El Desánimo.

Absolutamente todos los seres humanos han experimentado el desánimo en alguno de sus niveles. Decepciones por idealizar personas, frustración al no verse a sí mismos como algo que quisieran, cuando las cosas no salen como lo esperamos, cuando otras personas nos lastiman, cuando nos ahogamos en un vaso de agua, en fin, los motivos son demasiados y varían dependiendo de la persona que lo experimente.

Por lo general al final del día, queda la carga mental cuando hay algo que te genera desdén.

La palabra griega adsumeó, traducida al español significa desánimo, lo cual es estar sin fuerzas para seguir adelante o estar abatido. Es como una idea fija que se apodera todo nuestro ser y nos paraliza por completo.

El desánimo es como la pérdida de todas nuestras facultades emocionales, espirituales y físicas, pues nuestra mente sufre un bloqueo que impide que actuemos.

Una persona desanimada se aísla de las demás y se ve agobiada por una cantidad inmensurable de pensamientos que los demás suelen pasar desapercibidos.

Es imposible hallar una solución para impedir que el desánimo llegue a alguien, ya que el constante movimiento en la existencia del ser humano, lo exponen a sensaciones de diferente tipo.

No se puede evitar, pero si se puede afrontarlo de la mejor manera.

Una persona que en su trabajo, lugar en el cual ha pasado todo el santo día, puede que se vea afectada por la actitud de 1 ó 2 compañeros de trabajo, jefe, o quien sea, por una mala actitud. Al llegar a casa, a su hogar intenta descargarse o liberarse de la carga que ha adquirido en el trabajo. Pero si llega a casa y en lugar de descargar, se encuentra con más problemas, el único momento de paz que hallara será cuando cierre sus ojos para dormir. Eso si logra conciliar el sueño.

Un estudiante que se ha topado con alguna decepción y debe enfrentar a diario su problema en su lugar de estudio, puede llegar incluso a querer desertar de su proceso de formación, porque es problema, invade una de las partes más importantes de su vida: sus sentimientos.

Si una persona no se siente bien, inevitablemente lo va reflejar en su forma externa.

Pero entonces ¿qué se debe hacer o qué puedo hacer cuando me siento desanimado?

Hay una premisa que debemos tener en cuenta: “Esto también pasará” Así como has experimentado momentos de felicidad. Que no han sido perpetuos, lo mismo ocurre con las sombras del desánimo.

Si alguien te trató mal, incluso ese alguien tiene fecha de caducidad.

Lo mejor que se puede hacer es tratar con uno mismo, ya que con los demás es prácticamente imposible.

Sólo tú decides como sentirte.

A veces es mejor no

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