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DIAGOSTICO

neygibethTrabajo22 de Mayo de 2015

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Introducción

La carencia de valores en el mundo es una realidad que se ve adiario en los noticieros, revistas, periódicos y demás medios decomunicación nacional e internacional. Este problema se puede observar en todas las clases sociales y entre estos están la perdidade respeto, el desamor, la impuntualidad, la descortesía, la agresividad, la discriminación, entre otras. Una de las principales causas que se dan por la carencia de valores en las personas porque muchas crecieron en un entorno familiar en el que no lesenseñaron un modelo de persona que presente valores éticos y morales. Las consecuencias de este problema social se observa en la insensibilidad, en la falta de la solidaridad, en la falta derecato, corrupción, matanzas, maldad, y el egoísmo dentro de la sociedad. En este problema es crucial la intervención de los padres y de los maestros para revertirlo.

CAPTULO I

DIAGOSTICO

Los valores son principios que permiten orientar el comportamiento en función de realizace como personas. Son creencias fundamentales que ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud. Proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan intereses, sentimientos y convicciones más importantes. Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones, con una importancia independiente de las circunstancias. Por ejemplo, aunque se sea injustos la justicia sigue teniendo valor. Lo mismo ocurre con el bienestar o la felicidad. Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan, y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos.

Valores, actitudes y conductas están estrechamente relacionados. Cuando se habla de actitud se refiere a la disposición de actuar en cualquier momento, de acuerdo con creencias, sentimientos y valores. Estos se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más se aprecia es el comportamiento, lo que hacen las personas. Una persona valiosa es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. Ella vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive. Pero los valores también son la base para vivir en comunidad y relacionarse con las demás personas. Permiten regular la conducta para el bienestar colectivo y una convivencia armoniosa. Quizás por esta razón tenemos la tendencia a relacionarlos según reglas y normas de comportamiento, pero en realidad son decisiones. Es decir, se decide actuar de una manera y no de otra con base en lo que es importante como valor. Se decide creer en eso y estimarlo de manera especial.

Al llegar a una organización con valores ya definidos, de manera implícita se asume aceptarlos y ponerlos en práctica. Es lo que los demás miembros de la organización esperan.

En una organización los valores son el marco del comportamiento que deben tener sus integrantes, y dependen de la naturaleza de la organización (su razón de ser); del propósito para el cual fue creada (sus objetivos); y de su proyección en el futuro (su visión). Para ello, deberían inspirar las actitudes y acciones necesarias para lograr sus objetivos.

Es decir, los valores organizacionales se deben reflejar especialmente en los detalles de lo que hace diariamente la mayoría de los integrantes de la organización, más que en sus enunciados generales.

A lo largo de la historia la sociedad ha estado siempre en permanente transformación. Pero durante los últimos 50 años los cambios sufridos han sido tremendamente profundos y sobre todo rápidos, muy rápidos. Tanto, que los soportes sobre los que se asentaba se están tambaleando. Uno de estos pilares es el conjunto de valores que perfeccionan al hombre: los valores morales.

Por valores morales se suele entender como, el conjunto de creencias, costumbres y normas de una persona que orienta su conducta. Componen la conciencia que una persona tiene del bien y del mal. Por tanto, los valores morales inciden en las relaciones interpersonales y conforman la calidad de las mismas en una determinada sociedad.

Los seres humanos van interiorizando los valores morales en el núcleo familiar. De ahí se aprende el respeto, la tolerancia, la honestidad, la generosidad, la responsabilidad, la lealtad y la perseverancia, entre otros. A medida que se madura se comienza a asumir los valores sociales, y se comienza a pensar en el respeto a nuestros semejantes, la cooperación, la comprensión, la vocación de servicio, entre otros.

Sin embargo, actualmente parece que este proceso se ha paralizado, ha dejado de funcionar. Se encuentran con que estos valores han dejado de apreciarse, que ya no se tienen en cuenta y, por tanto, poco o nada influyen en las relaciones sociales. Se vive, sin duda, una crisis de valores que genera una crisis social.

