DESPERSONALIZACION
ucamoro7 de Mayo de 2013
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DESPERSONALIZACION
(para Julio Vallejo la despers. es un síntoma y no un trastorno)
Laura Ciuca
“El cuerpo proporciona una base de referencia para la mente” , o sea el soporte para los circuitos neuronales que se activan o inhiben otros ante la percepción o evocación de estímulos tanto internos como externos.
Del correcto procesamiento de estos estímulos, y del mantenimiento lo más estable posible de los niveles de ansiedad y estrés depende nuestra supervivencia e, individuamente nuestra homeostasis.
Las funciones cognitivas superiores, integradas, reunidas en áreas de asociación superaron ampliamente su necesidad de ser -supervivencia en términos de respuestas adaptativas ante posibles amenazas. “Una de las claves fundamentales fue el desarrollo de una capacidad asombrosa de anticipación que ha permitido detectar situaciones amenazantes cada vez más lejanas en el espacio y el tiempo y preparar respuestas extremadamente complejas y elaboradas” y no solamente preparar respuestas sino incluso –y esto es una exquisitez más- elegir entre “alternativas que son similares, a veces casi idénticas, y potencialmente correctas” .
Los mecanismos de percepción no solamente dan cuenta y controlan el funcionamiento del medio interno y externo sino que controlan su propio funcionamiento a través de micro ajustes y micro regulaciones permanentes.
La posibilidad de anticipación y proyección, propiamente humana y no necesariamente defensiva, requiere de varios elementos:
a) almacenamiento de experiencias previas que en algún momento se mostraron adaptativas, funcionales o eficientes, o no
b) disponibilidad para su evocación voluntaria
c) flexibilidad para re-organizarlas en función de escenarios futuros o probables
d) juicios axiológicos indispensables en la selección de las respuestas más acertadas (p.ej., comparación, ajuste, descarte).
La replicación exitosa de las experiencias en los nuevos escenarios producirá modificaciones estables (engramas) a nivel de neurotransmisores, redes neuronales, memorias y esquemas cognitivo conductuales disponibles para gatillarse en contextos similares.
Para que todos estos procesos sean posibles, necesariamente el ser humano debe saber que es su mente (pensamiento) la que elabora y su cuerpo el que ejecuta intencionalmente, reconocer y discriminar las “imágenes rememoradas” de las “imágenes preceptúales” , reconocerse a si mismo (me miro en el espejo y sé que soy yo, miro mi mano y sé que es mía) y discriminar su yo de un otro (soy yo la que escribe) dentro de un contexto espacio-temporal lógico (espacio 3-D, tiempo longitudinal, secuencial pasado-presente-futuro).
Parafraseando a D. Spiegel “la continuidad de la experiencia, memoria e identidad es un logro” en nuestra escala evolutiva.
Como habíamos planteado anteriormente, el ser humano debe reconocerse a si mismo como unidad, en íntima relación con su entorno, en un continuo armónico, sin fisuras o lagunas en la historicidad del devenir de su ser.
Es el sentimiento de incredulidad o extrañeza, de desconocimiento o irrealidad que experimenta ante las representaciones percibidas o rememoradas, ante los contenidos pertenecientes a su propia historia o el “barrido” de alguno de estos contenidos, fragmentando su continuidad autobiográfica lo que va a indicar que algo está fallando en el procesamiento cognitivo.
De la intensidad, temporalidad y cronicidad de estos sucesos dependerá la conceptualización del fenómeno como patológico (trastorno) o “simplemente” como síntoma defensivo, benigno y poco alienante.
Trastornos disociativos
La despersonalización, ya sea síntoma ya sea trastorno está incluido dentro de los Trastornos Disociativos.
Según el DSM- IV “la característica esencial de los Trastornos Disociativos consiste en una alteración de las funciones integradoras de la conciencia, la identidad, la memoria y la percepción del entorno; esta alteración puede ser repentina o gradual, transitoria o crónica”.
Están incluidos en el citado manual los siguientes trastornos:
Amnesia disociativa
Fuga disociativa
Trastorno de identidad disociativo
Trastorno de despersonalización
Trastorno disociativo no especificado.
Más adelante el DSM- IV aclara: ”también hay síntomas Disociativos en los criterios establecidos para el Trastorno por Estrés Agudo y Trastorno por Estrés Postraumático y el Trastorno por Somatización. Cuando los síntomas disociativos se presentan exclusivamente en alguno de estos tres trastornos, no es necesario de establecer el diagnostico de Trastorno Disociativo adicional”. El Trastorno de Conversión está incluido dentro de los Trastornos Somatomorfos.
