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El Muro de Berlín fue la representación de la frontera como distopía


Enviado por   •  21 de Mayo de 2014  •  865 Palabras (4 Páginas)  •  163 Visitas

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El Muro de Berlín fue la representación de la frontera como distopía, el lugar y el momento donde se aunaron todos los temores y todas las realidades siniestras asociadas al cruce de una frontera internacional. La sensación de peligro, de fin de lo conocido, de asomarse a otro mundo; el alambre de espino, los perros, las torres de vigilancia, el cemento, el zumbido incesante de los generadores eléctricos que mantenían iluminada La Zona. Pero el Muro era una pequeña parte de la mucho más vasta frontera interalemana, que separaba dos mundos, el capitalista y el comunista, el democrático y el totalitario, nosotros y ellos, y que trazaba una descomunal cicatriz de norte a sur hasta darse de bruces con Checoslovaquia. El Muro de Berlín era impresionante, pero como ese muro había centenares de kilómetros de frontera fortificada mucho menos conocidos, donde murió mucha más gente y que causó muchos más traumas.

Un helicóptero sobrevolando la frontera interalemana (fuente). Nótense los dos muros, el exterior (la frontera real) y el interior (el único que conocían los alemanes orientales). Clic en la imagen para ampliar

El origen de la división alemana se remonta, como es sabido, al final de la II Guerra Mundial y al pacto de las grandes potencias en Yalta y Potsdam según el cual los vencedores trocearon el extinto y arrasado Reich y se repartieron su administración y gobierno. A la Unión Soviética le correspondieron ciento y pico mil kilómetros cuadrados de administración (más lo que se quedaron Polonia y la propia URSS, que se agenció Königsberg, conocida desde entonces como Kaliningrado), además de casi la mitad del territorio de Berlín. Entre 1945 y 1949 Alemania permaneció oficialmente bajo el gobierno de ocupación, antes de que le fuera devuelta la soberanía, al menos de forma oficial. La unificación quedó descartada casi desde el principio y en 1949 las dos Alemanias, la Federal y la (autodenominada) Democrática se incorporaron a las naciones independientes, estableciéndose así los 1.401 kilómetros de frontera interalemana.

Soldados de ambas Alemanias se observan junto a la frontera (fuente). Nótense el marcador fronterizo oriental (Alemania occidental jamás instaló ninguno por considerar inevitable la reunificación) y la torre de vigilancia al fondo. Debajo, primer plano de hito fronterizo con verja y torre al fondo, en 1976 (fuente). La frontera solía estar a varios metros del muro, entre cinco y cien, dependiendo de la zona y de la facilidad de construcción junto al límite.

En un principio la circulación entre las diferentes zonas de ocupación fue libre, pero ya en 1946 se estableció como requisito un pase interzonal para circular entre las zonas de ocupación occidental y soviética (del que quedó excluido Berlín; dentro de la ciudad la circulación siguió siendo libre hasta 1961). En mayo del 49 quedó establecida la Alemania Federal, y en octubre sucedió lo mismo con Alemania del Este. La frontera aún estaba abierta y sin vigilancia en la mayor parte de su recorrido, pero eso se acabaría en 1952, cuando Alemania Oriental comenzó a instalar verjas y alambre de espino en toda la frontera y prohibió su cruce bajo penas de hasta tres años de cárcel. La frontera entre Berlín Occidental y Alemania Oriental quedó también cerrada, y sólo permaneció abierto el cruce entre las dos zonas de Berlín. Esto duraría hasta el 13 de agosto de 1961, cuando se inició la construcción del Muro. En los dieciséis años de ocupación más de dos millones y medio de personas habían escapado de Alemania Oriental en dirección al Oeste (un millón de ellos a través de Berlín), algo que estaba dañando seriamente la demografía de Alemania del Este, y causa real de la fortificación de la frontera.

Playa en el báltico justo en lo que tiempo después sería la frontera interalemana. No había muro todavía pero si concertina. Si la pelota se iba al otro lado, recuperarla debía ser un asunto complejo. La playa nunca llegó a fortificarse porque lo que se hizo fue sembrar de alambres de espino y guardias todos los bosques y prados junto a la costa durante varios kilómetros.

La frontera interalemana discurría desde Lubeca o Lübeck, en la costa báltica, hasta la triple frontera con Checoslovaquia. Su fortificación comenzó en 1952 con verjas sostenidas con postes de madera y con alambre de espino en cantidades industriales. La policía de fronteras (Grenzenpolizei) no dejó de aumentar año a año el número de sus efectivos ante la necesidad de vigilar una larguísima línea imaginaria que separaba los dos bloques antagónicos en los que se dividió el mundo durante la Guerra Fría. A diferencia de otras fronteras, como la checoslovaca o la húngara, la fortificación y el endurecimiento de las condiciones del límite fue incesante. Lo que separaba la frontera interalemana en realidad no eran dos mundos, sino familias, grupos de amigos, pueblos vecinos. Un checoslovaco que huyera a Austria se encontraría probablemente en un lugar donde no conocía a nadie y del que desconocía hasta el idioma. Un alemán del este huyendo al oeste tendría muchas menos dificultades en establecerse allí, donde probablemente conocía a gente, o tenía a su familia, hermanos, padres, amigos. Los incentivos para fugarse de la RDA eran muy superiores, y la respuesta del régimen soviético estuvo en consonancia.

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