Hitler Una Mente Retorcida
jose_molina14 de Diciembre de 2013
758 Palabras (4 Páginas)404 Visitas
Adolf Hitler, una mente retorcida
El 28 de julio de 1914 dio inicio la Primera Guerra Mundial; una semana después, Hitler se presentó como voluntario en el ejército alemán, siendo asignado a un regimiento bávaro. El inicio de la guerra ocasionó gran entusiasmo en el aun joven Hitler, quien pensó que había llegado una oportunidad para cambiar su vida:
“No estoy avergonzado de decir que, arrastrado por mi entusiasmo, me arrodillé y agradecí al Cielo desde el fondo de mi corazón... por haberme permitido vivir en ese tiempo”
Después de un corto entrenamiento, el joven Hitler fue enviado al frente occidental. Sirvió en Francia y Bélgica, como mensajero de la 1ª Compañía del 16° Regimiento de Infantería Bávaro de Reserva, exponiéndolo al fuego enemigo. Participó en la Primera batalla de Ypres, donde su unidad fue masacrada en cuatro días. Al finalizar la batalla, de los 3500 soldados iniciales, solamente 600 podían seguir combatiendo.
En octubre de 1916, en el norte de Francia, Hitler fue herido en la pierna, y fue regresando al frente en marzo de 1917, y ascendido al rango de cabo.
Hitler era considerado como un soldado “correcto”, pero, según se conoce, era impopular entre sus compañeros debido a una actitud poco crítica hacia los superiores, puesto que él decía: “Respetar al superior, no contradecir a nadie, obedecer a ciegas”, describiendo su actitud mientras era enjuiciado en Múnich en 1923. Uno de sus camaradas comentó:
“Lo maldecíamos y lo encontrábamos intolerable. Había un cuervo blanco entre nosotros que no quería seguirnos la corriente cuando maldecíamos la guerra”
Hitler jamás pidió que se revocara del frente puesto que el encontraba agradable y placentero el simple hecho de poder matar y ver morir al enemigo, aunque pudo salir cuando estuvo recuperándose de la herida en su pierna en un hospital en Berlín. Cuando regresó, empezó a pronosticar repetidamente que Alemania perdería la guerra por causa de los judíos y los marxistas, a quienes acusó de robar a la nación y no prestar servicio militar. Se sabía que Hitler nunca recibía cartas o presentes de amigos o familiares, y no acompañaba a los soldados cuando hablaban de mujeres. Durante la guerra, también aprovechó la oportunidad para dibujar algunas historietas y dibujos para el periódico del ejército.
El 13 de octubre de 1918, poco antes del final de la primera guerra mundial, Hitler quedó atrapado en un ataque de gas venenoso británico, cerca de Ypres. Fue trasladado a un hospital de campaña, donde quedó temporalmente ciego por causa de los gases tóxicos. El 10 de noviembre se encontraba prácticamente recuperado en el hospital militar de Pasewalk, cerca de Stettin, donde fue informado que la monarquía había sido quitada y que se había proclamado la posteriormente conocida como República de Weimar. Cuando se enteró de que al día siguiente iba a firmarse un armisticio y que la guerra se había perdido, Hitler cuenta que se derrumbó, y posteriormente describió así su reacción:
“Todo se hizo negro de nuevo ante mis ojos”.
Hitler no podía aceptar la derrota de su país tanto así que antes de que lo dieran de alta en el hospital, un psiquiatra diagnostico a Hitler como: “incompetente para comandar gente y peligrosamente psicótico”
La derrota alemana en noviembre de 1918 lo impactó muy fuertemente, pues en la creencia popular alemana el ejército alemán permanecía invicto. Como muchos otros nacionalistas alemanes, Hitler culpó a los socialdemócratas por el armisticio. Una explicación extendida por la derecha conservadora sobre la causa de la derrota fue la Dolchstoßlegende (leyenda de la puñalada por la espalda), que pretendía argumentar que a espaldas del ejército los políticos socialistas y marxistas habían traicionado y “apuñalado” por la espalda a los alemanes y a sus
...