La Importancia Del Juego
enrique195330 de Junio de 2013
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Qué importante es Jugar
Msc. Enrique Vélez C. Psicólogo Clínico.
El juego es la actividad rectora del niño, teniendo un papel muy importante en su desarrollo personológico, es a través que éste puede estimularse y adquirir mayor desarrollo en sus diferentes áreas como son la psicomotriz, cognitiva y la afectivo-social.
La actividades lúdicas son de gran importancia, tanto en la educación como en la Psicoterapia Infantil, algunos adultos creen que,... lo que los niños tienen que hacer es portarse bien, obedecer y estudiar!
Los niños juegan, no solo para divertirse o distraerse, también lo hacen para aprender, es su universidad. El juego no es una pérdida de tiempo, es fundamental para los niños. Un niño que juega está sano física, mental y emocionalmente, mientras que si no juega está enfermo.
Igualmente esta actividad tiene una gran significación en tanto escenario de preparación del niño para su inserción en el mundo adulto. Para el niño tan importante es el juego como para los adultos es el trabajo, el hogar o las relaciones interpersonales. Por sólo citar algunos ejemplos:
A través del juego el niño perfila su desarrollo psicomotor, domina complejos algoritmos motrices y movimientos de precisión que sólo se logran a través de la actividad, jugando: imagine a un varoncito jugando a las "bolas" o empinando papalotes, o a una niña jugando al "pon" o bailando la "suiza", ¡cuánta sincronía y precisión hacen falta, y con cuánta precisión lo logran!. Y observe el lector que no sólo se desarrolla la motricidad, sino que se consolidan los roles culturalmente esperados para su género;
A través del juego el niño desarrolla habilidades sociales, se entrena en la comunicación con los coetáneos, aprende un código de las interacciones que le permitirán un fluido desempeño social una vez llegado a la adultez: imagine una buena discusión entre dos o más niños durante le ejecución de uno u otro juego, a veces se dicen tantas cosas que los adultos nos indignamos y queremos que el niño actúe de una manera tan tajante tal como lo haríamos nosotros mismos, e incluso intervenimos en la discusión. Los niños, sin embargo, no son tan lapidarios y unos minutos después están conversando entre sí como si nada hubiese ocurrido y somos los adultos los que nos quedamos con el disgusto. Ellos se están entrenando en lo que para nosotros es ya un código inamovible,... y que tal vez debiéramos aprender de ellos;
A través del juego el niño expresa sus conflictos y le ofrece, en su fantasía, soluciones que objetivamente están fuera de su control: imagine a una niña que regaña y golpea a su muñeca por lo desobediente que es, y sólo unos minutos después la abraza contra su pecho expresándole cuánto la quiere y diciéndole que ella no debería portarse así. ¡Cuántas cosas no nos estará diciendo acerca de lo que pasa en su subjetividad y su vida cotidiana!;
A través del juego el niño desarrolla su autoestima y amor propio al descubrir cuantas cosas es capaz de hacer, sobre todo en contextos donde el juego tiene una connotación competitiva: imagine con cuanta frecuencia un niño dice "yo gané", "yo lo hice mejor", "soy el bárbaro", etc.
En todos los casos se refuerza su sentimiento de valía personal, incluso cuando no haya una relación directamente observable con los resultados del juego,... pero si él cree que ganó, ¡entonces ganó! y alimenta así su amor propio.
No se trata de magnificar o absolutizar el juego, el niño también tiene que estudiar -y estudiar mucho- y aprender de sus mayores hábitos de convivencia, higiénicos y de disciplina. Pero sí se trata de ofrecerle a la actividad lúdica -el juego-, el lugar relevante que merece en la vida infantil y no indignarnos cuando nos parezca que ¡este niño sólo piensa
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