En todas las etapas de la vida nos estamos individuando

El principio de individuación ha recorrido una larga historia, podríamos situarlo como la contraparte al gran problema medieval de los universales, reflexionando sobre que hace a algo un individuo. Esto es, preguntarse si algo es individual de sí mismo, de su naturaleza o si se individua a través de algo intrínseco a sí mismo, a través de su misma existencia o cuantía, o quizás a través de otra entidad que responde a una naturaleza singular. Individuarse es otra forma de cuestionar  a las generalidades, y acecha a la pregunta central filosófica de identidad y diferencia. Toca la problemática antigua y moderna del medio y comprensión de las cosas individuales en su misma individualidad. En pocas palabras, lidiamos aquí con un problema substancial de la individualidad, que busca explicar que hace a cada sustancia lo que es y no otra diferente.

Ahora bien, ¿Cómo se define a la individuación?, siguiendo el más básico argumento de Gilbert Simondon, podríamos comenzar diciendo que el individuo nunca está dado por adelantado; debe ser producido, debe condensarse, o volverse forma en el curso de un proceso que no acaba. Esto significa que no hay preformación; el ADN presente en las células de un ovulo fertilizado no determina la naturaleza del individuo que será producido en el curso de los nueve meses de gestación y los próximos años de crecimiento tras su nacimiento. El ADN no es solo un código, es un conjunto de potencialidades, que pueden desatarse en distintas direcciones, y que no alcanzan una forma excepto en el proceso real de despliegue de potenciales.

Todo comienza en la esfera preindividual, no como estado en donde está faltando la identidad: un caos indiferenciado, sino como una condición donde “se es más que una unidad y que una identidad”: un estado de potencial radical, de exceso o sobresaturación, pues las posibilidades son infinitas.

Ahora bien, esto significa que un individuo nunca tiene un final; siempre hay potenciales sin descubrir, posibilidades adicionales para una metamorfosis, futuras individuaciones. Incluso al final de proceso de maduración, un individuo no es una entidad final completa. Un reservorio de potenciales ocultos, del ser metaestable y preindividual siguen latentes. Individuaciones futuras pueden pasarle a cualquier individuo en cualquier etapa de su vida, así como puede pasar una transindividuación a nivel de grupo, puesto que dentro de la formación social, existen individuaciones adicionales compuestas de más de una persona o entidad.

Lo anterior genera entonces un problema en cuanto a la limitación de individuación; ¿Cómo reconoce el individuo que se está individuando? El mecanismo que guía el proceso de individuación se define como la operación física, biológica, mental o social en la que una actividad se propaga de un lugar a otro, dentro de un determinado dominio, dicha propagación está basado en una estructuración del dominio que aplica de un lugar a otro: cada región de la estructura constituida sirve de modelo y principio a la siguiente región.

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