La disociación es un proceso que produce una alteración en los pensamientos, sensaciones o acciones de una persona (West, 1967) .
Despersonalización
Las primeras descripciones aparecen en 1872 (Krishaber), pero el nombre de despersonalización no fue usado hasta 1898 (Dugas). Ackner, en 1954 notó que la despersonalización carece de límites netos y para darle más contundencia describió 4 características.esenciales:
1. los sentimientos de irrealidad como extrañeza en cuanto al self
2. la conservación de insight y la carencia de elaboración ilusoria
3. la perturbación afectiva que causa una pérdida de toda respuesta afectiva, excepto la incomodidad de la despersonalización
4. la calidad desagradable que puede variar en la intensidad inversamente con la familiarización del paciente con el síntoma.
En 1968 es incorporado por el DSM- II como neurosis de despersonalización, haciendo referencia a sensaciones de irrealidad y extrañeza con respecto a la conciencia, cuerpo o entorno.
En 1980 el DSM-III incluye el Trastorno de Despersonalización dentro de los Trastornos Disociativos. En ese momento el requisito era de uno o más episodios de despersonalización suficientemente graves como para producir deterioro y que estos episodios no se puedan atribuir a otros trastornos. El DSM-III-R, en 1987 amplía los criterios.
Finalmente el DSM- IV (1995) requiere para el diagnóstico de Trastorno de Despersonalización los siguientes criterios:
A. Experiencias persistentes o recurrentes de distanciamiento o de ser un observador externo de los propios procesos mentales o del cuerpo (p.ej., sentirse como si se estuviera en un sueño).
B. Durante el episodio de despersonalización, el sentido de realidad permanece intacto
C. La despersonalización provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo
D. El episodio disociativo aparece exclusivamente en el transcurso de otro trastorno mental como esquizofrenia, los trastornos de ansiedad, el trastorno por estrés agudo u otro trastorno disociativo, y no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.ej., drogas, fármacos) o de una enfermedad médica (p.ej., epilepsia del lóbulo temporal)
La característica esencial es la enunciada para el criterio A.
Prevalencia
Según el DSM-IV “no se conoce la prevalencia del Trastorno de Despersonalización en la población en general ni en contexto clínico. La mitad de la gente adulta ha sufrido alguna vez en la vida un episodio de despersonalización (breve y único), en general causado por un acontecimiento estresante grave. En aproximadamente un tercio de los individuos expuestos a situaciones de peligro que amenacen la vida y en un 40% de los enfermos hospitalizados por trastornos mentales puede darse un episodio transitorio de despersonalización”.
Es por esta razón que el DSM-IV requiere para considerar como trastorno que la sintomatología sea lo suficientemente grave para provocar malestar o deterioro de cualquier actividad de la persona (Criterio C) ya que se admite que es una experiencia bastante común y no necesariamente patológica.
Una investigación reciente hecha en población mexicana general y psiquiátrica concluyó que ”la prevalencia de los Trastornos Disociativos es altamente variable en países y culturas, pero es congruente con la documentada para las muestras de pacientes psiquiátricos, en estudios realizados en países occidentales. Empero, resulta francamente superior a la encontrada en culturas orientales, aun en estudios que utilizaron la misma metodología que el presente” . De todos modos la prevalencia de los Trastornos Disociativos, incluidos los Trastorno de Despersonalización, tiene una varianza de 5% a 10% en la población en general, y de 10.2% a 41.4%, en pacientes psiquiátricos.
Nuestra experiencia nos hace pensar que en pacientes comunes la prevalencia podría ser tal vez más alta, conforme explicaremos en adelante.
El espectro de la despersonalización
La Despersonalización es un fenómeno cuyos síntomas han sido reportados tanto en situaciones específicas de la vida cotidiana (peligros que amenacen la vida, estrés, falta de sueño, cansancio, enfermedades prolongadas, cirugías, duelos, post-parto etc.) como reacciones emocionales normales, esperables y transitorias, como así también acompañando distintos cuadros psiquiátricos o como cuadro psiquiátrico en si mismo.
Es un recurso bastante eficaz y frecuentemente usado. Entonces, la pregunta ya no es, como dice D. Spiegel, por qué ocurren estos fenómenos sino por qué no ocurren más a menudo.
El consenso en la etiología de este fenómeno es que en la base de su aparición subyace un hecho traumático, o por lo menos hay una alta prevalencia de
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