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La adolescencia social en desánimo


Enviado por   •  10 de Junio de 2013  •  Tutoriales  •  4.031 Palabras (17 Páginas)  •  339 Visitas

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POSTMODERNIDADJÓVENES, Y POSTMODERNIDAD

Vivimos en unas condiciones cambiantes a múltiples niveles, cuyos efectos sobre el estatuto social de los jóvenes contemporáneos, se analizan en este artículo. Las identidades de los postadolescentes, en un estado de moratoria social, se vinculan a condiciones como las actuales que definen un tiempo de postmodernidad, ante la emergencia de propuestas globalizadoras y de mundialización y las demandas de un mundo digitalizado, cuyas consecuencias a nivel psicosociológico se evidencian. Se analizan las características que definen a la actual adolescencia social en desánimo, así como las principales crisis de la adolescencia que se retroalimentan con otras crisis de la sociedad adolescente, estableciéndose un paralelismo entre ambas. Asimismo, se analizan las actuales coordenadas de la sociedad postindustrial que afectan a la inserción sociolaboral de los postadolescentes, ralentizando su tiempo de espera psicosocial.

We live in a fickle conditions, whose effects on the contemporary youth’s social statute, are analysed in this article. Post-adolescents identities, in a social moratorium status, ground to present conditions that define a postmodernity time, the emergency of global proposal and a digital world claims, whose consequences to psychosociological level, we prove. The characters that define the present social adolescence in discouragement are analyzed, as well as the more important adolescence crisis that are feeding back with others adolescence society crisis, drawing a parallel between both. Likewise, we analyze the postindustrial society present co-ordinates that have an effect on the socio-proffesional insertion, slowing their psychosocial waiting time.

LA ADOLESCENCIA SOCIAL EN DESÁNIMO

En condiciones como las actuales, renovados órdenes se están instalando sin ambages, imponiéndose la desorientación en unas condiciones de cambio entrópicas, de modo que las demandas de la era global afectan significativamente a nuestras vidas, tal y como ha evidenciado Giddens (2000), y son causantes de estados confusionales y patologizaciones personales varias (Myers, 2000). Semejantes condiciones se hallan potenciadas por la paradoja de un tiempo de postmodernidad que se vincula a otras crisis en condiciones globalizadoras y de mundialización (véase Almirón, 2002; Amin, 1999; Beck, 1998; Biersteker, 2000), asociadas a las propias falacias del globalismo y ante las demandas de un mundo digitalizado que se sirve de discursos con estatuto de verdad y otras herramientas de poder, siendo causante de apremiantesmalestares, como los evidenciados por Stiglitz (2002). Tales cambios identitarios son signo y síntoma de otras tantas crisis, entendiendo por éstas, de acuerdo con su significado etimológico, actos de decisión en lo personal y en lo social. La cuestión que nos planteamos no es otra que analizar, acorde con los cambios operados, las identidades de las subculturas juveniles y las modificaciones experimentadas en sus realidades psicosociológicas, sus esperanzas y distopías. Como toma de decisiones conflictuadas, las crisis son aplicables tanto a las convulsiones macrosociales como a los cambios pubertarios, a los ajustes operados reflejamente y a las necesidades (in)satisfechas de los adolescentes en la red psicosocial, al agravamiento de las contradicciones inherentes al sistema y a la cronicidad de estados personales problematizados, a lo individual y a lo social, en suma. La búsqueda y redefinición incesante de identidad caracteriza al postadolescente actual, cautivo en la adolescencia como evidencia Castillo (1997, 1999), en un permanente momento de tránsito influido por los imperativos de la sociedad contemporánea, en donde se tiende a un permanente diálogo sobre el sujeto ante una renovada búsqueda de sí mismo, en los términos expresados por Touraine y Khosrokhavar (2002).

Los adolescentes en su período de definición personal necesitan referencias y referentes, acciones simbólicas e iconos, valores y significados atribuidos, etc., que, en condiciones de inestabilidad, actúen como elementos que contribuyan a dar sentido a sus búsquedas. Están obligados a definirse, a hallar una identidad cuya consecución se va forjando, ya sea bajo la forma de conformidad acrítica, de asimilación singularizada o de rechazo sintomático de lo establecido, con la ayuda de formas de distracción establecidas y de formas colectivas de evasión e inactividad y sobreestimulación como renovadas apologías dionisíacas(Bellis y Hughes, 2003) que se les representan como ejercicios de libertades. Ese esparcimiento juvenil orquestado en forma de salir de marcha y diversiones nocturnas (Calafat, Juan, Becoña, Fernández, Gil, Palmer, Sureda y Torres, 2000), unido a una escolarización que nunca acaba vinculada a efectos de poder y control de acuerdo con una perspectiva de análisis foucaultiana (Moral y Ovejero, 2000; Moral y Pastor, 2000) o a una inserción socioprofesional que se va retardando y precarizando (Alonso, 2000; Blanch, 2001; Castillo, 1998; González, 1999), son signos y síntomas de ese conflicto entre la sociedad y el joven, y de éste con los otros y consigo mismo. En momentos de desilusiones masivas, algunos jóvenes con miedo a la libertad, en terminología frommiana, se consuelan del desánimo ya sea con sobreactivaciones varias, a través de la conformidad automática o mediante la redefinición de identidades difusas. En los tiempos actuales los adolescentes contemporáneos experimentan sentimientos de decepción, aunque se enmascaren bajo una apariencia de conformidad y disfrute superficial en forma de consumo o de ocio juvenil de fin de semana, como si de un intento de adaptación no traumática a una realidad que se intenta simular se tratara. Semejantes contradicciones son evidenciadas por Urra (2002, p. 11): "Vitalidad, efervescencia, ilusión, tristeza y hasta desesperación definen una etapa donde la ropa que se lleva, las modas y los efímeros mitos cobran un valor inusitados".

En consecuencia, abundan los señuelos mediante los cuales se distrae a los jóvenes de sus auténticas búsquedas. Semejantes encantamientos de un mundo desencantado, adoptando como propia la expresión de Ritzer (2000), son fuegos artificiales -en forma de disciplinamientos, búsquedas comunes, conciencias colectivas, normas y desviaciones, discursos ideologizados y estatutos de verdad-, que representan artefactos diseñados como "bienes" impunes para adolescentes y jóvenes, en virtud de los cuales se enmascaran intencionalmente los sentimientos generalizados de desánimo e incomprensión ante búsquedas no satisfechas que se experimentan durante la adolescencia social como estado de moratoria.

ACERCA DE LAS CRISIS DE LA ADOLESCENCIA

El

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