El Aprendizaje Humano

“El aprendizaje humano”, sin duda, una de las lecturas de mayor riqueza cultural y social que he leído hasta hoy. Pienso que el autor emplea una sintaxis preciosa, capaz de ser comprendida aun cuando cita palabras distintas de las acostumbradas a escuchar cotidianamente por la mayoría, complementa siempre la idea a través de ejemplos que en ocasiones me parecían simpáticos, como cuando hace la comparación de los monos con el ser humano y lo entrecomilla diciendo al ser humano <<mono desnudo>> según las palabras de Desmond Morris. Es tan cierto que debemos nacer para “ser humanos” y también lo es que esto no siempre es comprendido como deberíamos…. Siempre o generalmente nos es posible plasmar “humanidad” en nuestros congéneres y sin embargo entramos en una enorme apatía capaz de transformar nuestra naturaleza en algo frío y hasta déspota muchas veces al interactuar con la sociedad de un modo poco empático.

La “neotenia” retomada por el autor de este texto, Savater, y aplicada a los seres humanos como parte de nuestra naturaleza al nacer inmaduros y su analogía con comestibles a los cuales debe metérseles al horno de microondas o coser a baño María, fue exquisita desde mi punto de vista y hasta divertida, pero completamente acuerdo en que es una realidad este hecho de que mantenemos ese estado juvenil mientras no dejamos de aprender, así como cuando comenta que los individuos de nuestra especie mueren jóvenes. Es increíble como casi en todos los casos y en muchas personas se aplica el refrán “todos los días se aprende algo nuevo” y no es preciso que deba ser pedagógico, de la gente aprendemos mucho, ese proceso de “humanizar” nunca cede, se aprende de los niños y de los adultos mayores sin duda, es ahí en donde se presenta esa ironía de discriminárseles creyendo que podemos sobrevivir sin ellos. Somos seres gregarios por naturaleza, sobrevivir aislados nos haría simplemente “no humanos” como en la película “El enigma de Gaspar Houser” cinta alemana de Werner Herzog en donde al protagonista se le aisla de la sociedad y lo encuentran a los 17 años en donde a pesar de que aprende a hablar y comportarse ante la sociedad, su aprendizaje ya fue limitado por no haberse relacionado con nadie durante tanto tiempo.

Es en extremo interesante cuando nos habla Savater de que el hombre debe aprender a leer la mente del otro pero no para un beneficio propio sino para un bienestar común de modo que podamos interpretar las necesidades de las personas que se encuentran a nuestro alrededor. Así mismo, cita a Kant un par de veces y se complementa esta lectura de modo tan asertivo al hacerlo ya que Immanuel Kant habla de modo perfecto sobre la educación del hombre, que proviene del hombre habiendo sido educado previamente este a su vez.

De alguna manera, se habla de que la esencia supera a la presencia cuando la esencia es de naturaleza superior y cuando se trata del tema de educación, en este caso nos presenta el mismo Savater el ejemplo del “ser superior” que habla desde dentro de su nave al llegar a nuestro planeta y nos instruye y pacífica, sin embargo su presencia era controversial por tener patas, rabo y cuernos por lo que no se muestra hasta el final creando desconcierto. Es una realidad que muchas veces nos dejamos llevar por la apariencia física creando una especie de “ideología” en donde erróneamente vemos a lo agradable como bueno y lo desagradable o feo, como malo sin percatarnos que muchas veces esas interpretaciones están equivocadas. Desde mi punto de vista, la esencia supera a la presencia siempre.

A lo largo de todo el texto, (que a decir verdad, por el grado de interés que encontré en él, se acortó en todos los sentidos) encontré frases interesantes pero hubo una que me atrapó sin duda y es en donde Savater nos habla de que “el niño pasa por dos gestaciones: la primera,

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