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Funciones Del Yo

elsmog27 de Febrero de 2014

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FUNCIONES DEL YO

No se puede aislar una de otra, las funciones del yo: trabarse en lucha con las

exigencias instintivas, con el superyo y con las exigencias del mundo externo:

deben unificarse estas tres esferas interdependientes de acuerdo con el

principio de la "función múltiple" de la cual nos habla Fenichel en su clásica

obra “Teoría psicoanalítica de las neurosis” (Paidós, pag.533). Incluso hay

trastornos que derivan de la forma de coordinar los impulsos provenientes de

las tres fuentes, es decir, la función múltiple del yo puede estar a su vez

perturbada (Fenichel, 582).

Las relaciones entre las instancias (Yo – Ello – Superyo) influyen a su vez

sobre las relaciones con otras instancias. Por ejemplo, los conflictos entre el

yo y el ello o entre el yo y el superyo, obligan al yo a cambiar su conducta con

los objetos externos (Fenichel, 566). A pesar de esta complejidad en las

interrelaciones, expondremos brevemente cada conflicto por separado, por

razones didácticas.

Examinemos ejemplos de cada tipo de conflicto.

1: YO-ELLO.Es el conflicto central en las neurosis, donde el superyo

puede aliarse con el ello o bien con el yo, según el tipo de trastorno neurótico.

También está involucrada una alianza yo-realidad externa contra el ello, de

manera que, a partir del conflicto de base yo-ello, tenemos las siguientes

variantes:

a) yo+realidad versus ello: el yo del neurótico obedece al mundo externo y

se vuelve contra el ello mediante la iniciación de una represión (Fenichel, 492).

b) yo+realidad+superyo versus ello: en las neurosis el yo obedeciendo las

exigencias de la realidad (y del superyo), reprime las reivindicaciones

pulsionales (Laplanche, “Diccionario de psicoanálisis” pág. 323).

c) yo versus ello+superyo: Especialmente en las neurosis obsesivas, todas las

defensas yoicas usadas contra los instintos pueden terminar también dirigidas

contra los sentimientos de culpa provenientes del superyo (Fenichel, 157). En

esta fórmula vemos también otro aspecto: una alianza ello-superyo. Esto

sucede en los casos de una reacción regresiva grave, cuando las funciones del

superyo pueden sexualizarse una vez más o pueden resultar impregnadas por

la agresión. Tal es un ejemplo de vuelta contra sí mismo (Rycroft,

“Diccionario de psicoanálisis”, pág. 111).

El conflicto yo-ello no implica necesariamente neurosis: el yo en su función

defensiva normal ejerce cierto control sobre la vida instintiva (Kaplan y Saddock, “Compendio de Psiquiatría”, pág. 81), y sólo cuando la intensidad de

esta oposición conflictiva pasa cierto umbral, se crean las condiciones para la

instalación de la neurosis.

2: YO-REALIDAD EXTERNA.Es el conflicto central en las psicosis.

El yo del psicótico se aparta del mundo externo, que pone límites a su libertad

instintiva. Fenichel indica que esta fórmula simplista en rigor se aplica a una

minoría de casos de psicosis alucinatorias (Fenichel, 493). En realidad casi

siempre ocurre, como en la esquizofrenia, que apartarse de la realidad no sirve

al propósito de lograr mayor placer instintivo, sino al de combatir las

tendencias instintivas hacia los objetos. La realidad es repudiada más por las

tentaciones que encierra que por sus efectos de frustración.

3: YO-SUPERYO: Hemos visto como yo y superyo pueden entrar en

conflicto en el contexto de las neurosis, pero aquí indicaremos el conflicto yo-

superyo como característico de la melancolía (ubicada por Freud como

neurosis narcisista). Indica Laplanche que fue la consideración de los delirios

de autoobservación, de la melancolía y del duelo patológico lo que llevó a

Freud a plantearse la oposición entre yo y superyo (Laplanche, 420).

En la melancolía, el objeto perdido es introyectado, formando parte del yo, es

decir una parte del yo se identifica con el objeto perdido (Freud, “Duelo y

melancolía”).

SENTIDO

YO

TOPICO

Instancia que Freud distingue del ello y del superyo en su

segunda tópica. Es una noción constantemente presente en

Freud desde los orígenes de su pensamiento, concepción

que culmina en la segunda tópica.

