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EN TORNO AL APRESTAMIENTO


Enviado por   •  15 de Febrero de 2016  •  Monografías  •  1.855 Palabras (8 Páginas)  •  206 Visitas

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EN TORNO AL APRESTAMIENTO

 

 

POR QUE SUSANITA NO QUIERE VOLVER A LA  ESCUELA

 

 

 

 

                                                                                        Guillermo Bernal Arroyave

 

¿Por qué la luna no se cae? ¿Qué comen los aviones? ¿Dónde duermen los ríos? ¿Para dónde se va la sombra cuando su dueño no esta?, pregunta de pronto Susanita, poniendo en calzas prietas a los adultos que la rodean porque ella, con mirada vigilante, espera una respuesta satisfactoria e igualmente seria.

 

Esta situación es muy frecuente porque Susanita habla hasta por los codos;  en las conversaciones con su familia, con don Juan el de la tienda, o con doña Emilia la de la lavandería, siempre aparecen estas extrañas preguntas. Ella tiene afán por descubrir todos los secretos del mundo. A veces quiere también descubrir los pequeños secretos domésticos, y entonces sus preguntas se tornan más incomodas que un buscapiés: ¿Usted por qué no se ha casado doña Emilita? ¿Don Juan cuántos años tiene? ¿Por qué a los viejitos les salen arrugas?

 

Doña Rosa, la madre de Susanita, tiene la buena costumbre de dejarle notas a la niña antes de salir para el trabajo. Como todavía no sabe leer, busca estrategias para encontrarles significado por sí misma. Con base en su interpretación  contesta las notas con sus dibujos y sus garabatos y deja la respuesta en el mismo sitio que emplea la mamá, bien sea pegada a la nevera o en la mesa del comedor o en la puerta del apartamento. Cuando doña Rosa regresa, pregunta qué le querría decir su hija en esos mensajes tan bonitos e invita a la niña a hablar sobre ellos.

 

A Susanita le leen cuentos casi todas las noches antes de dormir. Ve a sus padres leer libros, periódicos, revistas. También los ve escribir cartas, hacer la lista del mercado, llenar consignaciones de banco, hacer anotaciones diversas. Gracias a estas experiencias la niña se ha formado ideas muy claras sobre lo que significa leer y escribir. Cuando ella intenta hacerlo, pone en juego todo lo que sabe. Es capaz, por ejemplo, de leer un libro guiándose por las imágenes y en las notas que escribe, sus garabatos siguen la dirección de izquierda a derecha.

Una de las cosas que más desea en la vida es aprender a leer y a escribir; no sólo para que su mamá le entienda sus escritos sin necesidad de explicarle, sino también para escribirle muchas cartas a la abuelita Asunción, que vive en Manizales, a fin de preguntarle por el abuelo y por sus gatos. Por teléfono le prometió que tan pronto aprendiera a escribir, le iba a enseñar cómo vacunar los ositos de peluche para que no se enfermen de varicela. También desea ardientemente contarle la historia de un canguro volador que rescata a un niño secuestrado por un grupo de hombres de negro; la historia se la inventó ella y se la ha narrado varias veces a doña Emilia y a don Juan; a la abuelita no se la ha contado todavía porque es tan larga que no se puede contar por teléfono.

 

Son tan grandes las ganas de Susanita de aprender a leer y escribir que tres meses antes de ingresar al preescolar (grado O), le rogó a su mamá que le comprara maleta, lápices, cuadernos y lonchera. Desde entonces, jugar "a la escuela" es su principal diversión. En la navidad, le escribió una carta al niño Dios pidiéndole muchos libros de cuentos. ¿Ya se la enviaste, mamá?, le preguntaba a doña Rosa, día tras día.

 

Corrieron los meses y por fin llegó para Susanita el tan anhelado ingreso a la escuela. Durante el primer mes se mostró muy entusiasmada picando, rellenando, coloreando, recortando, haciendo platos, árboles y vacas con plastilina. Después de la sexta semana la niña comenzó a manifestar algunas inquietudes. Por ejemplo, no entendía porque la profesora decía que no había necesidad de hablar mientras estuvieran trabajando. Se sentía molesta porque la profesora no le respondía a sus preguntas debido a que "ese tema se va a estudiar más adelante". Pero lo que más la desalentaba era que todavía no le enseñaban a leer ni a escribir.

 

La situación se estaba tornando tan angustiosa que doña Rosa solicitó permiso en su trabajo y fue a hablar con la profesora. Ella le dijo que en el preescolar no se les enseñaba a leer y escribir a los niños y le explicó en qué consistía el aprestamiento. Las habilidades y destrezas que estaba formando en los chicos en este primer período tenían por objeto que los niños pudieran  manejar el renglón, tener letra legible, así como prevenir que fueran a confundir las letras en el futuro. La explicación de la profesora graduada, dicho sea de paso, en Educación Preescolar, le pareció a doña Rosa muy convincente.  Por el camino de vuelta estuvo pensando en la forma de darle esa misma explicación a la niña de modo que resultara igualmente convincente. Pero el fracaso fue rotundo: "Lo que es a esa escuela, yo no quiero volver", dijo, muy enfurruñada.

 

 

¿APRENDER DESAPRENDIENDO?

 

1.     La profesora de Susanita supone que los niños sólo aprenden cuando se les enseña. En el caso particular de la lengua escrita, cree que el acceso a ella comienza el día y hora que los adultos deciden. Pero Susanita, como todos los niños, había comenzado a alfabetizarse desde que nació; desde muy temprana edad había aprendido a interactuar con los demás; igualmente, había empezado a recibir información y a tener experiencias sobre el lenguaje escrito, pues la escritura forma parte de su vida diaria y de su universo cultural. Mucho antes de llegar a la escuela había iniciado el proceso  de construcción que la profesora interrumpió para dedicarse a desarrollar habilidades motrices.

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