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LA TIGRESA


Enviado por   •  14 de Mayo de 2012  •  439 Palabras (2 Páginas)  •  5.354 Visitas

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Luisa era un chica a la que nunca le falto nada, creció en un mundo lleno de privilegios y caprichos cumplidos, situación que la volvió una muchacha prepotente, soberbia pero sobre todo demasiado autosuficiente. Nadie era digno de ella, además de que pocos la aguantaban. Luisa contaba con un negocio familiar, una talabartería, que adoraba ya que le gustaba todo lo que tuviera que ver con caballos. Fue allí donde conoció a Juvencio, varón de complexión fuerte y de buen carácter.

Juvencio y Luisa comenzaron una relación amorosa en la cual Juvencio al igual que todos tuvo que aguantar los desplantes de Luisa, sin embargo a diferencia del resto de pretendientes, él parecía aguantarlo todo, asunto que dejaba anonadados a muchos.

De esta forma contrajeron matrimonio. Cuando todos se enteraron que se iban a casar, hacían bromas de mal gusto para molestar a Juvencio, en el banquete le gritaban a Juvencio que de regalo le iban a mandar una ambulancia al día siguiente.

Durante la primera noche de bodas, Juvencio se abstuvo de pasar la noche con Luisa, y así lo hizo durante algún tiempo, ella no comprendía que era lo que sucedía, pero su orgullo la mantenía callada. Pensaba muchas cosas a cerca de Juvencio, que si era impotente o cosas así.

Juvencio quería hacer cambiar a Licha su carácter porque a pesar de todo si la quería. Así que ideó un plan para jugarle una treta.

Un día mientras Juvencio descansaba en su silla mecedora, se dirigió al loro pidiéndole que le trajera café, el loro no hizo caso a la petición de Juvencio, recibió un buen tiro de pistola que lo dejo muerto, hizo lo mismo con el gato, le pidió dos veces que le llevara el café, pero el gato ni entendía y solo se cambiaba de posición. Mientras Luisa lo observaba extrañada, cuando se dirigió a Prieto su caballo más querido y por supuesto, este no entendió nada de lo que su amo le pedía, Juvencio le apuntó con la pistola pero en ese justo momento Luisa se levantó y le llevo el café.

Juvencio satisfecho se fue en su caballo preferido y a lo lejos le gritaba a Luisa que tuviera la cena lista a las 7 en punto. Y dicho y hecho, Juvencio llego a esa hora y la cena estaba lista, y le pregunto a Licha quien era el que mandaba en la casa, Licha sin pensarlo dos veces respondió que era él quien mandaba.

Después de este suceso Luisa comprendió lo que su marido deseaba y ella no dudo en dárselo, así que esa misma noche, Juvencio durmió con su sumisa esposa Luisa.

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