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2013  •  374 Palabras (2 Páginas)  •  291 Visitas

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Empezó a correrse la voz por el barrio y muchos vecinos decidieron dejar de viajar para hacer sus compras. Una vez por semana, el ahora vendedor de herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes. Pronto se dio cuenta de que si encontraba un lugar donde almacenar las herramientas, podía ahorrar más viajes y ganar más dinero. Así que alquiló un local. Después amplió la entrada del almacén y unas semanas más tarde añadió un escaparate, de manera que el local se transformó en la primera ferretería del pueblo. Todos estaban contentos y compraban en su tienda. Ya no tenía que viajar, porque la ferretería del pueblo vecino le enviaba sus pedidos: era un buen cliente. Con el tiempo, todos los compradores de pueblos pequeños más alejados prefirieron comprar en su ferretería y ahorrar dos días de viaje. Un día, se le ocurrió que su amigo, el tornero, podía fabricar para él las cabezas de los martillos. Y después... ¿Por qué no? También las tenazas, las pinzas y los cinceles. Después vinieron los clavos y los tornillos... Para no alargar demasiado el cuento, te diré que en diez años aquel hombre se convirtió en un millonario fabricante de herramientas, a base de honestidad y trabajo. Y acabó siendo el empresario más poderoso de la región. Tan poderoso era que, un día, con motivo del inicio del año escolar, decidió donar a su pueblo una escuela. -Además de leer y escribir, allí se enseñarían las artes y los oficios más prácticos de la época, -pensó.

El alcalde organizó una gran fiesta de inauguración de la escuela y una importante cena de homenaje para su fundador. A los postres, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad y abrazándole le dijo:

-Es con gran orgullo y gratitud que le pedimos que nos conceda el honor de poner su firma en la primera página del libro de honor de la escuela.

-El honor sería para mí, -dijo el hombre, -pero no se leer ni escribir. Soy analfabeto.

-¿Usted? –dijo el alcalde, que no acababa de creerlo- ¿Usted no sabe leer ni escribir? ¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? Estoy asombrado. Me pregunto qué hubiera hecho si hubiera sabido leer y escribir.

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