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El dilema de las actitudes


Enviado por   •  9 de Marzo de 2016  •  Ensayos  •  455 Palabras (2 Páginas)  •  143 Visitas

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La película es sobre un jurado que se compone por doce personas que deben deliberar en un juicio por homicidio en primer grado. El posible culpable es un joven de 18 años, acusado de haber asesinado a su padre a puñaladas. Si el fuese culpable esto significa automáticamente una condena a muerte.

Once de los doce miembros del jurado votan de manera inmediata por la culpabilidad del joven, pero uno de los del jurado emite su voto en contra, no lo hace porque crea en su inocencia, sino para promover una confrontación ya que se espera que el jurado afirme la culpabilidad del acusado más allá de toda duda razonable.

Lo primero que podemos observar de estos doce hombres están molestos. Y la respuesta radica en que están preocupados. La preocupación es la reacción general frente a una agresión psicológica. Y en general consideramos que todo aquel que argumenta en contra nuestra nos está agrediendo a nosotros. Este es el problema mas grande en el proceso de deliberación, asumir o pensar que solo uno mismo tiene la razón, que nuestras razones sobre algo no pueden fallar,  y que aun sabiendo que hay una opinión diferente a la nuestra no escuchamos , y muchas veces hasta nos pueden ayudar a avanzar en el análisis del problema.

Para poder participar en un verdadero proceso de deliberación, es necesario tener humildad, es decir, saber escuchar las distintas opiniones de las demás personas, aunque no compartamos el pensamiento pero si buscando que aprender de eso.

 Esta es la única manera de ser capaces de escuchar a los demás y progresar todos juntos en busca de la mejor solución. La deliberación es un proceso intenso de interacción, con el fin de tomar decisiones sabias y justas. La evidencia de su buen funcionamiento se verifica cuando la decisión final es mejor. En la película durante el progresivo cambio de opinión resulta evidente que la opinión final es definitivamente más sabia que la inicial. Esta es la verdadera prueba de la coherencia de un proceso de deliberación.

Es interesante detenerse en el miembro del jurado que se arma de valor y vota en contra, en el inicio de las deliberaciones. No lo hace porque considere que el acusado es inocente, sino a partir de las dudas razonables que le genera el caso. De forma persistente y persuasiva, va logrando que el resto de los integrantes poco a poco reconsideren y revisen sus perspectivas. Entre sus argumentos incluyó un cuestionamiento al sistema penal por haber asignado al desdichado acusado un abogado de oficio, quien estaba molesto por haber sido nombrado en un caso sin dinero, ni gloria, ni siquiera muchas posibilidades de ganar y que en consecuencia examinó a los testigos de manera insuficiente.

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