EL APEGO Y LAS FORMAS DE LA RELACION ENTRE PADRES, HERMANOS Y EL NIÑO

“EL APEGO Y LAS FORMAS DE LA RELACION ENTRE PADRES, HERMANOS Y EL NIÑO”

El apego a nuestros padres se desarrolla en la primera infancia, ahí es cuando el niño comienza con una conducta crecientemente selectiva respecto a las personas. Entre ellas puede encontrarse el padre o la madre del niño, él puede demostrar preferencia por uno o por otro según la situación y según su sexo.

Los bebes nacen con diversas conductas y características que ejercen una influencia en la conducta de los que le rodean. Los adultos consideramos a los recién nacidos especialmente atractivos, esto posibilita que ellos reciban una gran cantidad de estimulación social y gran parte de esta estimulación proviene del hecho de mostrarle la cara al sostenerlo, esto facilitara la capacidad de él bebe para reconocer a personas concretas.

Los pequeños desarrollan la capacidad e conocer a sus padres hacia el segundo o tercer mes de vida y comienzan a emitir conductas preferentemente hacia ellos. A los seis u ocho meses el niño comienza a protestar de manera discriminada cuando una de sus personas preferidas se marcha, responde con protesta y desesperación. Los últimos cuatro meses del primer año, como hay un incremento de la capacidad locomotriz, el niño ahora puede tomar la iniciativa en la aproximación a los adultos y en buscar su contacto.

Podemos decir que el contacto es el factor más importante, ya que el niño formara una relación de apego con aquellas personas que han estado dedicadas a él constante y consistentemente. También, los padres y las madres aunque responden de manera algo diferente, son igualmente capaces de responder de algún modo a las señales del niño.

Como en todas las culturas, los padres tradicionalistas tienden a delegar esas responsabilidades a sus esposas aunque ellos estén en posibilidades de también hacerlo.

Es por este hecho, que presumiblemente puedo mencionar que: las madres calman mejor a su hijo que cualquier otra mujer.

Otra afirmación que hemos apreciado es que, los padres responden preferentemente a los neonatos de su propio sexo. El niño varón como consecuencia empieza comienza a dirigir su atención y conductas de búsqueda a su padre. Las niñas en cambio, son menos consistentes: algunas prefieren a su mama, otras a su papa y en algunos casos no muestran preferencias.

La interacción entre hermanos también nos aporta algo a la riqueza del mundo emocional en la primera infancia.

El comportamiento agresivo es otro factor que aparece asociado a la calidad de las interacciones entre hermanos. Son más agresivos con los iguales aquellos niños que han recibido agresión por parte de sus hermanos. Por otro lado, son los niños que son agresivos con sus hermanos tienden a ser rechazados por los iguales.

La agresión entre hermanos

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