El Caso Catalina
Enviado por Deniseguerra10 • 16 de Enero de 2012 • 458 Palabras (2 Páginas) • 927 Visitas
El caso de Catalina
Catalina fue hija única de padres de cierta edad. Su papá era ortodoncista y su mamá era higienista dental. Ambos estaban convencidos que, después de no haber tenido hijos, por infertilidad diagnosticada veinte años antes, que a los cuarenta y cinco años la mamá no saldría embarazada --- lo que fortuitamente sucediera.
Cati, como todas la llamarían era una muñeca en su apariencia. Rubia, como sus padres, con ojos azules, y tímida… como decían que, también fuera el papá; cuyo hobby era la filatelia, al que devotaba todo el tiempo posible.
Cati, comenzó kindergarten en una escuela parroquial, donde a menudo, sufriera períodos de la Fobia Escolar. A la edad de dos años, la mamá la tuvo que llevar a un psicólogo cuando restringiera su dieta a palomitas de maíz exclusivamente; y cuando, por un par de años después, exhibiera el Mutismo Selectivo.
Cati, a pesar de presencia inmaculada y belleza natural persistió en ensuciar las pantaletas hasta los seis años, lo que le produjo rechazo por niños y maestros en la escuela.
Nunca hablaba en clase, y cuando lo hiciera, su voz era casi inaudible. Lloraba y enrojecía, si la maestra insistía en que hablara más alto.
Cati, no tenía amigos de ningún sexo; y aún sus primos preferían no ir a visitarla.
La primera comunión se pospuso indefinidamente, porque a Cati, le daba vergüenza asistir a las clases necesarias para la preparación requerida.
A los quince años sus períodos menstruales cesaron y la conocimos cuando sufriera de un caso florido de la anorexia nervosa.
Habiendo recuperado casi todo el peso que perdiera dietando, fue cuando se descubriera que había dado comienzo a comportamientos bulímicos.
Las harturas que se daba eran extremas, las que eran seguidas por el vómito auto-inducido y profuso.
Muy pronto se deshidrató y fue necesario admitirla en nuestro centro para tratamiento especializado de los trastornos del comer.
En las terapias de grupo, a menudo, la paciente se sentía acalorada y se ruborizaba en las mejillas, el cuello y las orejas. Entonces, reportaba zumbido de los oídos y vértigo, acompañado de dolores de cabeza y de la nuca. Síntomas compatibles con los ataques de pánico, de que asimismo sufriera.
Los terapeutas de grupo lo atribuían a ansiedad social, y olvidaban reportar estos episodios al director médico.
Cuando el vómito, en ocasión, ocurriera, se le atribuyó a la herencia de migrañas de las que la madre sufriera.
Exámenes físicos no pudieron explicar lo que a Cati la aquejaba.
Fue
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