JEROME SYMOUR BRUNER

La Educación actual, contempla entre sus propósitos la necesidad de formar en el niño la aptitud de pensar de forma crítica, reflexiva, el hábito de adquirir experiencias nuevas a partir de aquellas que le son propias y que él mismo comprenda que el conocimiento es indispensable para la vida y el desarrollo de todas sus potencialidades. Por ello, la escuela constituye el lugar donde se materializan estos grandes ideales, no solo al ofrecerle al estudiante conocimientos, sino que pone a su disposición experiencias de aprendizaje que permiten el desarrollo de las estructuras cognitivas indispensables para la formación del pensamiento independiente.

En consecuencia, son innumerables las teorías que respecto a estos dos procesos “enseñar” y “aprender”, han surgido con la intención de hacer de la actividad que se desarrolla dentro del aula un proceso más abierto, activo, participativo y significativo, y en los cuales son partícipes indiscutibles el docente, los niños y el entorno, como actores y objetos del trabajo escolar. Una de estas teorías, es la expuesta por el Psicólogo estadounidense JEROME SYMOUR BRUNER, quien empezó a investigar en el campo de psicología social y determino que “EL DESCUBRIMIENTO” es el medio a través del cual el niño desde muy temprana edad aprende.

El niño inicia su aprendizaje desde el nacimiento, de forma, natural, individual y progresivo, partiendo de la interacción con el ambiente que le rodea y del cual forma parte. Por ello, pregunta, indaga, juega, participa, tratando de encontrar explicaciones sobre objetos, hechos y fenómenos que va observando en su entorno, cómo un deseo natural de descubrir y conocer. Así, continua de esta misma forma al entrar a la escuela donde el proceso de aprendizaje como el de enseñanza se formalizan y en el cual se hace necesario fomentar ambientes ricos de experiencias que tomen en cuenta los conocimientos previos, los intereses y las necesidades ya como educando, en la búsqueda del desarrollo pleno de la habilidad de pensar activamente y de forma critica, reflexiva y creativa.

Además, de que el estudiante adquiere la capacidad de aprender individualmente, es decir, por sí mismo, también lo hace con la participación y cooperación de otros, haciéndolo a partir de conocimientos ya existentes y en el que el aprendizaje por descubrimiento lo conlleva a construir sus propias ideas que le sirven de fundamento para la resolución de problemas significativos.

Bruner ha distinguido tres modos básicos mediante los cuales el hombre representa sus modelos mentales y la realidad. Estos son los modos inactivó, icónico y simbólico.

Representación inactiva: consiste en representar cosas mediante la reacción inmediata de la persona. Este tipo de representación ocurre marcadamente en los primeros años de la persona. Representación icónica: consiste en representar cosas mediante una imagen o esquema espacial independiente de la acción. Sin embargo tal representación sigue teniendo algún parecido con la cosa representada. La elección de la imagen no es arbitraria. Y Representación simbólica: Consiste en representar una cosa mediante un símbolo arbitrario que en su forma no guarda relación con la cosa representada.

Por lo tanto, el aprendizaje tiene como propósito contribuir al desarrollo del niño en la medida que él comprenda que “el aprender” no es copiar o reproducir la realidad sino que “aprender” es la capacidad de elaborar representaciones personales sobre un objeto de la realidad o contenido que se pretende estudiar, comprender y aplicar, modificando no sólo lo que ya poseía, sino también interpretando lo nuevo de forma particular, de manera que lo integra y lo hace propio.

Es así, que el aprender mediante el descubrimiento no significa descubrir algo ignorado hasta ahora, o encontrar verdades totalmente nuevas, quiere decir descubrir algo por sí mismo, a través de la participación real y de

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