ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Incidencias Del Aborto


Enviado por   •  21 de Abril de 2014  •  2.764 Palabras (12 Páginas)  •  323 Visitas

Página 1 de 12

La problemática del aborto inducido en la población adolescente merece particular atención. En ella se conjugan varios factores que hacen que este sea un evento potencialmente más peligroso y traumático en la vida de las jóvenes de lo que puede ser para mujeres adultas. Dicho fenómeno afecta principalmente a las jóvenes más pobres y con menor escolaridad. Lo sufren con particular crudeza las menores de 16 años, quienes enfrentan mayores riesgos de sufrir daños fisiológicos y psicológicos cuando experimentan un aborto (Guzmán et al., 2001). Varios autores coinciden en que para una adolescente es más difícil encontrar un proveedor adecuado para interrumpir un embarazo, además de que es más probable que intente practicarse un aborto por sí misma (Persaud, 1994; Salter et al., 1997).

A veces las adolescentes abortan en etapas tardías de su gestación, lo que aumenta el riesgo de complicaciones (Deidre, 1999). El insuficiente conocimiento y la menor conciencia sobre las reacciones de su cuerpo, suele traer consigo que tardíamente se den cuenta de que están embarazadas. Además, la decisión de abortar es a menudo difícil de tomar, en virtud de la sanción social que pesa sobre este acto y de la falta de apoyo para practicarse un aborto, en particular, por parte del autor del embarazo, quien raramente está cerca de su pareja en tales circunstancias (CDM, 2005). La adolescente que desea abortar enfrenta, asimismo, otras dificultades, como encontrar a prestadores de servicios dispuestos a practicar el aborto y, sobre todo, contar con dinero necesario para cubrir su costo.

Las adolescentes perciben con frecuencia los riesgos asociados al aborto ilegal, pero ante la fuerte desaprobación social o familiar si se presenta un embarazo no previsto, el aborto sigue siendo la única solución para muchas de estas jóvenes. En un estudio conducido en la ciudad de La Habana durante 1999 con 400 adolescentes de cuatro escuelas, 68% de los jóvenes y 78% de las muchachas manifestaron estar de acuerdo con la afirmación de que “un embarazo es un riesgo para la salud de la adolescente”. De la misma manera, 63% de los primeros y 78% de las segundas declararon conocer la presencia de riesgos para la salud asociados a la práctica del aborto (Calero et al., 2001).

Asimismo, las adolescentes, como las mujeres cubanas de mayor edad que han o no recurrido al aborto, asumen frecuentemente una actitud muy ambivalente en relación con tal recurso, aun cuando muchas reconozcan que es la solución frente a un embarazo no deseado (Álvarez Vázquez et al., 1999). Un estudio que tuvo lugar en el nordeste de Brasil de 1995 a 1998 llegó a conclusiones similares. En la investigación participaron adolescentes que interrumpieron su embarazo y otras que lo llevaron a término, algunas de las cuales fueron entrevistadas un año después. Se encontró, que quienes habían abortado consideraron tal práctica menos aceptable que aquéllas que sólo habían contemplado la posibilidad de abortar (Bailey et al., 2003).

En Chile, país mayoritariamente católico y donde el aborto es ilegal en cualquier circunstancia, se sanciona con dureza, tanto social como moralmente, a las mujeres embarazadas fuera del matrimonio, quienes ante tal situación suelen sentirse avergonzadas. En un investigación realizada en 1991 en Santiago con mujeres de 10 a 19 años, Palma y Quilodrán (1995) concluyeron, que según las condiciones de vida y las circunstancias en que tuvieron relaciones sexuales, las adolescentes embarazadas eligen entre proseguir un embarazo en el marco del matrimonio, de la cohabitación o permaneciendo solas o abortar. En el caso de haber tenido relaciones sexuales sin consentimiento (violación o incesto), algunas mujeres recurren al aborto y otras optan por dar a sus criaturas en adopción (Palma y Quilodrán 1995).

La práctica del aborto está también estrechamente vinculada a la estabilidad en el ámbito familiar. En un estudio realizado en una escuela de La Habana, Calero y Santana (2001) consideran que “existe una mayor probabilidad de someterse al aborto y otras prácticas de riesgo de aquellos adolescentes hijos de padres divorciados que de aquellos que conviven con ambos padres biológicos”. En una investigación conducida de agosto de 1992 a enero de 1993 en dos hospitales de México, Romero et al. (1994) encontraron que existen dos veces más probabilidades de abortar si la madre de una adolescente embarazada está ausente del hogar, mientras que la ausencia del padre no tiene, al parecer, mayor efecto.

En 1995 se llevó a cabo un estudio acerca de los factores de riesgo asociados a la práctica del aborto en residentes de las zonas urbanas de Pelotas, perteneciente al sureño estado brasileño de Río Grande do Sul. La investigación demostró que las adolescentes, que pertenecen a familias de ingresos económicos bajos y con menores niveles educativos, abortan en condiciones de mayor riesgo, que ponen en peligro su salud (Olinto y Moreira-Filho, 2006).

Una prevalencia mal conocida

Como ya se ha mencionado, en la región es difícil disponer de estadísticas confiables y precisas acerca de la ocurrencia del aborto, entre otras razones, por las condiciones de ilegalidad con que comúnmente se práctica. La literatura en torno al tema refleja con claridad que tal situación afecta con mayor frecuencia a las adolescentes, para quienes es aún más difícil contar con información confiable acerca de la incidencia del aborto inducido. Sin embargo, algunos estudios muestran datos que confirman que un gran número de adolescentes se practican abortos. Tal fenómeno ha tendido aumentar en algunos países, particularmente donde existe una legislación restrictiva en la materia (WHO, 1998).

Con base en información para el año 2000, Shah y Ahman (2004) estiman que anualmente tienen lugar en América Latina y el Caribe, 520 000 abortos riesgosos, que corresponden a mujeres de menos de 20 años. Tal cantidad constituye el 14% del total de abortos en la región. La tasa de abortos es de 20 por 1000 mujeres y la razón es de 28% nacimientos vivos: esta última cifra representa un nivel superior al observado en África y en Asia (22% y 15% respectivamente).

En 1998, Singh hizo estimaciones indirectas de la tasa de aborto para ese grupo de población en cinco países de la región. De acuerdo con su estudio, dicho indicador varió entre 13 abortos anuales por cada mil mujeres de 15 a 19 años en México, y 36 en República Dominicana. La tasa fue de 32‰ en Brasil, 26‰ en Colombia y 23‰ en Perú. En cuanto a la razón de aborto por cada 100 embarazos de mujeres de 15 a 19 años ésta fue de 13 en México, 29 en República Dominicana, 30‰ en Brasil, 23‰ en Colombia y 28‰ en Perú (Singh, 1998). Otro estudio, basado en las encuestas demográficas y de

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (16.9 Kb)  
Leer 11 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com