LA MUERTE

MUERTE Y DUELO

Ante una realidad que nos incomoda que es temida y dolorosa cerramos los ojos y optamos por jugar a ser inmortales, se apela a normas sociales que proscriben el tema por ser de mal gusto, la nuestra es una cultura negadora de la muerte a cambio de la tristeza nuestra sociedad enaltece la valentía y la entereza al afrontarla.

A los niños tratamos de ocultarles el dolor, la enfermedad, la soledad y la muerte subestimamos no solo su capacidad para enfrentar el dolor si no también el profundo valor que la tristeza tiene en la vida emocional la capacidad que tenemos los seres humanos para reconstruirnos.

Culturalmente el hombre siempre lleva la peor parte no le es permitido demostrar sus emociones como el quebrantamiento y la tristeza aunque si la rabia, la agresividad y el mal humor por el contrario a la mujer se le concede un permiso social para reaccionar con tristeza pero eso si durante un tiempo limitado arbitrariamente.

Aunque la muerte es una entidad abstracta y difícil de circunscribir, el morir es mas bien un proceso vivido de manera singular y cada vez menos consiente.

El actor principal el moribundo en cierto sentido todos somos moribundos la persona que acaba de nacer esta ya madura para morir, de manera mas restringida se considera moribundo a los sujetos que han llegado al fin de su vida enfermos incurables, los terminales, los condenados es la variedad de los moribundos se se describe en muerte malas o atroces y muertes apreciables, serenas y satisfactorias aunque es importante señalar que no hay 2 muertes que se asemejen. Relación entre moribundo y sobreviviente el que muere se lleva una parte de mi a la tumba si yo le profesaba afecto hay muertos que transforman al sobreviviente aunque nada hayamos podido hacer para impedir que muriera.

Muerte y premonición según dicen hay varios indicios “olor fuerte y dulzón” el hecho de alcanzar ese “limite” le provoca angustia, sin duda el moribundo advierte ciertos indicios como la fatiga y mas aun el comportamiento de quienes lo rodean como ojos enrojecidos, conversaciones en voz baja, espaciamiento o brevedad de las visitas, control anormalmente repetido del impulso o de la tensión, traslado una habitación aislada, comienza a abandonar su esfuerzo.

Fases en la vivencia dramática del morir después del choque provocado por la crisis de la conciencia se utilizan como mecanismos de defensa La Negación (Rechazo absoluto – Amortiguar el impacto), Cólera (reproches contra dios y contra sí mismo), Regateo (Pactar con lo invisible), Depresión (desesperado), Aceptación (Obedece a la lógica de la vida).

Después el moribundo cae en Descatexia (la inconsciencia y el coma mas allá de toda posibilidad de comunicación con los demás) este momento no es ni intimidante ni doloroso. El paciente que ha conocido los límites de la vida y ha regresado recuerda con pasión

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