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Ensayo Sobre El Entendimiento Humano


Enviado por   •  24 de Abril de 2015  •  2.623 Palabras (11 Páginas)  •  336 Visitas

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Ensayo sobre el entendimiento humano de Locke

Durante los años de confusión política Locke continuó trabajando en su Ensayo sobre el entendimiento humano. Este trabajo, que marca el inicio formal del empirismo británico, ha probado ser de gran importancia en la historia de la psicología. La historia de cómo se escribió es instructiva. Durante sus años de participación política Locke asistía a seminarios en los que se debatían temas de filosofía, ciencia y política. Con frecuencia estas sesiones terminaban en controversias que parecían imposibles de resolver. Locke se dio cuenta de que antes de intentar resolver esas diferencias, debían descubrir las características del conocimiento y del entendimiento humano, y se debían establecer los criterios que permitieran que el conocimiento cierto y el incierto fueran separados. Esta revisión presentó más dificultad que la esperada. La enorme amplitud de la tarea, que estuvo asociada con disrupciones causadas por la participación política de Locke, demoró una conclusión hasta 1690, cuando, a la edad de 57 años publicó la primera edición de Ensayo sobre el entendimiento humano. El trabajo de Locke fue publicado sólo tres años después de los Principia de Newton (1687). Newton había descrito un majestuoso y preciso universo que sigue un solo con- junto de reglas. El objetivo era encontrar un conjunto similar de reglas para la mente humana. Su objetivo era "refractar" la conciencia en sus elementos básicos, igual que Newton había refractado la luz. Una vez que los elementos básicos de la conciencia fueran encontrados, Locke esperaba dar cuenta de sus interacciones y combinaciones. El sistema de Locke, al igual que el de Newton, es atomista y reduccionista. Para él, los elementos básicos de la mente son las ideas, las cuales provienen de una sola fuente —la experiencia—. Contrario a Descartes, él rechazaba la noción de las ideas innatas. En un pasaje citado con frecuencia Locke afirmó:

Supongamos que la mente es, como nosotros decimos, un papel en blanco, vacío de caracteres, sin ninguna idea: ¿cómo se llena? ¿De dónde procede el vasto acopio, que la ilimitada y activa imaginación del hombre ha grabado en ella con una variedad casi infinita? A esto respondo con una palabra: de la experiencia. En ella está fundado todo nuestro cono- cimiento, y de ella se deriva todo en último término. (Locke, 1690/1975)

La afirmación de Locke es una muestra clásica de la posición empírica. En nuestra experiencia existen, de acuerdo con Locke, dos surtidores de ideas: las sensaciones, provenientes del contacto con objetos externos "sensibles", y la reflexión, una operación interna de la mente. Estas dos son "fuentes de conocimiento de donde todas las ideas que tenemos, o que podemos tener de manera natural, brotan" (Locke, 1690/1975, p. 104). Estas dos fuentes de conocimiento nos dan información sobre el mundo externo (sensaciones) y conocimiento de las operaciones de nuestra propia mente. En la presencia de una flor, nosotros vemos su color, olemos su fragancia y sentimos su con- tacto. Estas sensaciones nos proveen de ideas sobre la flor. Pero también podemos re- flexionar sobre ella. Podemos pensar en ella cuando no está presente de forma física, y de esa manera tenemos ideas que son independientes de las sensaciones. Para Locke, la sensación y la reflexión son las únicas fuentes de ideas de la mente. Toda idea en la mente fue alguna vez una sensación o una reflexión. Así como los griegos de la antigüe- dad lo hicieron, Locke se percató de que nuestras sensaciones no siempre son confiables. Él citó el ejemplo de una persona que sufría de ictericia amarilla, por lo que el mundo aparecía ante sus ojos igualmente amarillos; en consecuencia, las ideas de esa persona eran falsas porque se basaban en sensaciones enfermas. De la misma manera, mirar el mundo a través de vidrios de colores producirá impresiones falsas. Para probar este punto Locke propuso la siguiente demostración. Tome tres recipientes, uno con agua fría, otro con tibia y uno con agua caliente. Acomódelos en hilera sobre una mesa. Coloque una mano en el agua fría y la otra en la caliente. Una mano, por supuesto, siente frío y una siente calor; sus ideas respecto a las temperaturas de los dos recipientes son correctas. Después de que sus manos hayan estado en el agua cerca de treinta segundos, saque ambas y colóquelas juntas en el recipiente de agua tibia. Las sensaciones son incómodas y confusas. En una mano el agua se siente fría y en la otra se siente caliente, aun cuando están en el mismo recipiente. Sensaciones conflictivas dan falsas (ilusorias) ideas acerca de la temperatura del agua.* De acuerdo con Locke, las ideas son simples o complejas. El mismo objeto puede proporcionar un gran número de diferentes ideas simples —nosotros vemos al mismo tiempo el movimiento y el color, o la mano siente tanto la suavidad como la calidez— y esas ideas simples se asocian para formar una idea compleja. Las ideas llegan a asociarse como resultado de la experiencia. La mente llega a obtener ideas complejas de ideas simples en un gran número de maneras diferentes:

1. Combinando un cierto número de ideas simples en una idea compleja.

2. Juntando dos ideas simples y observando la relación entre ellas.

3. Separando las ideas simples de otras ideas que las acompañan (proceso de abstracción).

El modelo de Locke de la mente humana fue el de un compuesto químico, al parecer influenciado por la demostración del químico de Oxford, Robert Boyle, treinta años antes de que se conocieran los elementos y los compuestos químicos.

En uno de los pasajes más fascinantes del Ensayo, Locke presentó las especulaciones de su amigo, el "instruido y respetable Mr. Molyneux de Dublín", relativas a las reacciones de un hombre ciego al que de pronto se le hiciera ver, cuando por primera vez se encontrara de manera visual con objetos familiares. William Molyneux (1656-1698) le escribió a Locke:

Imagine a un hombre que nació ciego, ahora adulto, que aprendió a distinguir mediante el tacto la diferencia entre un cubo y una esfera del mismo metal y de tamaños muy parecidos, al que se le pide que tocando cada uno responda, cuál es el cubo y cuál es la esfera. Suponga entonces que el cubo y la esfera están colocados sobre una mesa, y que el hombre ciego los puede ver. En ese momento depende de su vista. ¿Podría ahora saber antes de tocarlos, cuál es la esfera y cuál es el cubo? A lo que el agudo y juicioso proponente contesta: No. Porque él ha obtenido la experiencia de cómo una esfera o cómo un cubo afecta su tacto; pero todavía no ha obtenido la experiencia de que, lo que afecta

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