¿Hasta qué punto nuestra voluntad y la conciencia de los efectos de nuestras decisiones nos hacen responsables del control de los impulsos?

¿Hasta qué punto nuestra voluntad y la conciencia de los efectos de nuestras decisiones nos hacen responsables del control de los impulsos?

Todas nuestras decisiones debieran ser tomadas con plena voluntad y consciencia, si bien estas decisiones son para satisfacer nuestros deseos también deben estar revestidas de una valoración de las consecuencias que pueden llegar a tener. Para que las decisiones sean libres, deben estar valoradas intelectualmente, pues todas implican consecuencias que debemos asumir. En cuanto a nuestros actos impulsivos, éstos al no estar valorados adecuadamente, pueden llegar a ser agresivos y tener una consecuencia que nos afecte negativamente. Por lo tanto si considero que la voluntad y la consciencia, aplicadas a nuestras decisiones, controlan nuestros impulsos, y nos hacen tomar mejores alternativas ante cualquier circunstancia.

Dado el planteamiento del caso ¿Es válida la frase: "Mi libertad termina donde comienza la del otro", o más bien podemos afirmar que la existencia del otro es la que da sentido a mi libertad?

En el caso que nos presentan, si considero que ambas partes deseaban tener exclusivamente el ejercicio de su libertad, sin considerar o valorar el derecho de la otra parte, ni valorar adecuada y conscientemente las consecuencias de sus actos y peticiones. Creo que la conciliación entre ambas partes, pudo haber resuelto el problema de manera menos agresiva ni determinante, valores como la tolerancia y el respeto, son indispensables para nuestra convivencia diaria y si no aplican constantemente, el resultado puede ser muy negativo. Si bien todos somos libres también es cierto que mi libertad también está condicionada al respeto de ese mismo derecho que tienen los demás, de otra manera la convivencia no sería posible y estaríamos en una anarquía.

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