Efectivamente, estas normas morales han sido siempre el limitador real de la interacción social entre los seres humanos y su negación es la causa principal de la crisis social que actualmente se padece. Sin una ética de valores adecuada se nos hace difícil relacionarse con otras personas ya que los valores no sólo son una cuestión personal, sino que repercuten en todos los ámbitos de la sociedad. De esta manera las crisis de valores personales constituyen un problema social, del cual se derivan las acciones y conductas poco éticas que día a día vemos en el entorno, tanto en el ámbito económico como en el político así como en las organizaciones públicas y privadas.

No obstante, la mayoría de la gente entiende por "crisis de valores" la ausencia de éstos; pero la situación actual no responde exactamente a su desaparición. Realmente lo que está ocurriendo es mucho peor. Los valores se están transformando y se están cambiando unos por otros debido a las modificaciones que se están produciendo en la forma de relacionarse las personas. Los valores tradicionales están siendo sustituidos en la mayoría de las sociedades por otros basados en el individualismo. Se promueven, de forma globalizada, corrientes de materialismo y hedonismocreando una sociedad donde lo más importante es tener y en la que se promueven las necesidades del consumismo, dejando a un lado el valor del ser humano y ofreciendo un ambiente altamente nocivo para cultivarlo. La otra cara de la moneda la forman aquellos que, dentro de la tensión social creada, viven en el conformismo bastándoles con tener garantizada la supervivencia y la seguridad. Así las relaciones interpersonales se vuelven superficiales sin implicar ningún tipo de compromiso generando conductas antisociales basadas en una total ausencia de moral y en algunos casos incluso podríamos hablar de doble moral.

Sin lugar a dudas se puede, y se debe, contestar afirmativamente a esta cuestión. Están cambiando todas las referencias morales, incluso el valor de las consecuencias de los actos, alcanzando la cota del “nada importa excepto yo”.

Los poderes actuales, tanto reales como fácticos, fomentan los “nuevos valores” y hay que entender que así sea y que lo hagan velando por sus propios intereses. De todos es conocida la frase “divide y vencerás”, y en una sociedad dividida, atomizada y sin cohesión entre sus miembros, en la que prevalece el individualismo, la competitividad y el todo vale, está claro hacia donde se inclina la balanza.

Se transmite una concepción de progreso equivalente a la destrucción de todo lo pasado. Pilares de la sociedad como la familia y la educación, que eran transmisores de los valores morales tradicionales están desapareciendo. La amistad basada en la lealtad y el honor se está transformando en amistad por interés. El respeto, la tolerancia y la generosidad hacia los demás es algo que cada vez queda más lejano. Y la solidaridad se canaliza a través de organizaciones no gubernamentales, muchas de dudosa reputación y algunas incluso protagonistas de escándalos de corrupción.

Todo esto, agravado por una pasividad social pasmosa incrementada por el adoctrinamiento permanente a través de los medios sociales que pretenden imponer un pensamiento único relacionado con los “nuevos valores”, y se esta convirtiendo en una sociedad vulgarizada, conformista y fácil de manipular. Se esta acercando al concepto de hombre-masa de Ortega y Gasset que, en su libro “La rebelión de las masas”, describe al individuo como aquel que se afirma a sí mismo tal cual es, que da por bueno y completo su haber moral e intelectual y manifiesta libremente sus deseos vitales y una radical ingratitud hacia cuanto ha hecho posible la facilidad de su existencia; sólo le preocupa su bienestar y al mismo tiempo es insolidario con las causas de ese bienestar. Como resultado cree que con lo que sabe ya tiene más que suficiente y no tiene la más mínima curiosidad por saber más.

Si se continua por esta senda se aboca a un triste futuro que ya vaticinaba AldousHuxley en su libro “Un mundo feliz”, en el que triunfan los dioses del consumo y la comodidad y donde se han sacrificado valores humanos esenciales.

En cualquier caso, como siempre, queda la esperanza y la confianza en el ser humano; en su capacidad y en el uso de su libre albedrío. Pero cualquier paso que haya que dar en la recuperación de los valores morales habrá de hacerse desde la libertad a la cual sólo se llega a través del conocimiento. Sólo así se podra cambiar la estructura social impuesta y hacer un mundo más justo en el que el poder se diluya y los Estados cumplan

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