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Elevación de la memoria.


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  Ensayos  •  795 Palabras (4 Páginas)  •  319 Visitas

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Elevación de la memoria. Las tres potencias del alma

Lograda la consurrección por la plenitud de gracia y cooperación del propio esfuerzo en las partes superiores del alma, puede compararse a una fuente de donde salen tres arroyos que inundan las tres potencias del alma. Se mantiene, inmanente en la esencial unidad de nuestro espíritu, donde nacen tres ríos de divina operación inundando las potencias espirituales del alma.

Arroyo de la memoria

El primero corre desde la unidad del espíritu hasta la memoria, la potencia primera. Es una serenidad o claridad espiritual, simple, uniforme, gozosa y pacífica. Como el aire cuando ha cesado todo viento, limpio de nubes y nieblas, sereno, esclarecido por los rayos del sol. En eso se transforma la memoria por influencia de este arroyo.

Paz de la memoria

Pacífica en sí misma, clara, serena en su conversión a lo divino, purificada de toda imaginación peregrina. Este divino caudal la eleva por encima de impresiones sensitivas, imaginaciones y todo cuanto pueda distraerla. Se hace estable y firme en la unidad de espíritu. Cuando corre este torrente inunda las potencias inferiores y superiores del alma. Como el reflujo del mar, las atrae al punto de su nacimiento. Se levantan sobre toda multiplicidad y ocupaciones, como sí el hombre fuese elevado sobre las nubes hacia la verdadera claridad y paz, donde ni el viento, ni nubes, ni granizo, ni otro algún cambio tiene lugar La memoria alcanza claridad y paz tan admirables que nadie podrá comprender si no lo hubiese experimentado.

LAS POTENCIAS DEL ALMA

El alma, la mente, el espíritu, la razón, la inteligencia, etc. es un ente de razón: no es una cosa mensurable y tangible que se pueda representar pictórica o fotográficamente. Es intangible, y por eso la concibe cada uno a su modo: hay quien percibe tantos entes como términos se puedan emplear para nombrarlo, y quien entiende que se trata de nombres de una misma realidad, tan difícil de aprehender que por eso se le dan nombres tan diversos, intentando expresar con cada uno de ellos cada una de sus numerosas aristas.

Si difícil es que coincidamos en darle todos el mismo nombre a la misma realidad física y tangible, inmensamente más difícil es coincidir para nombrar entes de razón. Hoy por ejemplo se evita hablar de mente y de espíritu, por considerar que estas palabras van cargadas de doctrina. Gusta mucho más hablar de inteligencia, la facultad reina de la mente. Por suerte los psicólogos que en su día entronizaron la inteligencia pura y dura como reina absoluta de la mente, le han hecho sitio al sentimiento, al que antes despreciaban como una excrecencia de las sensaciones; como algo si no estrictamente físico,

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