Desde esta perspectiva, el yo está en una relación de

dependencia, tanto respecto de las reivindicaciones del ello

como de los imperativos del superyo y las exigencias de la

realidad. Aunque se presenta como mediador, encargado de

los intereses de la totalidad de la persona, su autonomía es

puramente relativa.

En relación con la primera tópica, el yo es más extenso que

el sistema preconciente-conciente, dado que sus

operaciones defensivas son en gran parte inconcientes

(Laplanche, 457).

Concepto estructural y topográfico referido a las partes

organizadas del aparato psíquico, en contraste con el no

organizado ello (Rycroft, 120).

ECONOMICO El yo aparece como un factor de ligazón de los procesos

psíquicos; pero, en las operaciones defensivas, las tentativas

de ligar la energía pulsional se contaminan de los caracteres

que definen el proceso primario: adquieren un matiz

compulsivo, repetitivo. (Laplanche, 457).

DINAMICO El yo representa en el conflicto neurótico, el polo

defensivo de la personalidad; pone en marcha una serie de

mecanismos de defensa, motivados por la percepción de un

afecto displacentero (señal de angustia) (Laplanche, 457).

GENETICO La teoría psicoanalítica intenta explicar la 'génesis' del yo

dentro de dos registros relativamente heterogéneos, ya sea

considerándolo como un aparato adaptativo diferenciado a

partir del ello en virtud del contacto con la realidad exterior,

ya sea definiéndolo como el resultado de identificaciones

que conducen a la formación, dentro de la persona, de un

objeto de amor catectizado por el ello (Laplanche, 457).

El yo evoluciona en tres etapas: el yo-realidad primitivo, el

yo-placer purificado y el yo-realidad definitivo (véase el

texto).

El origen del yo tiene íntima vinculación con el cuerpo. En

1927 Freud por ejemplo decía que el yo es ante todo, un yo

corporal, o sea deriva en última instancia de las sensaciones

corporales, en especial de las que surgen desde la periferia

del cuerpo. El YO CORPORAL es el término de Freud

para esa parte del yo que deriva de las percepciones del sí

mismo (esto es, opuestas a las percepciones de objetos

externos) (Rycroft, 121).

El yo resulta de la modificación del ello por el impacto del

exterior. Las presiones de la realidad externa permiten al yo

apropiarse de las energías del ello para realizar su función.

En su formación, el yo intenta aportar influencias del

mundo externo para tolerar el ello, para sustituir el

principio de placer por el de realidad; de este modo

contribuye a su propio desarrollo posterior. Freud subrayó

la importancia de los instintos en el desarrollo del yo, sobre

todo el papel del conflicto (Kaplan, 79).

FUNCIONES Freud da estas características: a) Tiene bajo su control el

movimiento voluntario, lo que es debido a una conexión

previa entre la percepción y la acción muscular; b)

Autoconservación; c) En relación al mundo externo, toma

conciencia de los estímulos almacenando experiencia sobre

ellos (memoria), evitando los demasiado fuertes (huida),

haciendo frente a estímulos moderados (adaptación), y

aprendiendo a modificar el exterior en su propio beneficio

Saddock, “Compendio de Psiquiatría”, pág. 81), y sólo cuando la intensidad de

esta oposición conflictiva pasa cierto umbral, se crean las condiciones para la

instalación de la neurosis.

2: YO-REALIDAD EXTERNA.Es el conflicto central en las psicosis.

El yo del psicótico se aparta del mundo externo, que pone límites a su libertad

instintiva. Fenichel indica que esta fórmula simplista en rigor se aplica a una

minoría de casos de psicosis alucinatorias (Fenichel, 493). En realidad casi

siempre ocurre, como en la esquizofrenia, que apartarse de la realidad no sirve

al propósito de lograr mayor placer instintivo, sino al de combatir las

tendencias instintivas hacia los objetos. La realidad es repudiada más por las

tentaciones que encierra que por sus efectos de frustración.

3: YO-SUPERYO: Hemos visto como yo y superyo pueden entrar en

conflicto en el contexto de las neurosis, pero aquí indicaremos el conflicto yo-

superyo como característico de la melancolía (ubicada por Freud como

neurosis narcisista). Indica Laplanche que fue la consideración de los delirios

de autoobservación, de la melancolía y del duelo patológico lo que llevó a

Freud a plantearse la oposición entre yo y superyo (Laplanche, 420).

En la melancolía, el objeto perdido es introyectado, formando parte del yo, es

decir una parte del yo se identifica con el objeto perdido (Freud, “Duelo y

melancolía”).

SENTIDO

YO

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