El paciente del Dr. Breuer

El paciente del Dr. Breuer era una niña de veintiún años, con un alto grado de inteligencia. Durante sus dos años de enfermedad, había desarrollado una serie de trastornos físicos y mentales que bien merecían ser tomados en serio. Tenía una parálisis severa de ambas extremidades derechas, con pérdida de sensibilidad y, a veces, la misma aflicción de los miembros del lado izquierdo del cuerpo; alteración de los movimientos oculares, y mucho deterioro de la visión; Dificultad para mantener la posición de la cabeza, tos intensa y nerviosa, náuseas cuando intentó alimentarse y, al mismo tiempo, durante varias semanas, la pérdida del poder para beber, a pesar de atormentar la sed. Su poder del habla también disminuyó, y esto progresó tanto que ella no podía hablar ni entender su lengua materna; y, finalmente, estaba sujeta a estados de "ausencia

Los Medicos Consideran que no existe una lesión orgánica del cerebro, sino ese estado enigmático, conocido desde la época de los médicos griegos como histeria, que puede simular una serie completa de síntomas de diversas enfermedades. Consideran en tal caso que la vida del paciente no está en peligro y que una restauración de la salud probablemente se producirá por sí misma. La diferenciación de tal histeria de una lesión orgánica grave no siempre es muy fácil. Pero no necesitamos saber cómo se hace un diagnóstico diferencial de este tipo; puede estar seguro de que el caso del paciente de Breuer fue tal que ningún médico hábil podría dejar de diagnosticar una histeria.

La enfermedad apareció por primera vez cuando la paciente cuidaba a su padre, a quien amaba tiernamente, durante la grave enfermedad que lo llevó a la muerte, una tarea que se vio obligada a abandonar porque ella misma se enfermó.

• en el caso de afecciones histéricas el médico no puede hacer nada.

Medicos y su indiferencia

Con el reconocimiento de la enfermedad como histeria, poco cambia en la situación del paciente, pero hay un gran cambio en la actitud del médico. Podemos observar que él actúa de manera muy diferente hacia los histéricos que hacia los pacientes que sufren enfermedades orgánicas. No traerá los mismos intereses a los primeros que a los últimos, ya que su sufrimiento es mucho menos serio y, sin embargo, parece que la reclamación se valora tan seriamente.

•  Pero ante los detalles de los síntomas histéricos, todo su conocimiento, su educación anatómico-fisiológica y patológica, lo abandonan. Él no puede entender la histeria
• Los histéricos, en consecuencia, tienden a perder su simpatía; Las considera personas que sobrepasan las leyes de su ciencia. como consideran los herejes ortodoxos; les atribuye todos los males posibles, los culpa por la exageración y el engaño intencional, la "simulación", y los castiga retirando su interés.

Dr. Breuer ,fue la excepcion; le dio a su paciente simpatía e interés, aunque al principio no entendía cómo ayudarla

En su observación comprensiva , encontró los medios que hicieron posible la primera ayuda.

Se había notado que la paciente, en sus estados de "ausencia", de alteración psíquica, solía murmurar varias palabras para sí misma

El médico, que pudo entender estas palabras, la puso en una especie de hipnosis y se las repitió una y otra vez, para mostrar las asociaciones que pudieran tener.

 La paciente cedió a su sugerencia y reprodujo para él aquellas creaciones psíquicas que controlaban sus pensamientos durante sus "ausencias"

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