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El concepto de personalidad


Enviado por   •  12 de Octubre de 2021  •  Apuntes  •  2.091 Palabras (9 Páginas)  •  66 Visitas

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El concepto de personalidad

HAMPSON, Sarah E. La construcción de la personalidad. España. Ed. Paidós, 1998. Págs. 11 – 16.

Una definición de personalidad

Este es un libro que trata del estudio psicológico de la personalidad y, por lo tanto, lo primero que hay que hacer es ofrecer una definición de este término tan estudiado. En épocas pasadas, ha tenido significados diferentes para teólogos, filósofos y sociólogos; y, dentro de la psicología, ha sido definido de muchas formas (Allport, 1937). En lugar de mostrar algunos ejemplos de tal diversidad de definiciones, lo que probablemente serviría más de confusión que de aclaración, quisiéramos comenzar examinando solamente una definición de personalidad que hoy en día es considerada como aceptable por muchos psicólogos (Block, Weiss y Thorne, 1979): la personalidad hace referencia a «factores internos, más o menos estables, que hacen que la conducta de una persona sea consistente en diferentes ocasiones y distinta de la conducta que otras personas mostrarían en situaciones comparables» (I. L. Child, 1968, pág. 83).

En pocas palabras esta definición intenta abarcar todos los elementos importantes de una definición del concepto de personalidad que, en general es aceptada. Sin embargo, no damos aquí esta definición para que sea aceptada sin más, sino que lo que pretendemos es utilizarla como un medio para introducirnos en una serie de temas importantes que, frecuentemente, constituyen puntos de desacuerdo en el estudio de la personalidad. Tales temas se encuentran en forma de supuestos subyacentes que pueden descubrirse por debajo de la engañosa apariencia de simplicidad que tiene la definición de Child. Estos supuestos se revelan a través de algunas palabras clave: estable, interna, consistente y diferente.

Estabilidad

La definición comienza con el supuesto de la estabilidad mediante la afirmación de que la personalidad es más o menos estable. No se dice que la personalidad sea totalmente estable; el supuesto es el de que puede sufrir cambios hasta un cierto límite. Semejante punto de vista tiene en cuenta la posibilidad, a largo plazo, de que la personalidad se desarrolle y cambie a través del ciclo vital, y, a corto plazo, de que la personalidad sufra fluctuaciones de un día para otro. Con todo, tales inestabilidades se consideran como relativamente superficiales cuando se las compara con el núcleo de continuidad subyacente, implícito en el concepto mismo de personalidad. El supuesto de la estabilidad se corresponde con nuestra experiencia cotidiana: nuestros amigos y conocidos no muestran personalidades radicalmente diferentes en cada nueva reunión, sino que suelen mostrar aproximadamente la misma de una vez a otra. Incluso cuando una nueva imagen dramática de un viejo amigo nos coge por sorpresa, solemos ser capaces de integrar la antigua y la nueva en un conjunto total coherente y de tranquilizarnos en el sentido de que, en el fondo, la persona sigue siendo la misma.

Internalidad

El siguiente supuesto en la definición de la personalidad es el del carácter interno de ésta: la personalidad se localiza dentro del individuo. Un corolario de este supuesto es que la personalidad no es accesible a través de la observación directa. Solamente puede medirse indirectamente mediante la realización de observaciones de aquello que nos es accesible desde el exterior. Así, basándose en los tests de personalidad, un psicólogo inferirá la presencia de rasgos subyacentes de la personalidad que son los que determinan la realización del test de personalidad. De igual modo, hacemos inferencias acerca de las personalidades de nuestros amigos y conocidos sobre la base de observaciones de su conducta.

Consistencia

La definición sigue diciendo que la personalidad hace que la conducta de una persona sea consistente en ocasiones diferentes. El supuesto de que la conducta es consistente constituye uno de los temas más controvertidos en el campo de la personalidad. La consistencia a través del tiempo se refiere a la semejanza que tiene la conducta de una persona en dos ocasiones diferentes. La vida cotidiana está plagada de ejemplos de consistencia, desde rutinas diarias triviales, tales como la manera que tiene uno de cepillarse los dientes, hasta cuestiones más importantes, tales como la orientación del voto en unas elecciones generales. Se supone que la personalidad explica la consistencia de la conducta porque se considera que constituye una determinante fundamental de la misma y, mientras la personalidad permanezca relativamente estable, la conducta que determina será consistente.

Diferencias individuales

La definición señala, por último, que la personalidad hace que la conducta de una persona sea diferente de la conducta que otras personas observarían en situaciones comparables. La idea de que existen diferencias individuales en la conducta lo suficientemente importantes como para justificar su investigación, constituye un supuesto fundamental, subyacente al concepto de personalidad: la gente responde a una misma situación de modos distintos. Incluso en una situación tan concreta como, por ejemplo, una clase, la conducta de los estudiantes puede variar desde el bostezo hasta la toma frenética de apuntes. El supuesto que se efectúa es el de que las diferencias individuales en la respuesta a una misma y determinada situación son producto de las variaciones en la personalidad.

Se ha desmenuzado la definición de personalidad con el fin de hacer resaltar cuatro supuestos subyacentes, aunque probablemente podrían ponerse de relieve algunos más. Es importante recordar que tales supuestos son exactamente eso: supuestos, y no hechos indiscutibles. Por ejemplo, puede resultar bastante erróneo suponer que la personalidad es esencialmente estable; más cercano a la realidad podría ser considerar la personalidad como algo en continuo cambio. Podría resultar erróneo suponer que la personalidad se localiza dentro del individuo; quizá, al igual que la belleza, resida en la mirada del observador. Se postulan diferencias individuales y consistencia de conducta, pero ¿hasta qué punto se comportan de un modo diferente unos de otros en la misma situación? Si no se encontrara apoyo empírico para tales supuestos, sería necesario reconsiderar de forma radical lo que los psicólogos entienden por el término «personalidad». Estos temas serán objeto de discusión a lo largo del texto, si bien el peso relativo de cada uno de ellos variará en función del tema central de cada uno de los capítulos.

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